A menos que yo lea de manera errónea la evidencia, la
historia política y filosófica de Occidente durante los últimos 150 años puede
ser entendida como una serie de intentos —más o menos conscientes, más o menos
sistemáticos, más o menos violentos— de llenar el vacío central dejado por la
erosión de la teología. Este vacío, esta oscuridad en el mismo centro, era
debida a «la muerte de Dios» (recordemos que el tono irónico, trágico, de
Nietzsche al utilizar esta célebre frase es con mucha frecuencia mal interpretado).
Pero pienso que podemos plantearlo con mayor precisión: la descomposición de
una doctrina cristiana globalizadora había dejado en desorden, o sencillamente
había dejado en blanco, las percepciones esenciales de la justicia social, del
sentido de la historia humana, de las relaciones entre la mente y el cuerpo,
del lugar del conocimiento en nuestra conducta moral.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 3
La demostración de Freud de la universalidad de sus
metáforas terapéuticas, así como del complejo de Edipo, son en sí mismas
construcciones metafóricas, dramas arquetípicos, encarnados y transmitidos en
mitos.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 19
El breve texto titulado Más allá del principio del placer es
uno de los documentos más extraordinarios de la historia de la imaginación
trágica de Occidente. Formula (y recordemos que solamente muy pocos individuos
geniales pueden hacerlo) el mito del significado de la vida como un mito de amplio
alcance, metafóricamente validado, como aquellos que nos han llegado de fuentes
antiguas y colectivas. Dos deidades, dos dioses, dos agentes abrumadores,
gobiernan y dividen nuestro ser, dijo Freud. Amor y muerte, Eros y Tánatos. El
conflicto entre ellos determina los ritmos de la existencia, de la procreación,
de la evolución psíquica y somática. Pero al final —contrariamente a toda
nuestra expectación instintiva, intuitiva, a todas nuestras esperanzas— no es
Eros, el amor, sino Tánatos el que es más fuerte, el que está más cerca de las
raíces del hombre. Lo que la especie se esfuerza por conseguir, finalmente, no
es la sobrevivencia y la perpetuación, sino el reposo, la inercia perfecta. En
el programa visionario de Freud, la explosión de la vida orgánica, que ha
conducido a la evolución humana, fue un tipo de anomalía trágica, casi una
exuberancia fatal. Trajo consigo un dolor indecible y el deterioro ecológico.
Pero esta desviación de la vida y de la conciencia terminará tarde o temprano.
Una entropía interna está en acción. Una gran quietud volverá a la creación
cuando la vida vuelva a la condición natural de lo inorgánico. La consumación
de la libido está en la muerte.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 21
El psicoanálisis freudiano estaba decidido a eliminar de la
psique humana las ilusiones infantiles —éstas son sus propias palabras— de la
religión. Freud quería liberar al hombre del infantilismo de las creencias
metafísicas. La psicología de Jung, desde luego, no sólo se inspira en la
experiencia religiosa en muchas de sus categorías principales, sino que ve en
la religión un componente natural, necesario, de la historia y la salud del
alma humana. De esta manera, la disputa freudiana con el modelo junguiano es en
parte, en mi opinión, la disputa entre el agnosticismo y la creencia
transcendente, y en un nivel mucho más profundo, un duelo entre una mitología
nueva, una creencia sustituta, y un sistema que quiere restaurar los antiguos
dioses rivales.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 24
Freud trataba de desterrar las sombras arcaicas del
irracionalismo, de la fe en lo sobrenatural. Su promesa, como la de Marx, era
una promesa de luz. No se ha cumplido. Al contrario.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 25
Como ningún otro «antropólogo» antes de él, con la posible
