Ruth Stone

Camino

Era un viejo camino.
Ascendía hasta la cima atravesando bosques.
Tú ibas delante porque eras más joven.
"Es mi camino", dijiste.
Sí, estos caminos siempre pertenecen a alguien.
Se entrecruzan en mi mente,
las hojas tienen la fragancia de las fogatas,
los perros se separan  en la maleza.
Salvo los bosques; suben tan rectos y angostos,
las hojas empiezan a cambiar,
las sombras se calman, diciendo:
"Dejadnos vagabundear y acostarnos juntas.
No desaparecer nunca, sino yacer aquí, bajo estos arbustos".

Ruth Stone




Conclusión sombría

Como al cortar el extremo pútrido
de una papa, nada queda
en el instante último, sino la piel
y la lechosa humedad. Qué terrible,
entonces, dividir las dos partes
y hallar el centro,
fustigado y malévolo.

Ruth Stone



EDEN, THEN AND NOW

En el 29, antes de que las tormentas
de polvo arenaran Indianápolis,
creíamos en la compañía lechera.
La leche venía en botellas de vidrio.
Untábamos mantequilla coloreada,
ahora relacionada con el cáncer.
Trabajábamos de siete a siete
sin pago de horas extras;
jurábamos lealtad todos los días,
nos compadecíamos de los famélicos armenios.
Una mañana en medio de la plenitud,
hubo gente fuera de contexto,
quienes vivían en la nada.
Algunos dormían en chozas
a las orillas del río.
Los inversores dijeron
que este fenómeno pasaría.
Mi padre trabajaba en el periódico.
Él era un impresor sindicalizado;
balas de plomo y humo azul.
Él trabajaba con plomo caliente
en una máquina de dos toneladas,
en un asiento de poca altura;
una gorra de pico verdoso
colocada en la frente.
Él le daba a mi madre un dólar al día.
Se podría decir que éramos ricos.
Era la Edad del Jazz.
Por todo el país
los desposeídos vagaban
con sus hijos hambrientos,
acosados por la ley.
Cuando el mercado se rompía, los malos perdedores
saltaban por las ventanas.
Era el momento de poner una mesa elegante,
como lo es ahora; el paraíso corporativo;
la manzana antes de que se pudriera.
Era el mismo gusano
comiendo la misma fruta.
De hecho, el mismo Edén.

Ruth Stone



Has rentado un apartamento.
Vienes a este recinto con alivio físico
Tu pesado cuerpo sube las escaleras en la oscuridad
La bombilla del pasillo arde afuera
El arrendador es de origen griego 
y posiblemente fatalista
En el apartamento
apoyado contra una pared
hay un cuadro de su hija
Una col grande con volantes
contra un cielo oscuro
con puntitos de estrellas
El ansioso vegetal
se abre como si fuera a comerse el aire 
o como si fuera a hablar como un repollo
el lenguaje de los significados 
sin significados
mientras que las puntas de las estrellas 
esconden su violencia masiva
en la oscuridad superior 
de la mitad de la pintura.
Puedes vivir con esto.

Ruth Stone



Mantra 

Cuando estoy triste
canto, recordando
el murmullo del tordo.
Entonces no quiero nada
excepto regresar al pasado
a lo que tuve
antes de que el amor me entristeciera. 

Cuando olvido llorar,
oigo a los sapos trepar
por la corteza de la higuera sagrada.
El amor yace dormido
y sueña que todo se encuentra
en su nido dorado;
y yo estoy atrapada allí, también,
cuando olvido.

Ruth Stone












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