Alonso Guevara y Arellano

A la muerte de don Juan Pérez de Montalbán

   Si del vital ardor te destituye
la forzosa pensión de lo viviente,
la admiración en bronces elocuente
en la inmortalidad te constituye.

   Mas vivo quedas ya, que no te incluye,
en el común estrago ese accidente,
que a la vida tu espíritu eminente
tanto se acerca más, cuanto más huye.

   En aplausos de gloria tan de vida,
hasta la envidia en fama se convierte,
de aclamaciones tantas oprimida.

   Contra los hados blasonó tu fuerte,
pues tu muerte fue logro de más vida
y tu vida era riesgo de la muerte.

Alonso Guevara y Arellano

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