Raja Shehadeh

"Creo que llegará un día en que la realidad será diferente. Persistir en la vía actual demanda demasiada fuerza militar, física e intelectual. En la actualidad, todo es forzado: la forma de distorsionar la historia, las posiciones, los discursos nacionales, la economía, el mal uso de los recursos naturales. El conjunto de la región podría beneficiarse enormemente con la interacción y la cooperación de las diversas naciones que viven allí, mientras que, actualmente, los presupuestos militares demandan una fortuna. La región en su conjunto es solo una pequeña parte del planeta. Somos demasiado pequeños en el mundo y el origen de demasiados problemas… para nada. ¿Para qué es todo esto?"

Raja Shehadeh



“En vez de acabar con la ocupación, los Acuerdos de Oslo permitieron que Israel retuviera la mayor parte de nuestro territorio, reanudara la construcción de asentamientos y se eximiera de la responsabilidad y el coste de administrar los asuntos civiles de los palestinos, transfiriéndolos a la recientemente establecida Autoridad Palestina.”

Raja Shehadeh




“La campiña donde crecí estaba siendo transformada a tal velocidad que apenas podía seguir los cambios (…). Amplias zonas de mis queridos campos estaban siendo valladas para imposibilitarnos el acceso. Sentí la gravedad de lo que estaba ocurriendo y estaba preparado a darlo todo por la lucha para poder frenarlo. Mi arma era la ley.”

Raja Shehadeh




"Mi padre subió las escaleras de su propia casa y abrió la puerta. Dentro estaba oscuro. Su esposa había cerrado todas las ventanas y contraventanas y había cubierto los muebles nuevos con tela blanca. Era extraño estar solo en esta casa vacía, moviéndose de una habitación a otra sin los sonidos habituales de su familia. No podía dejar de pensar en lo que significaba esta casa para él. Representó años de arduo trabajo y era la primera casa en la que había vivido, pues hasta que se casó había vivido en el Hotel Continental, que era propiedad de su tío, el padre de mi madre. Pero después de doce años como abogado de éxito en Jaffa, pudo establecerse por su cuenta, casarse y decorar esta atractiva casa, donde finalmente viviría una vida feliz y estable con su joven esposa y su hija de dos años. Le vinieron imágenes de su mujer con su traje de raso rosa, moviéndose elegantemente de una habitación a otra, mirándolo con su look de Greta Garbo.
¿Había venido a despedirse de todo esto?
¿Qué debo llevar conmigo? se preguntó a sí mismo. Nada. Nada en absoluto.
Estaba decidido: quiero que permanezca como está, cubierto y preservado durante nuestra corta ausencia para que cuando volvamos a quitar las cortinas de los muebles, airear el lugar y reanudar nuestra vida feliz.
En ese momento su mirada se posó en la estatua de porcelana de Buda. Era el único objeto que había quedado al descubierto. Se encontraba sobre una repisa de madera en una esquina, presidiendo benevolentemente la escena. Se acercó y vio los ojos tranquilos y entrecerrados, la sonrisa burlona, el vientre gordo y redondo, con el ombligo color aguamarina. Le reconfortó mirarlo. Quizás esto sería lo mejor."

Raja Shehadeh
Extraños en la casa


“No hay lugar como Tierra Santa para hacer que uno se vuelva cínico sobre la religión.”

Raja Shehadeh



"Nunca he respaldado la idea de que, por su modo de ser respectivo, judíos y árabes, serían enemigos eternos, porque los judíos y los árabes siempre han vivido juntos en esta tierra y cooperado, y el hecho de tener las tres religiones monoteístas ha sido un enriquecimiento para esta tierra. Por lo tanto, nada en el modo de ser de ambos pueblos impide que vuelva a ser así."

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