excepción de Rousseau, Claude Lévi-Strauss emplea esta palabra en su sentido
etimológico completo: la antropología, adecuadamente comprendida, es nada menos
que la exhaustiva «ciencia del hombre»: la science de l’homme. En este término
debemos percibir el juego completo de valores y connotaciones asociados a la
raíz griega lógos —que como todos sabemos es esa palabra difícil, que oscila
desde «espíritu» y «palabra ordenadora» hasta «lógica» y, tal vez, «misterio
encarnado», según la forma en que se emplea en el cuarto Evangelio—. Un
antropólogo, si no quiere ser un mero etnógrafo o coleccionista de exotismos,
debe ser, dice Lévi-Strauss, nada menos que un «científico del hombre», cuyo
modelo comprensivo de la naturaleza de la vida humana tenga como preliminares
la investigación marxista de las fuerzas sociales y la cartografía freudiana de
la conciencia. Es una pretensión majestuosa; pero sólo si tenemos esto presente
con claridad, podemos comprender el alcance y el impulso unificador de la gran
empresa de Lévi-Strauss.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 26
… para cualquiera que esté interesado por los postulados y
cualidades de las grandes mitologías que han tratado de llenar el vacío dejado
por la religión, la obra de Lévi-Strauss es de un interés cardinal. En efecto,
en este aspecto, Lévi-Strauss es un creador de mitos, un mitógrafo, un inventor
de leyendas, para el que la noción de una mitología total, completa, es
absolutamente fundamental.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 26
Para Claude Lévi-Strauss los mitos son, sencillamente, los
instrumentos de la supervivencia del hombre como especie pensante y social. Es
a través de los mitos como el hombre comprende el sentido del mundo, como lo
experimenta de una forma coherente, como afronta su presencia irremediablemente
contradictoria, dividida, ajena. El hombre se encuentra enredado en
contradicciones primarias entre ser y no ser, masculino y femenino, joven y
viejo, luz y oscuridad, comestible y tóxico, móvil e inerte. No puede, dice
Lévi-Strauss, resolver estas formidables antítesis enfrentadas mediante
procesos puramente racionales. En los dos polos del tiempo concebible se
encuentra enfrentado primero con el misterio de sus orígenes y luego con el
misterio de su extinción. El caos coexiste con simetrías aparentemente
exquisitas. Sólo los mitos pueden articular esas antinomias universales,
encontrar explicaciones metafóricas para la escindida situación del hombre en
la naturaleza. El hombre es, en la visión de Lévi-Strauss, un primate
mitopoético (es una expresión difícil, pero no tenemos otra mejor), un primate
capaz de elaborar y crear mitos, y a través de éstos soportar el contradictorio
e insoluble curso de su destino. Sólo él puede construir, modular y dar
adhesión emocional a lo mito-lógico (un guión necesario), lo mítico y lo
lógico, lo lógico en el interior del mito.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 27
Hay una parábola hasídica que nos cuenta que Dios creó al
hombre para que éste pudiera contar historias. Esta narración de historias es,
según Lévi-Strauss, la condición misma de nuestro ser. La alternativa sería la
inercia total o el eclipse de la razón. La capacidad mediadora, ordenadora de
los mitos, su habilidad para «codificar» —otro término de Lévi-Strauss—, para
dar expresión coherente a la realidad, indica un profundo acuerdo armónico
entre la lógica interna del cerebro y la estructura del mundo externo.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 28
Podemos decir que los occidentales más conscientes, y los
jóvenes en particular, están tratando de salvar el entorno natural, de rescatar
las especies animales, de proteger las islas de naturaleza virgen que todavía
puedan encontrarse. Demasiado tarde, dice Lévi-Strauss, demasiado tarde.
