A la muerte del padre de Ramírez Pagan
Ramírez yace aquí, padre dichoso
a quien las musas llaman sacro abuelo,
y sobre su sepulcro hacen duelo
ayudando al poeta misterioso.
Honra, viador, el túmulo lloroso,
siquiera por el santo amor y celo
que debes a la pluma de alto vuelo
de Dardanio el pastor más ingenioso,
y di al pasar, pisando blandamente:
Holganza eterna y resplandor ilustre
tenga esta alma en el cielo esclarecido,
y herede tanta vida tu simiente
cual largo fruto del España y lustre
en el Ibero verso producido.
Alonso García
Tomada de la Biblioteca virtual Miguel de Cervantes
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