Ossip Schubin

"En el museo de Lille, un poco lejos de la confusión de la pintura exhibida en urnas de cristal, yacía una obra maestra de origen desconocido, conformando el "tête de cire", el busto en cera de una hermosa joven.
¿Te ríes cuando te enteras que existe un busto en cera y colorido en la colección de Madame Tussaud, algo así como la cabeza de una muñeca vacía, pero incluso a pesar del "tête de cire" tendríamos que reír y admitir cierta sutileza en Madame Tussaud a la hora de recordar a algunos su doncella muerta, cuya temprana flor vital fue magullada y depositada en un duro ataúd. Las inflexiones y los delicados rasgos de aquel rostro, adornado por un lujurioso cabello rojizo, los ojos ligeramente entrecerrados, la sonrisa tímida y humilde, el rictus de dolor en los labios, como si la expectativa de la muerte no fuera un cruel engaño, lleno de inocencia triste. La imagen, en suma, de un ángel llamado a vivir la vida humana, quebrado por el sufrimiento de un corazón humano.
¿De dónde procede esta obra maestra? Nadie lo sabe. Algunos dicen que de Leonardo, otros mencionan a Rafael. Los más han buscado incluso en la más remota antigüedad. Sólo en un punto estamos todos de acuerdo-el busto ha sido realizado a través de una máscara mortuoria.
Se dice que el pintor Wicar lo trajo desde Italia a Francia y que lo había encontrado en un monasterio de la Toscana.
La efigie sonríe ante estos críticos y vanos debates que pretenden ilustrar el arte de la creación, la sonrisa y lo sueños."

Ossip Schubin
Una helada cayó en la noche de primavera



"Pocos días después de aquel jueves marcado por las acechanzas de la malvada hada, dos nuevos rumores se esparcieron por Berlín: en primer lugar, que Goswyn von Sydow debería celebrar duelo por su hermana, y en segundo lugar, que la condesa Lenz Dorff había consentido que la pintara el retratista Riedel. ¿Eran ciertos estos rumores? Nunca se pudo confirmar. Probablemente Goswyn von Sydow fue visto en un futuro próximo, con el brazo en cabestrillo, pero triunfante. Se habría caído de su caballo y se habría torcido la mano. Debería contentarse con esta expiación. Para las personas particularmente astutas la mentira es el deber de un hombre decente en algunas circunstancias, cuando es del todo imposible sincerarse.
Respecto a que la Condesa Lenz Dorff accediera a que su nieta Erika fuera retratada en Heideblume, no en el estudio del artista, sino en el salón de la vieja Condesa, donde aquél pasaría tres horas diarias con sus acuarelas tratando de esbozar y captar en una hoja muy grande de papel el alma de Erika.
El resultado de sus esfuerzos bien intencionados sería un cruce entre Ary Scheffer y Gabriel Max.
Naturalmente, huelga decir que la Condesa no estaría de acuerdo, y a pesar de no conocer la habilidad y dotes del artista en cuestión, esperaría algo mucho mejor.
Un pintor que capta la belleza real este Riedel, dijo, ajeno a las arrugas, cicatrices y otras inquietantes imperfecciones de la piel, aunque sea joven. Un adulador que no admite la suerte de la verdad desnuda, que no interfiere en las ilusiones de lo que se ha dado en llamar el gran mundo."

Ossip Schubin seudónimo de Aloisia Kirschner
Los años de aprendizaje y viajes de la Condesa Erika




"Su manera de dirigir era característica. No evocaba ni las contorsiones furiosas de Veri, ni la energía diabólica de Berlioz. Sus primeros movimientos eran tranquilos, casi cansados, la expresión de su rostro denotaba pura concentración; de pronto sus ojos se iluminaban, sus labios se estremecían, levantaba los brazos al arbitrio del clímax de las emociones, como alas que le harían volar libre sobre la tierra, y luego, de repente, se desplomaba con una mirada de agotamiento abatido.
¡Se está matando a sí mismo!-advertía el pianista. Pero el amigo de Rossini dijo con irritación:
Él encarna su propia música, quizás pueda sentir cierta aversión por Sterny-un escándalo pretencioso- murmuró sombríamente, mientras el pianista con una mano sobre el corazón declaró que había oído un alud en el oratorio.
La recitación era algo dramática, la melodía indeciblemente triste. Una melodía tan simple, tierna y genuina como las dolorosas adaptaciones de Mozart."

Ossip Schubin
La historia de un genio











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