Cristóbal de Villarroel

A San Acacio

   De un golpe dio el amor diez mil heridas,
un solo arnés armó diez mil soldados,
hizo una cruz diez mil crucificados,
y produjo una muerte diez mil vidas;

   un palio se cortó a diez mil medidas,
y un hábito a diez mil encomendados,
una venera honró diez mil cruzados,
y enriqueció un cruzado diez mil Midas;

   juntó una adversidad diez mil amigos,
a una misa se cantan diez mil glorias,
y una gloria llevó diez mil espacios;

   concordó una verdad diez mil testigos,
un testador dejó diez mil memorias.
y un Acacio heredó diez mil Acacios.

Cristóbal de Villarroel




Soneto

   Al árbol de la vida está fijada
la arpa de David, que no de Apolo,
resonando del uno al otro polo,
con tres clavijas de dolor templada.

   Haciendo estaba música acordada,
de siete voces, que las canta el solo,
y oyéndolas Neptuno, el fuego, Eolo,
y la tierra tembló, de alborotada.

   El lamentable acento llegó al cielo,
y donde no se vio dolor ni llanto,
señales vimos de tristeza y duelo.

   Oyó una Virgen el lloroso canto,
que es Madre del dolor y del consuelo,
y en lágrimas bañó su rostro santo.

Cristóbal de Villarroel











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