"Resumiendo el drama de los platillos voladores, que ha sido tan trágico y singular en Inglaterra, el Mediterráneo, y los Estados Unidos, como portentosos en Australia, en los últimos meses de 1953, y A principios de 1954, uno podría arriesgarse a la desagradable conjetura Wellsiana de que puede haber algo siniestro, o fuerzas hostiles de origen interplanetario desconocido que parecen decididas a mantener la aerodinámica y futuros exploradores extraterrestres dentro de los límites de la subestratosfera, y han demostraron sus intenciones y poder de manera letal. Si esto no es mera fantasía, nadie puede predecir lo que podemos esperar cuando, o si, procedemos a la construcción y lanzamiento de vehículos espaciales satelitales, según lo planeado por el Sr. Forrestal del Gobierno de los EE.UU., y desde allí, proceder a intentar un aterrizaje en la luna. Uno puede tener dudas muy serias sobre la Cálculos optimistas de que, antes del final de este actual siglo tumultuoso, la Tierra por fin han logrado aterrizar en su satélite, la luna. ¿Existe algún fenómeno astronómico o cósmico? ¿Por qué se han producido ciertas catástrofes aéreas en el mes de enero?
Puede que aún falte mucho para que Inglaterra o los Estados Unidos establezcan un protocolo espacial, y nombra al primer embajador de la Tierra a la Luna, o Marte, o algún otro mundo de del cual nuestros astrónomos, en este momento, no tienen conocimiento. Si (¿y quién puede decirlo?) hay una Liga de los Mundos, nosotros en la Tierra, hasta el momento, no tenemos perspectivas brillantes de un puesto en el Consejo o la Asamblea del mismo. Es muy probable que aquellos que vengan después de nosotros encuentren el poder de ese hombre. El camino hacia las estrellas y los planetas está pavimentado de desastre tras desastre. Antes de que hablemos arrogantemente de conquistando el espacio, sin la ayuda de ningún sacerdote o científico oficial, conquistemos primero nosotros mismos.
El consejo tiene miles de años, pero nunca lo hemos seguido."
Harold T. Wilkins o Harold Tom Wilkins
Del libro Platillos Voladores al Ataque
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