Charles Bowen

"El 21 de noviembre de 1963, Keith Croucher, de diecisiete años, informó haber visto una luz ovalada sólida en el centro de una niebla dorada que cruzaba un campo de fútbol cerca de Sandling Estate. Y en la noche del 23 al 24 de noviembre, John Mc-Goldrick y un amigo fueron a Sandling Woods para investigar los avistamientos informados anteriormente. Encontraron "una gran extensión de helechos que habían sido aplastados": también encontraron tres huellas gigantes, claramente definidas, de una pulgada de profundidad, dos pies de largo y nueve pulgadas de ancho. El 11 de diciembre, McGoldrick y su amigo regresaron al sitio con dos reporteros y encontraron el bosque iluminado por una luz pulsante. Observaron la luz desde una distancia segura durante media hora: estaban demasiado asustados para acercarse."

Charles Bowen
Tomada del libro Extrañas criaturas del tiempo y el espacio de John A. Keel, página 229



"¿Qué está pasando? ¿Tuvieron todos estos testigos, muy dispersos en la tierra y en el tiempo, experiencias con criaturas sólidas de otro mundo o de otra dimensión de la realidad? ¿O todos sufrieron alucinaciones de un tipo similar, donde las criaturas de los sueños eran sorprendentemente similares en muchos aspectos? . . . Reflexioné sobre la idea de que las criaturas espeluznantes y aterradoras descritas por algunos testigos podrían ser algún tipo de proyección psíquica . Hay notables cualidades oníricas sobre los incidentes descritos en estos casos. ¿Es posible que algo de alguna parte esté viniendo aquí y por medios incomprensibles para nosotros, aunque podría ser por una forma de radiación, como en las ondas de radar, está bombeando imágenes estilizadas en las mentes de los humanos que sin darse cuenta tropiezan con objetos lo suficientemente sólidos que van subrepticiamente? sobre su negocio? . . . Y mientras los testigos humanos son ridiculizados por sus compañeros, los intrusos continúan con el trabajo sin obstáculos."

Charles Bowen
Tomada del libro Extrañas criaturas del tiempo y el espacio de John A. Keel, página 153












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