Julia Melissa Rivas

Alto contraste

La gata Tequila volvió a parir
como en su primera camada, de par en par
los recién nacidos se dividen en parejas de pelusas blancas y negras
con esto sabemos que Tequila se volvió reincidente en sus partos

Es la vida entonces un sistemático comienzo      
donde la suerte se volvió un par de dados translúcidos

Julia Melissa Rivas




Empezando el dí­a en una soleada mañana de verano en Ocean drive Miami antes de ser noticia 

–En Ocean drive Miami las caminatas frente al mar son calmas
cualquiera que haya empezado el dí­a bajo el sol de Miami
sabe que en las mañanas de verano el ejercitarse es más relajantes de lo que se puede suponer al lado de los paparazzi–
Yo que hablo, porque mi oficio no son los trapos al sol ni los tabloides indiscretos
hablo de Ocean drive Miami porque pienso hablar de Guianni Versace
No diré que él pensaba en grecas sobre pliegos sedosos de ostentosas telas
Ni diré que estaba meditando en los márgenes de ventas, tan inspiradores como las telas mismas
Diré quizá, que él pensaba en Allegra, mirada tierna de ojos dormidos
una pequeña Allegra de ojos medusa y emblema de su corazón
quiero que él tenga corazón 

En un dí­a de junio al terminar su caminata por Ocean drive Miami
Guianni comenzará su jornada lleno de vida, de mar y de mañana 

En un dí­a de junio al terminar su caminata por Ocean drive Miami Guianni
Guianni se preguntará:
–¿Quién me espera a la entrada de casa?–

Julia Melissa Rivas




Empezar 

Esto que sientes es un breve preámbulo de la acción;​​ 
esto que oyes es un sonido seco que eriza la piel. 

Esto que ves es el llanto de los huesos que crujen,
es el llanto del cuerpo que se jacta en lo inocente. 

Jamás se escribe de lo que se conoce.
Nunca se escribe de lo que se vive. 

Ahora lo sabes: Otra vida es el tema.
Siempre.

Julia Melissa Rivas




En el denso y sólido extremo de la vigilia mientras se inicia un juego de palabras

Donde la distancia y el hollín corrompen, encuentro la ciudad entre el concreto, encuentro una flor discreta que en él florece. En el extremo del cansancio he recorrido lugares con los pies húmedos, con mi cabeza cubierta de una lluvia apenas ligera, y​​ he extrañado cada una de las voces de Recife, cada una de las voces de secas. Entre las gentes que no conozco, entre la anciana que adivina la suerte en tazas de café e interpreta las escupideras, las cosas sencillas fluctúan en necesidades inmensas e insostenibles.

Donde la distancia y el hollín corrompen, he necesitado una casa, un lugar, una silla en el denso y sólido extremo de la vigilia.

Mas espero y vislumbro que de nuevo una flor que yace en lo inquebrantable, es solo una flor sin raíz.​​ 

Julia Melissa Rivas




Entre el recuerdo y la literatura

Al recorrer de las calles se une mi voz a la voz de los que hablan, mas nadie responde.

Podría llamar, enviar cartas y esperar; esperar ese largo y tedioso tiempo para que absolutamente nadie esté donde busco sin encontrar. Tampoco estás tú, hora mía, estrella mía; no están las pasiones ni la gris penumbra que antes me aguardaba. ​​ 

Esta ciudad es la ausencia donde cada esquina, cada doblar de calles, celosa, aguarda un posible encuentro con lo esperado.​​ 

Y es entonces que extraño la hora acordada, la cita exacta en el lugar de siempre; extraño aquello que me era familiar entre la Universidad de Federal do Rio de Janeiro; extraño el recorrer de bulevares, avenidas, calles más allá de las rojas tierras del norte.​​ 

No es tan ordinaria esta asamblea de extraños que de alguna manera me reconocen como una intrusa.

Julia Melissa Rivas




Fuimos todos culpables

Desde un punto neutro
ileso el útero

Desde la debilidad el azar cruje como madera vieja
dar vida
a la pobreza
al destierro o al murmullo
siempre ha sido de lo más sencillo
      eso nos dice el tiempo

Julia Melissa Rivas




Imperio 

Alguien ha sitiado la ciudad.​​
Alguien ha sitiado el reino.
Se aproxima la hora de confirmar los manuscritos y relatos. 

Mas los invasores desconocen que de cada carbón,
de cada ceniza gris,
es lo que reconstruye una vez más el imperio.

Julia Melissa Rivas




L´enfant terrible cultiva las referencias innecesarias que de él y otro se hacen en el siglo XX

Mi alma se dice, debe ser monstruosa
Entre el sentido libre que me dio la calle y la rigidez que sé existe en un corset
pienso que ningún alma puede corromperse hasta ser realmente monstruosa
Pero lo que dicen sé que es una referencia acordada, un cliché entre el rí­o Sena y el Loria
Mi alma que aún no es monstruosa
es la de un vidente frente a una bola de cristal destrozada
la de un niño que hostiga a todos frente a la realidad más incómoda
donde no cabe el café a media tarde ni el pastis
Mi alma es un desarreglo de los sentidos como un semejante lo vislumbró
Mi alma es sabida por mí­
y en ella germinan verrugas que deben ser cultivadas con ahí­nco

Julia Melissa Rivas



Primer nacimiento

El barro, como
símbolo, cimiento o sinceridad
intenta convencernos
de que somos un
sabio socorro a la sobriedad

Julia Melissa Rivas















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