Nuestros propios experimentos de salvamento —testimonio de ello son las
reservas indias de la Amazonia— llevan consigo nuevos trastornos, nuevas
erosiones. Donde los intereses político-económicos están en juego —sea en la
industria de la pesca de la ballena, en los oleoductos de Alaska, o en la
emancipación de Nueva Guinea—, el cinismo y la destrucción prevalecerán. En
consecuencia, dice Lévi-Strauss, estamos condenados. La antropología, la ciencia
del hombre, culminará, nos dice, en «entropología». En francés, el juego de
palabras es perfecto; las dos palabras se pronuncian del mismo modo:
anthropologie, entropologie. La antropología culminará en la ciencia de la
entropía, la ciencia de la extinción. Este rasgo de humor negro lleva a la
imagen culminante de la Tierra, sin la humanidad, purificada de la basura de la
codicia y la autodestrucción humanas, girando fría y ausente en un espacio
vacío.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 35
Tenemos aquí tres grandes mitologías concebidas para
explicar la historia del hombre, la naturaleza del hombre, y nuestro futuro. La
de Marx termina en una promesa de redención; la de Freud en una visión de
regreso a casa con la muerte; la de Lévi-Strauss en un apocalipsis originado
por el mal humano y la devastación provocada por los hombres. Las tres son
mitologías racionales que pretenden tener un carácter científico, normativo.
Las tres arrancan de la metáfora compartida del pecado original. ¿Puede ser
completamente accidental que estas tres construcciones visionarias —dos de las
cuales, el marxismo y las tesis de Freud, han hecho ya tanto para cambiar
Occidente y, en realidad, la historia del mundo— deriven de un trasfondo judío?
¿No hay una lógica real en el hecho de que estos sustitutos de la moribunda
teología y la explicación de la historia propias del cristianismo, estos
intentos de reemplazar al cristianismo agonizante, hayan venido de aquéllos
cuyo legado tanto había hecho el cristianismo por suplantar?
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 39
Tenemos aquí tres grandes mitologías concebidas para
explicar la historia del hombre, la naturaleza del hombre, y nuestro futuro. La
de Marx termina en una promesa de redención; la de Freud en una visión de
regreso a casa con la muerte; la de Lévi-Strauss en un apocalipsis originado
por el mal humano y la devastación provocada por los hombres. Las tres son
mitologías racionales que pretenden tener un carácter científico, normativo.
Las tres arrancan de la metáfora compartida del pecado original. ¿Puede ser
completamente accidental que estas tres construcciones visionarias —dos de las
cuales, el marxismo y las tesis de Freud, han hecho ya tanto para cambiar
Occidente y, en realidad, la historia del mundo— deriven de un trasfondo judío?
¿No hay una lógica real en el hecho de que estos sustitutos de la moribunda
teología y la explicación de la historia propias del cristianismo, estos
intentos de reemplazar al cristianismo agonizante, hayan venido de aquéllos
cuyo legado tanto había hecho el cristianismo por suplantar?
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 42
La situación actual de la filosofía es de una amplitud
especulativa incomparable.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 45
El exorcista es solamente la más calculada y nauseabunda de
las innumerables explotaciones de la moda de lo oculto.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 46
Recuerden que en la magia hay siempre un chantaje.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 46
Afectados por la catástrofe, viviendo bajo la amenaza
palpable de la autodestrucción a causa de las armas atómicas y los al parecer
irresolubles problemas de la superpoblación, el hambre y el odio político,
hombres y mujeres comenzaron a mirar, literalmente, fuera de la Tierra. El platillo
volante —cuya aparición en el panorama mental había predicho precisamente Jung—
representa una infantil pero perfectamente comprensible satisfacción de los
deseos. Incapaz de arreglárselas por sí mismo, el hombre confía
desesperadamente en una supervisión benevolente y preclara y, en última
instancia, en la ayuda llegada del exterior. Las criaturas del espacio no
permitirán que la especie humana se destruya. Dado que están infinitamente más
evolucionados que nosotros, los extraterrestres traerán respuestas a nuestros
desesperados dilemas. La humanidad puede haber sufrido rupturas apocalípticas
antes de ésta. Por alguna razón, se nos dice, las especies sobrevivieron y la
espiral de progreso comenzó de nuevo. Nuestros guardianes del espacio jugaron
sin duda un papel salvador en esos cataclismos anteriores; testimonio son las
huellas de sus visitas; testimonio, el homenaje del hombre a esos auxiliares
sobrenaturales tal como registran las religiones, las mitologías y el arte
primitivo. Así, justo antes de que nuestros lunáticos políticos aprieten el
botón termonuclear, algún personaje galáctico saldrá de su ovni y nos mirará
con severa, pero en definitiva terapéutica melancolía.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 49
Con todo lo poderosos y ubicuos que sean estos grandes
reflejos de miedo y compensación de la dañada sensibilidad de Occidente, me
parecen no obstante un fenómeno secundario. La vuelta a lo irracional es, antes
de nada, un intento de llenar el vacío creado por la decadencia de la religión.
