Javier Ramos de los Santos Historia maldita del rock

 La música, cualquiera que sea su género, siempre transmite algo. Ahora bien, el rock and roll específicamente ha sido el canal, el vehículo que escogieron muchos artistas, y el público, para manifestar su oposición a un statu quo vigente que imponía y restringía la expresión al momento de su nacimiento. El rock llegó para romper con esas limitaciones, para hacer que la gente delirase de satisfacción pudiendo bailar y cantar letras que expresaban muchas de las situaciones cotidianas que les tocaba atravesar y que estaban vinculadas al amor, el sexo, las adicciones a las drogas que comenzaban a proliferar a mediados del siglo XX, la política o la crítica social.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 6
 

 
Debemos hacer una reflexión: el negocio del rock es cruel y realista. Las estrellas de la música son víctimas de todos los vicios que la sociedad, enloquecida por el dinero y el poder, ha cultivado durante siglos. Todo ello no resta valor a su música, aunque sí permite contemplar a las estrellas como ejemplos fascinantes de los efectos del éxito y del fracaso.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 7
 
 

¿Cuándo nació el rock and roll? Unos dicen que tuvo lugar en 1953, de la inventiva de un DJ de nombre Alan Freed. Otros, sin embargo, lo datan el 12 de abril de 1954, cuando un músico llamado Bill Haley, al frente de su grupo los Comets, grabó la canción «Rock around the clock». Desde entonces, ya no hay quien pueda detener este estilo celestial. Una música que ha cambiado el mundo. El rock es la música de esos poetas que usan la guitarra como bandera, de los revolucionarios que consiguieron destacados logros con su voz y un sonido único. Una música que rompía las barreras del pasado y otorgaba una nueva forma de vida a los jóvenes de mediados del pasado siglo.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 9
 
 
El título de la primera grabación de rock and roll ha sido debatido hasta el hartazgo. Hay libros completos dedicados al tema. La candidata más comúnmente mencionada es «Rocket 88», de Ike Turner (1951), exmarido de Tina Turner. En un viaje de Mississippi a Memphis, el cono del amplificador de la guitarra de Ike se dañó. Intentaron repararlo con periódicos, lo que a su vez distorsionó el sonido. No quedó como nuevo, pero en cierto modo era mejor que nuevo. Sam Phillips, el productor, disfrutó de la novedad, y decidió darle una oportunidad. Gracias a la improvisada segunda vida de unos papeles de diario, nacía la característica distorsión que hoy es marca registrada del rock.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 9
 
 
El rock and roll es un tipo de música que propugna la rebelión y rehúye todo orden. Pero al mismo tiempo posee la energía, la fe y la pasión de las experiencias religiosas menos ortodoxas. Las canciones que se fabrican y comercializan han pasado a formar parte de la memoria colectiva de la gente, que las utiliza para marcar el paso del tiempo. También han sufrido el acoso de los censores temerosos de sus efectos, han contribuido a la construcción de identidades nacionales, étnicas y sexuales, toda vez que han servido para recaudar fondos y construir una conciencia sensible ante el hambre y la pobreza, la opresión y la degradación medioambiental.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 10
 
 
El origen del club de los 27 se remonta al final de la era de la paz y el amor, cuando Alan Wilson, Brian Jones, Janis Joplin, Jimi Hendrix y Jim Morrison murieron entre 1969 y 1971, exactamente a la edad de veintisiete años.
 
Casi veinticinco años más tarde, el compositor y cantante del grupo grunge Nirvana, Kurt Cobain, al parecer, se suicidó a los 27 años y, de repente, la prensa lo introdujo en este club.
 
Esta tétrica lista incluye también al guitarrista Robert Johnson, el rey del delta blues y primer «miembro» de este selecto club; o al multiinstrumentista Brian Jones, el icónico fundador de los Rolling Stones. El hecho de que muchos de los grandes cayeran a los veintisiete años ha sido siempre algo más que una casualidad.
 
Todas estas muertes, como sabemos, tuvieron un denominador común. Todos los fallecidos tenían esa edad y la mayoría de los óbitos ocurrieron en misteriosas circunstancias. Y hasta hoy persisten la duda y la controversia. ¿Fueron solo muertes accidentales? ¿O fueron asesinatos inducidos por el exceso de alcohol y drogas, el suicidio y hasta la intromisión del diablo? Lo único claro, para algunos, es que el tristemente famoso club de los 27 sigue a la espera de reclutar nuevos miembros.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 12
 
 
 
