Soneto
   Próspero es al nacer, quien a la Luna		
en riesgo pone infausto de apagarse.		
O Lucero del Sol. Puede pensarse,		
que con el ataúd pagas la cuna.		
   En tan unido imperio la oportuna
luz del Cuarto Planeta ha de eclipsarse,		
cuando astro coronado a colocarse		
viene tu ardor en su ínclita fortuna.		
   Ella, que es Majestad en tanto lleno		
el menguante, qué Antorcha tan crecida
llegó a lo más al dar tus claridades.		
   Y ya el cielo de España (más sereno)		
vuelve a crecer las luces de su vida,		
para llenarlo de Prosperidades.
Francisco de los Santos
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