Soneto
   Cuando Javier sagrado, Sol procura,		
desterrar las tinieblas del Oriente,		
de la divina luz, el rayo ardiente,		
la vana exhalación se exhala impura.		
   Sale de infiel región, gentil, y oscura,	
llega a nube cruel rabiosamente,		
y desecha en su saña de repente,		
sobre Javier se llueve a piedra dura.		
   Huye la tempestad, y a un leño asido,		
de imponderable peso al río corre
en él como Sagrado ansioso sube,		
   rompe sus olas y el cristal vencido		
porque en leño Jesús, siempre socorre,		
triunfa el Sol de Javier, de río, y nube.
Francisco Guardia y Belvis
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