Diego de Mójica

A la debida memoria del doctor Juan Pérez de Montalbán

   Estatua es numerosa, bocal Pira
este culto volumen (Caminante)
de aquel heroico Joven, semejante
al que aun la Tracia su memoria admira.

   A su fábrica docta cada Lira
de un Cisne, y otro, que cantó elegante,
es Sincel (contra el Hado) de diamante,
que en las almas esculpe lo que inspira.

   Bien, en tal Urna métrica, segura
preserva de su nombre la grandeza
con tanta inscripción fiel, póstuma Fama.

   Que el Coloso mental, que le figura,
todo el Tiempo es Laurel de su cabeza
y cada siglo es hoja de su rama.

Diego de Mójica





A la muerte de Lope de Vega

   Yace aquí el cuerpo del varón famoso,
que en tantos cuerpos vive repetido,
cuantos cultos volúmenes han sido
los que a la fama encomendó ingenioso.

   Cisne inmortal y fénix prodigioso
muriendo a mejor vida renacido,
de sonoro cristal es ya su nido,
en orbe empíreo rayo numeroso.

   Murió el docto, o feliz, que del destino
lo común hizo raro con su muerte,
hallando en lo que es uno diferencia.

   O infeliz, el que sólo ha crecer vino
el número al imperio de la suerte,
pues no es vida su ser, sino presencia.

Diego de Mójica













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