Joseph Antonio Ávila

A la muerte del doctor Juan Pérez de Montalbán

   Este que en lustros breves se prefiere
tanto a lo que el estudio le apercibe,
muerto, en las glorias de su acierto vive,
vivo, en las luces de su Ingenio muere.

   Pimpollo a quien si airado el Noto hiere
en hojas tantas su verdor escribe,
almendro, que aunque el Marco le cultive
no hay flor que airado deshojar no espere.

   Mas aunque de la Envidia el pecho ardiente
brote el veneno vil entre congojas
para apagar la sed de sus ardores;

   vivirá a su pesar eternamente
como Pimpollo el fruto de sus hojas,
y como Almendro el ámbar de sus flores.

Joseph Antonio Ávila

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