Por debajo de la gran oleada de insensatez está en acción esa nostalgia del
Absoluto, esa hambre de lo transcendente, que observamos en las mitologías, en
las metáforas totalizadoras de la utopía marxista, de la liberación del hombre,
en el esquema de Freud del sueño completo de Eros y Tánatos, en la punitiva y
apocalíptica ciencia del hombre de Lévi-Strauss. La ausencia de una teología
dominante, de un misterio sistemático tal como estuvo encarnado en la Iglesia,
es igualmente gráfica en las fantasías del seguidor de los ovnis, en los pánicos
y esperanzas del ocultista, en el adepto aficionado al zen. Que la búsqueda de
realidades alternativas mediante el uso de drogas psicodélicas, mediante un
abandono de la sociedad de consumo, mediante las manipulaciones del trance y el
éxtasis, están directamente relacionadas con el hambre de absoluto es algo
obvio, aunque la dinámica particular de la relación, especialmente en el caso
de los narcóticos, es más compleja de lo que se supuso al principio. Y yo
preguntaría de pasada: ¿Tiene un correlato genético? ¿Refleja el destino real
de la elite educada, especialmente en Francia e Inglaterra, en la Primera
Guerra Mundial? El sueño de la razón llena este vacío con pesadillas e
ilusiones. Por eso, yo creo, las teologías posreligiosas o sustitutas y todas las
variedades de lo irracional han demostrado no ser otra cosa que ilusiones. La
promesa marxista ha fracasado cruelmente. El programa de liberación freudiana
se ha cumplido sólo muy parcialmente. El pronóstico de Lévi-Strauss es de
irónico castigo. El zodíaco, las apariciones y las simplezas del gurú no
saciarán nuestra hambre. Queda otra alternativa. La fundamentación de la
existencia personal en la búsqueda de la verdad científica objetiva: el camino
de las ciencias filosóficas y exactas. Pero ¿tiene futuro ese camino?
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 50
La persecución de la verdad es desde el principio una
verdadera persecución. Tiene elementos de caza y de conquista.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 53
¿A qué distancia tiene que estar una fecha para que
empecemos a preocuparnos?
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 57
Los abanderados de la ecología nos dicen ahora que somos
huéspedes en esta Tierra. Sin duda ésa es la situación. Y seguramente somos
huéspedes en un universo vastísimo e incomprensiblemente poderoso cuyos hechos,
cuyas relaciones, no fueron cortadas a nuestro tamaño o a la medida de nuestras
necesidades. Sin embargo, pertenece a la eminente dignidad de nuestra especie
ir tras la verdad de forma desinteresada. Y no hay desinterés mayor que el que
arriesga y quizás sacrifica la supervivencia humana.
Nostalgia del Absoluto
George Steiner, página 62
George Steiner, página 3
George Steiner, página 19
George Steiner, página 21
George Steiner, página 24
George Steiner, página 25
George Steiner, página 26
George Steiner, página 26
George Steiner, página 27
George Steiner, página 28
George Steiner, página 35
George Steiner, página 39
George Steiner, página 42
George Steiner, página 45
George Steiner, página 46
George Steiner, página 46
George Steiner, página 49
George Steiner, página 50
George Steiner, página 53
George Steiner, página 57
George Steiner, página 62
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