Al único sucesor del Fénix de España don Juan Pérez de Montalbán
Miente El fatal destino en ti, o Montano,
pues tu ser de tu ser se inmortaliza,
que si en veneno Clotos se desliza
la envidia ha de cortar el hilo en vano.
Y aunque parezca en mí medio inhumano,
ya te admito gozoso en tu ceniza,
que mucho si el primer Sol te eterniza,
que Águila pases más allá de humano.
Felice si envidiada fue tu suerte,
pues borraste a la envidia una esperanza.
¿Moriste? no, que el hado menos fuerte,
otra vida en ti mismo te afianza,
dichoso tú otra vez, que aun de la muerte
torcer pudiste la fatal balanza.
Juan Miguel Ibáñez
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