Ana Vicencia de Mendoza

Soneto

   Este, que acaso incierto es el cuidado,
la fe venere misterioso acierto,
sacro favor, que se vincula cierto,
al mérito feliz de imaginado.

   De Madre, ¡oh Virgen!, es mayor agrado,
pues hoy de vuestro corazón advierto,
que por mostrarle al hombre descubierto
al Hijo Dios le permitís negado.

   Y si él es otro en vos, y no segundo,
diré que le aplicáis a la otra parte,
porque en entrambas el error le acierte.

   Mas, ¡oh, infelice, cuánto ingrato mundo!
este que arbitrio fue para ganarte,
tomas para disculpa del perderte.

Ana Vicencia de Mendoza

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