"Cuando el sacerdote da la absolución, es necesario pensar sólo en una cosa: que la sangre del buen Dios se derrama sobre nuestra alma para lavarla, purificarla y hacerla bella cuanto lo era después del bautismo.”
Juan María Vianney
"Cuando nuestras manos han tocado aromas, perfuman todo lo que tocan. Hagamos pasar nuestras oraciones a través de las manos de la Santa Virgen, las perfumará.”
S. Juan M. Vianney
"¡Cuánto le gusta un pequeño cuarto de ahora que robamos a nuestras ocupaciones, a algunas cosas inútiles, para rezar”
Juan María Vianney
"El buen Dios, al momento de la absolución, tira detrás de sus espaldas nuestros pecados, es decir se olvida, los cancela: no reaparecerán jamás.”
Juan María Vianney
"Es terrible tener que comparecer ante Dios como sacerdote de una parroquia."
Juan María Vianney
"La oración privada se asemeja a la paja esparcida por aquí y por allá en un campo. Si se enciende fuego, la llama tiene poco ardor, pero si se agrupa la paja esparcida, la llama se hace abundante y se levanta hacia el cielo: así es la oración pública.”
Juan María Vianney
"No sé si he realizado bien las funciones de mi ministerio."
Juan María Vianney
"No son las largas ni bonitas las oraciones que el buen Dios mira, sino las que vienen del fondo del corazón, con un gran respeto y un verdadero deseo de gustar a Dios.”
San Juan Vianney
"Nuestros errores son granos de arena al lado de la grande montaña de la misericordia de Dios.”
Juan María Vianney
"Obtuve del Señor todo lo que quería, para mí y para los demás."
Juan María Vianney también llamado el Cura de Ars
"Si comprendiéramos bien lo que es un sacerdote en la tierra, moriríamos: no de miedo, sino de amor."
Juan María Vianney
"Si queremos demostrar a Dios que lo queremos a Él, tenemos que cumplir su santa voluntad. La forma más segura de conocer la voluntad de Dios es orar a nuestra buena Madre.”
Juan María Vianney
"Todo lo que el Hijo pide al Padre se le otorga. Todo lo que pide la Madre al hijo se le concede de manera similar… ¿Esto debe comprometernos a dirigirnos a ella con gran confianza pues está siempre atenta.”
Juan María Vianney
"Un buen pastor, un pastor según el corazón de Dios, es el más grande tesoro que el buen Dios pueda conceder a una parroquia y uno de los dones más preciosos de la misericordia divina.”
Juan María Vianney
"Vais a confesaros con la Santa Virgen o con un ángel. ¿Os absolverán? ¿Os darán el cuerpo y la sangre de Nuestro Señor? No, la Santa Virgen no puede hacer descender a su Hijo divino en la hostia. Aunque tuvierais doscientos ángeles para vosotros allá, no os podrían absolver. Un sacerdote, por cuanto simple sea, puede hacerlo. Os puede decir: andáis en paz, os perdono.”
Juan María Vianney
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