A quién le importan los nomeolvides
cuando hasta el rábano ha florecido.
Imants Ziedonis
Contempla el mundo con ojos de oro
antes de que lo roben. Otro tesoro
no tenemos.
Imants Ziedonis
El nerviosismo de mayo
siempre florece
con prisa.
Imants Ziedonis
El sol golpea los tejados
con un ruido tremendo
que no somos capaces de oír.
Imants Ziedonis
Estuve allí. Un país
en el que debes dejar tus colores atrás
para entrar desnudo.
Imants Ziedonis
La belleza,
explica la anciana profesora,
siempre llega inesperada;
y provoca un pequeño incomodo.
Imants Ziedonis
“La flor es tan ancha como el mar.”
Imants Ziedonis
Los campos de trigo son dorados,
y la luna también.
Sólo yo soy de plata.
Imants Ziedonis
“No lanzarse de cabeza al mar, no pisar la flor, no aplastar al alma, sino caminar junto a ella, rondarla, quedarse cerca.”
Imants Ziedonis
Nuestro pozo rebosa miel,
y el granero está repleto de anguila ahumada.
Jamás hemos vivido tiempos mejores.
Imants Ziedonis
Qué llamada extraña la de la grulla,
como una mujer en la ciénaga.
Este miedo.
Imants Ziedonis
Silencio
El silencio se aquietó en la orilla celeste
y contuvo su aliento.
Quizás los vientos cambien,
quizás las guardias muten,
quizás mi voz difiera.
He sido joven durante tanto tiempo.
Imants Ziedonis
Soledad
Soledad incontable,
luz liberada en ausencia del rayo.
No sé si peregrino en un desierto luminiscente.
Forma extraña e incomprensible que adviene.
Cambio irreversible.
Soledad incontable.
Conté y sólo llegué hasta uno en mi ayer.
Imants Ziedonis
Tres veces verde: verde centeno,
verde roble,
verde cuervo en el poste de teléfonos.
Imants Ziedonis
Utopía
Ni presente ni futuro.
Lo que ha sido ya no será.
Vuela libre el pájaro
a través de una nívea ventana.
Sólo redime la victoria en el instante.
Todo es probable en la mirada ajena.
Todo es factible en la llamada mutua.
Imants Ziedonis
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