Gabriel López Maldonado

   Esta resplandeciente y viva llama,
que alumbra al mundo, y se levanta al cielo,
esta que ilustra al gran señor de Delo,
y desde el Tajo, al Ganges, se derrama.

   Esta que a la virtud incita, y llama,
con nuevo ejemplo a todos los del suelo,
y presta, porque de más alto el vuelo,
mil ojos, y mil alas a la fama.

   No la entendió el varón que con su pluma
cantó de su Troyano el gran renombre,
ni aquel por sus dos lauras celebrado.

   Que de estos, y de todo mortal hombre
eres, (o gran Padilla) tú la suma
y tal llama en tal pecho se ha criado.

Gabriel López Maldonado
A fray Pedro de Padilla por su Tesoro de poesías publicado en 1587



Ay amor

Ay amor,
perjuro falso traidor,
enemigo,
de todo lo que no es mal
desleal,
al que tiene ley contigo
falso amigo,
al que te das por mayor
ay Amor,
perjuro, falso traidor.
Tus engaños,
es darnos claro a entender,
que un placer,
es pesar de cien mil años,
y en mis daños
esto se prueba mejor:
ay amor,
perjuro, falso, traidor.

Gabriel López Maldonado



Deja, que ya es tiempo, en su sosiego

   Deja, que ya es tiempo, en su sosiego
al cuerpo que hasta ahora fatigado,
bástete amor lo que ha por ti pasado
sin valerle jamás justicia o ruego.

   ¿Para qué tratas tú de arderle en fuego
cuando le ha el tiempo y la razón helado,
y cuando tus engaños le han dejado
sordo a tus voces y a tu lumbre ciego?

   En sus trabajos y miserias fuiste
rico de sus despojos y contento
y yo también lo fui de sus contentos.

   Esos (por darte el alma) Amor me diste.
Allá te avén con mis pasados daños,
que a sí lo haré yo con tu escarmiento.

Gabriel López Maldonado



Desta nube que a tanto ya que llueve

   De esta nube que a tanto ya que llueve
por mis cansados ojos agua tanta
de esta que a cualquier sitio, a cualquier planta
en abundancia a humedecer se atreve,

   de esta que el corazón hace de nieve
y con ardiente rayo le quebranta
y con viento inclemente que la espanta
amargas olas en mi alma mueve,

   ¿cuándo la lluvia larga e importuna,
el viento fiero, el fuego intolerable,
la helada nieve menguarán su fuerza?

   Fin pues suele tener cualquier fortuna;
no suele ser el mal siempre durable,
sino en mí, que hasta el bien me le refuerza.

Gabriel López Maldonado



Esfuerza el pecho al mozo confiado

Esfuerza el pecho al mozo confiado
deseo de gloria en la batalla fiera
esquiva el miedo y tanto persevera,
que adquiere el nombre del tan deseado.
Otro que en vil riqueza está fundado
abriendo por el mar larga carrera
le va fulcando, y llegado le espera
el fruto (antes de visto) tan amado
Y el que rompe la tierra y del contino
trabajo llega al fin de su esperanza.
Coge del grano la colmada espiga.
Yo lleno de desconfianza
sola a ti busco, sola a ti me inclino
hállote a mi bien siempre enemiga.

Gabriel López Maldonado



¿Será verdad, permitarálo el cielo

   ¿Será verdad, permitarálo el cielo
que los serenos y hermosos ojos
que dieron dulce fin a mis enojos
den amargo principio al desconsuelo?

   ¿Será verdad que irresoluble yelo
venga a entibiar del fuego los despojos
con que Amor desterró cuantos antojos
hicieron dura guerra a mi consuelo?

   ¿Será verdad que el sol resplandeciente
cuya luz alumbraba el alma mía
en tinieblas la deje sepultada?

   Verdad será, mas no que eternamente
por más que se a de vos menospreciada
deje de ser mi fe cual ser solía.

Gabriel López Maldonado



Ya que por el morir he hecho tanto

Ya que por el morir he hecho tanto
tiempo es de hacer algo por la vida,
que la tengo anegada y consumida
en noche de silencio y mar de llanto,
Pues no dais muestras de piedad, ni espanto.
os es mi causa, y mi verdad sabida.
Si gemidos no doy con mi herida
quizà callando el cielo los levanto.
Mas no tengo tan bajo entendimiento.
que un momento resista los estraños
males, con que oprimis el alma mía
Ni tengais vos tan duro el sufrimiento
que consintais pasarse tantos años
Sin darme muestras de entenderme un día.

Gabriel López Maldonado










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