¡Bien hallados todos!
   Al volver al lugar de mis amores,		
tras una ausencia por demás penosa,		
me buscaron en turba presurosa		
deudos, amigos, siervos y señores.		
   Nunca pude esperar tales favores;
jamás soñé acogida tan hermosa;		
hicieron de mi vuelta una gran cosa;		
¿dónde, cómo y por qué tantos honores?		
   Todos, cuál más cuál menos, ya en sencillas		
frases o ya entre rasgos de elocuencia
me dieron un saludo a maravillas.		
   Mas lo que me causó gran complacencia		
fue la banda de azules campanillas		
de mi balcón... temblando a mi presencia.
Antonio Osete
En la Catedral de Toledo
   Al mirar este gótico portento		
que el poder de los siglos desafía,		
a impulsos de exaltada fantasía		
se estremece el humano pensamiento.		
   Desde el mármol del rico pavimento
a la cruz que las nubes desafía,		
todo es arte y amor y poesía		
y hermosura y belleza y sentimiento.		
   Absorta el alma ve su mole ingente;		
como leyendo en insondable arcano,
humíllase con pasmo reverente,		
   y, de su autor al bendecir la mano,		
adora en el Señor Omnipotente,		
que dio al hombre poder tan soberano.
Antonio Osete
No hay comentarios:
Publicar un comentario