-Haga usted un soneto a una corista-		
dice Francos, autor de «El Señorito»,		
y yo en estos renglones me permito		
probar que su candor salta a la vista.		
   A una chica del coro, amable y lista,
y que tenga además un buen palmito,		
yo le haría con gusto un papelito,		
para halagar su presunción de artista.		
   Le haría un buen regalo por hermosa,		
o una caricia si ella la prefiere;
quieras que no, le haría la forzosa;		
   le haría hasta el amor..., o lo que fuere;		
le haría, ¡en fin!, quien sabe, cualquier cosa.		
¿Pero un soneto? ¿Para qué lo quiere?
Aza Vital
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