Clared Navarro Cejas

Entonces dijo el hombre: 

Padre
estoy solo
duelo en la oscuridad
de todo lo hermoso
desde donde envejezco 

Tengo dos ojos
dos piernas     dos brazos
y una sola boca
sin beso todaví­a 

Concédeme una igual Señor
no quiero necesitar
nunca más
esta costilla 

Y Dios oyó la plegaria
nací­ primera Mujer. 

Entonces dije:
hágase la luz
mi luz

Clared Navarro Cejas




Eva

He aquí que soy sangre de la sangre
del hombre que entre las astromelias canta
y es amado entre las bestias del Jardín

Henos aquí desnudos y bienaventurados
pues todo nos ha sido dado en abundancia

Soy fruta fecunda para mi hombre
pronto habré de hinchar mi vientre con orgullo
y bajo su brazo haré nacer la descendencia

Y no habrá fruta
que no tomen de mis manos con dulzura
ni tiempo en que caminemos
avergonzados de nuestros cuerpos

II

Hemos caminado en silencio por el Valle
en mis senos el agua del río ha salpicado
y me ha bañado bellamente

El hombre acerca frutas a mis labios
higos….uvas….dátiles
muerdo de sus manos las delicias
a la sombra de los araguaneyes

Solo una fruta no he comido
y no hay en mí deseos de la muerte
y no hay en mí temor al desnudarme

Le he dicho esto al amado
reposando frente al río que fluye
y fue la tarde y la mañana
de los primeros días

Clared Navarro Cejas




Lilith

Alargada por la luz me he visto parecida a ti,
serpiente sugerente que me lo ha dado todo

Sube a mi regazo en caricia lujuriosa
encuentra en mi pecho izquierdo el músculo latente
que determina que soy mortal y que sangro

como el Mar Rojo es mi sangre
vacilante por las venas que remedan tu siseo

Tienes la piel fría y oscura
y yo te idolatro por sobre todas las cosas
de este exilio programado

por sobre todas las cosas
del Edén que repudio
orgullosa

Clared Navarro Cejas



Medea

Yo,
encantadora de serpientes
madre funesta de dos hijos malditos
sello mi sino de desastrosa morada

Ay,

¡Qué gran mal el amor es
para los mortales!

Son ustedes, hijos míos
fruta madura en su edad temprana
y estas tinieblas no os pertenecen

Su inocencia es el manto que oculta
las pasiones que desbordan mi locura

Tienen manos pequeñas y sagradas
dignas de los más honestos regalos nupciales

Ardan como arde el palacio que nos cobija
o el hogar usurpado de vuestra madre-tormenta

Ardan con la mujer que,
osada,
toma lo que es mío

Vuelvan a mi vientre oscuro
como marca indeleble de ceniza
de donde nunca debieron haber brotado

Clared Navarro Cejas




Padre
dame una razón para querer mi cuerpo 

Explí­came el uso de estas montañas oscuras
por qué duele bajo el ombligo
cuando pinto flores de sol
dime qué son estos surcos sobre mis dedos
y en mis codos
esta necesidad de aire que no cesa 

Hoy me he visto en el reflejo
y por el sol alargada
la sombra bajo mis pies
habló más de mí­ 

Libre se hace espacio entre las cosas
este cuerpo no sabe extenderse con la luz 

Padre
dame una razón para querer
esta cavidad
que habito

Clared Navarro Cejas





Soy completa en mi simetrí­a frente al agua
ondeo hermosa en el reflejo de mi creación
soy flor honrada con Su soplo
y la compañí­a del hombre amado 

En este cuerpo que habito
toda yo soy distinta
a aquello que nada, vuela, camina
o se arrastra bajo el sol

Nada en el Jardí­n habrá de duplicar
aquello que Dios hizo solo mí­o 

Soy la Primera Mujer
fuerza de otro ser
que no es animal
ni hombre 

Reconoce esto Padre
y deja de confundirme
con hueso ajeno

Clared Navarro Cejas













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