Trịnh Xuân Thuận

"¿Acaso el Universo nos será revelado algún día en la totalidad de su gloriosa realidad? […] Es útil mencionar los trabajos del matemático austríaco Kurt Gödel, quien demostró en 1931 que siempre habrá en matemáticas proposiciones indemostrables. Del mismo modo que es imposible demostrarlo todo en matemáticas, el espíritu humano nunca podrá entender la totalidad del Universo. El Universo nos será para siempre inaccesible. La melodía permanecerá secreta para siempre."

Trinh Xuan Thuan
Tomada del libro Dios-la-ciencia-las-pruebas-el-albor-de-una-revolucion de Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, página 302



“Creo en un principio creativo en el origen del universo.”

Trịnh Xuân Thuận



"(Es bastante) extraño postular una infinidad de universos paralelos, inaccesibles y desconectados unos de otros, con el fin de desembarazarse de la sombra de un principio creador."

Trinh Xuan Thuan
Tomada del libro Dios-la-ciencia-las-pruebas-el-albor-de-una-revolucion de Michel-Yves Bolloré y Olivier Bonnassies, página 209



"La luz artificial no solo perjudica a los astrónomos y a los amantes del cielo estrellado. También desequilibra a la fauna y la flora. Al menos 30% de los vertebrados y más de 60% de los invertebrados son animales nocturnos; el resto son especies crepusculares. Cuando estamos durmiendo abrigados y protegidos en la cama, afuera hay todo un mundo nocturno que se mueve y se ocupa en una gran variedad de actividades: migración, acoplamiento, alimentación, polinización, etc. En suma, todo lo que hace que la biodiversidad exista. Con la contaminación lumínica, estas especies pierden el sentido de orientación, sus ritmos circadianos, calcados precisamente sobre las 24 horas del día y de la noche, sus ciclos reproductivos resultan perturbados, son más vulnerables ante sus depredadores, lo cual altera el equilibrio ecológico. Las primeras víctimas de esta anormalidad son las aves migratorias. El alumbrado nocturno hace que pierdan sus puntos de referencia celestes. El número de aves muertas tras un choque contra las ventanas de los edificios durante su recorrido migratorio alcanza los 100 millones al año. La contaminación lumínica también puede despistar el desplazamiento de ciertas especies polinizadoras, como las mariposas nocturnas. Y eso tiene consecuencias directas en la flora que necesita esta polinización para florecer. Las luciérnagas, de igual manera, resultan afectadas: la luz artificial anula el efecto fluorescente de la hembra, por lo cual ya no puede ser encontrada y fecundada por los machos. El alumbrado nocturno trastorna los ecosistemas en su conjunto. En los lagos, un alumbrado excesivo puede causar que el zooplancton deje de alimentarse de algas, las cuales terminan proliferando; la actividad bacteriana crece, el agua del lago se empobrece en oxígeno y numerosas especies de invertebrados y peces mueren por asfixia.
Amar la noche, domarla, habitarla también significa rendir homenaje a la fauna y la flora de nuestro planeta. Es celebrar el gran ritmo de la Naturaleza. Glorificar la fabulosa aventura de la Creación. Proteger la emoción eminentemente poética y espiritual que nos une al universo.
[...]
La noche no solo es las formas que se atenúan ni los colores que se aniquilan. Como para compensar la vista que, por falta de luz, se debilita, los otros sentidos se avivan. El sentido del tacto se agudiza, avanzamos a tientas por la oscuridad para evitar los obstáculos. Pero es el oído el que más se despierta en la noche. Ella amplifica los sonidos y las resonancias. El ruido anodino de un crujido de madera cautiva nuestra atención, inspira el horror, mientras que en el día pasaría desapercibido. Un simple acontecimiento ordinario toma una dimensión dramática por la noche. El silencio se magnifica. «Hay lugares privilegiados en donde el silencio impone su sutil omnipresencia, lugares en los cuales se puede especialmente realizar su escucha, lugares en los cuales, a menudo, el silencio aparece como un ruido suave, ligero, continuo, anónimo», dice Alain Corbin. Son los sonidos del silencio: «El sonido es semejante al silencio; es una burbuja que inmediatamente estalla sobre la superficie del silencio», dice Henry David Thoreau.
Al caer la noche, un silencio hechicero se aposenta. Siempre que salgo a los observatorios en lo alto y perdidos en las extensiones desérticas, experimento la embriagadora sensación física de estar en un espacio sin límites. Desde lo alto de los observatorios, la vista parece perderse hasta el infinito. Durante la noche, percibo dentro de mí la mezcla de un sentimiento indecible de infinito y la sensación vertiginosa de una conexión cósmica. La bóveda estrellada me aparece tan cercana que tengo la impresión de que estoy flotando en el espacio, como si bastase tender la mano para bajar las estrellas del cielo. El infinito del espacio nocturno se une al silencio cautivador que flota en esos parajes.
El silencio de una noche con Luna tiene una densidad peculiar. Proust habla de una música del claro de Luna: «llega en la vida un momento […] en que los ojos cansados no soportan más que una luz, la de una hermosa noche […] en que los oídos ya no pueden escuchar otra música que la que toca el claro de luna sobre la flauta del silencio»."

Trịnh Xuân Thuận
La noche


“La naturaleza no es silenciosa y constantemente nos envía fragmentos de música y notas dispersas.”

Trịnh Xuân Thuận



"Los observatorios son lugares mágicos donde el astrónomo puede comunicarse con el cielo y recolectar luz cósmica gracias a los “grandes ojos” que son los telescopios. Es la luz que nos une al universo."

Trịnh Xuân Thuận



"… Todos los desarrollos de la Naturaleza siguen movimientos cíclicos de un lado a otro. Estos se aplican no solo a los fenómenos naturales, sino también a las cosas de la vida. Esta creencia da esperanza, coraje y perseverancia en tiempos difíciles, ya que necesariamente dan paso a tiempos mejores. También fomenta la precaución y la modestia en los buenos tiempos, ya que el declive nunca está muy lejos."

Trịnh Xuân Thuận




















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