Bin Huang

"Estaba encantada de tener en mis manos el mismísimo violín de Paganini (el Guarnerius del Gesú). Pero tal vez debido a la brevedad del tiempo de calentamiento y de la actuación en 1994, no aprecié plenamente lo que podría ofrecer hasta que lo toqué una segunda vez, en 1995. Interpreté el concierto de Beethoven para violín, y aún ahora puedo recordar las inquietantemente hermosas notas altas en la cuerda Mi y la oscura y rica resonancia en las cuerdas graves. El timbre del instrumento es a la vez brillante y dulce, potente y refinado, rico y ligero, oscuro y penetrante. A veces sentía colores y matices que no había escuchado nunca antes. Ofrecía posibilidades inagotables para la expresión.

Cuando lo toqué por tercera vez en Tokio en 2000, le costó cerca de media hora de despertar, pero después produjo el sonido más hermoso que he oído nunca."

Bin Huang

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