El peso del tesoro
Nunca debí escucharos, fantasmas
que alojasteis en mi pecho esta absurda
pasión por las palabras.
¿Acaso vuestro arte os liberó de algún tormento,
os procuró más dicha?
No fuisteis sino necios mendigos de sueños,
fanáticos avaros de ilusiones,
mezquinos saqueadores de esperanzas.
Nunca debí escucharos, oh amados maestros
que enterrasteis en mi alma la fe
de vuestro ingenuo botín.
Nunca debí escucharos, nunca debí seguiros.
La realidad ahora me conoce.
Paula Sinos
"Vi un bulto a lo lejos, al final de la recta y creí que se trataba de un perro, no sé... un animal. Pité, pité y pité y no se apartaba. Estaba arrodillada, esperándome de frente. Frené, pero era tarde. Jamás olvidaré aquel rostro, su estúpida mirada."
Paula Sinos
No hay comentarios:
Publicar un comentario