Al pie de las poesías de Herrera
   Así cantaba en dulce son, Herrera,		
gloria del Betis espacioso, cuando		
iba las quejas amorosas dando		
de su mansa corriente en la ribera.		
   Y las ninfas del bosque en la frontera
selva de Alcides, todas escuchando,		
en cortezas de olivo iban grabando		
sus versos, cual si Apolo los dijera.		
   Y porque Tiempo, tú, no los consumas		
en estas hojas trasladados fueron
por sacras manos del Castalio coro.		
   Dieron los cisnes sus nevadas plumas		
y las ninfas del Betis esparcieron		
para enjugarlos sus arenas de oro.
Baltasar de Escobar
Soneto
   Dormía en un prado mi pastora hermosa,		
y entorno de ella erraba entre las flores,		
de una y otra usurpando los licores,		
una abejuela, más que yo dichosa,		
   que vio los labios donde amor reposa
y a quien el alba envía los colores,		
y al vuelo refrenando los errores,		
engañada, los muerde como a rosa.		
   ¡Oh venturoso error, discreto engaño!		
Oh temeraria abeja, pues tocaste
donde aun imaginarlo no me atrevo!		
   Si has sentido de envidia el triste daño,		
parte conmigo el néctar que robaste;		
te deberé lo que al amor no debo.		
Baltasar de Escobar
Soneto
   Pues del occidental reino apartado,		
do el invierno se juntan y el estío,		
las bellas ninfas que del Jauja frío		
llevan al Marañón censo sagrado.		
   Han (ilustre don Pedro) celebrado
tan poco vuestro nombre, yo confío		
que, si me ayudan las del Betis mío,		
gozaré la ocasión que me han dejado.		
   Y al Potosí magnífico, eminente,		
que encender quiere al cielo con centellas,
y al mundo con tesoros enriquece.		
   No por sus venas, no, por la excelente		
de vuestro ingenio, sí, más rica que ellas,		
celebraré, con lo que aquesta ofrece.
Baltasar de Escobar
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