Al doctor Juan Pérez Montalbán
   Si un Fénix de otro Fénix producido,		
la forma tiene de aquel ser unida,		
y junta a los rigores de homicida		
piadoso fuego, que sirvió de nido.		
   Muriendo Lope, Montalbán ha sido
el Fénix que naciendo le da vida		
con su estilo, con gloria repetida,		
a pesar de las aguas del olvido.		
   Mas hoy del Fénix muere el heredero:		
lloren las Musas, y lamente Apolo
en el siglo presente y venidero.		
   Y siempre se lamente, y llore el Polo,		
cuando procede el hado, tan severo,		
y hasta el número muere, y queda él solo.
Simón Villalobos Benavides y Calatayud
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