A Rey de Artieda
   Al que en estado humilde se entretiene,		
y al que por gradas llega a ser Monarca,		
iguala lo que llaman hado, y Parca,		
como ejecute el uno y otro ordene.		
   Pero aquella que a dar lo justo viene,
cuya memoria mil siglos abarca,		
eterniza por letras a Petrarca		
y al Cid, porque en valor igual no tiene.		
   Justamente, señor, y amigo caro,		
con el rumor que mueve y el estruendo
la que el silencio de la Parca ataja,		
   contra su gran poder tenéis reparo,		
pues el valor al Cid le vais siguiendo,		
y espero que a Petrarca haréis ventaja.
Miguel Ribellas y de Villanoua
Gallardo capitán, que armado de oro,		
con la lanza fatal puesta en la mano,		
pisas el cuello del feroz tirano,		
que a su rey y a su Dios perdió el decoro.		
   El pie sagrado con respeto adoro,
que así castiga el loco intento vano,		
en el divino alcázar soberano		
tiene el primer lugar el primer coro.		
   Postraréme a tus pies con tu licencia,		
y allí do Lucifer está tendido,
juntos los dos haremos penitencia.		
   Que si al mismo Señor tengo ofendido,		
no queda entre él y yo más diferencia		
de estar él pertinaz, yo arrepentido.
Miguel Ribellas y de Villanoua
Discurso XIV del libro Agudeza y arte de ingenio de Baltasar Gracián
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