Un número con misterio Con respecto a la simbología del número 27, nos encontramos con ciertas peculiaridades que hay que tener en cuenta en su análisis más espiritual. En el Corán, por ejemplo, aparecen citados por su nombre 27 profetas, Jesucristo entre ellos. Para esta corriente religiosa, entonces, el 27 es un número que posee un alto simbolismo en la espiritualidad islámica, ligado a la figura profética y al diálogo entre lo divino y lo humano. Mientras, para la numerología, el 27 es un número compuesto (entendiendo el primero como el dominante y el segundo como el que apoya o acentúa al anterior, aunque no existen combinaciones negativas, ya que no existen números «malos»; solo indican momentos de crisis o de conflictos importantes). El 27, en concreto, es un número altamente orientado a la espiritualidad, que combina la capacidad creativa con la imaginación y está marcado por los misterios de la existencia. Se relaciona también con la salud y con la medicina, con las terapias alternativas, los chamanes y los curanderos.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 13
 
 
El considerado por muchos el mejor guitarrista del rock tiene en su haber un récord: el pene más prominente de los medidos en el mundo del rock. La responsable de la medición fue Cynthia Plaster Caster, quien, más que lo que se le supone a una groupie al uso, se dedicó a hacer moldes en yeso de los penes en erección de aquellas estrellas del rock que le interesaban y se prestaban a su experimento.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 14
 
 
Al final de su carrera artística, Janis Joplin se transmutó en una caricatura de la mujer que había sido: ebria, drogada, afligida y apasionada, atrapada entre la tortura y el orgasmo, con su voz quebrada rogando por la liberación. Cuando se encontraba con fuerzas, prefería abstenerse de tomar nada hasta minutos antes de empezar el concierto, pues sentía que sus mejores momentos eran cuando interpretaba, y no los recordaba si estaba borracha desde el principio. Sola y desesperada por hallar el amor, Joplin encontraba consuelo en hombres, en mujeres y en las audiencias anónimas, que parecían suficientes para prometer una liberación sin complicaciones. El alcohol y las anfetaminas la ayudaban a conservar la energía, y la heroína le permitía olvidarse de la desolación.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 21
 
 
El origen del club de los 27 se remonta al final de la era de la paz y el amor, cuando Alan Wilson, Brian Jones, Janis Joplin, Jimi Hendrix y Jim Morrison murieron entre 1969 y 1971, exactamente a la edad de veintisiete años.
Casi veinticinco años más tarde, el compositor y cantante del grupo grunge Nirvana, Kurt Cobain, al parecer, se suicidó a los 27 años y, de repente, la prensa lo introdujo en este club.
Esta tétrica lista incluye también al guitarrista Robert Johnson, el rey del delta blues y primer «miembro» de este selecto club; o al multiinstrumentista Brian Jones, el icónico fundador de los Rolling Stones. El hecho de que muchos de los grandes cayeran a los veintisiete años ha sido siempre algo más que una casualidad.
 
NO MENOS IMPORTANTES
 
(Y también forman parte del fatídico club de los 27)
 
Fat Pat
Kristen Pfaff
Alan Wilson
Jeremy Michael Ward
Mia Zapata
Jean-Michel Basquiat
Linda Jones
Jesse Belvin
Chris Bell
Ron McKernan
Rudy Lewis
Kim Jonghyun
Fredo Santana
Sean McCabe
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 22
 
 
El cantante, compositor y creador del paso de la oca, Chuck Berry (baile sobre una pierna perpendicular al público mientras toca la guitarra) salió de prisión con el carácter transformado, aunque con ganas de dar batalla en el rock and roll, porque contra las leyes de los blancos ya vio que no era posible hacerlo.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 40
 
 
El primer juicio contra Berry se suspendió porque el racismo era evidente: el juez, de forma persistente, se refería al músico como «ese negro». En el segundo juicio (1962), Berry fue condenado a cinco años de prisión y 5.000 dólares de multa. El cantante, compositor y creador del paso de la oca (baile sobre una pierna perpendicular al público mientras toca la guitarra) salió de prisión con el carácter transformado, aunque con ganas de dar batalla en el rock and roll, porque contra las leyes de los blancos ya vio que no era posible hacerlo. Su tercera estancia carcelaria arrancó en 1979, esta vez por evasión de impuestos. Quizá comenzaba a extrañar a los guardias. En libertad, su carácter irascible desembocaba en episodios de gran violencia: en una ocasión destruyó la cámara de fotos de un fan que le molestó antes de un concierto; además, golpeó a Keith Richards, guitarrista de los Rolling Stones, cuando este se le acercó al salir de un club.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 40
 
 
A Chuck Berry siempre se le recordará por una de las canciones que permanecen en el olimpo del rock. «Johnny B. Goode» es la versión rockera del «American Dream». Cuenta la historia de un chico de la campiña, muy pobre, que a duras penas sabe leer y escribir, pero que es capaz de tocar la guitarra como un dios. Toca tan bien que su madre lo motiva diciéndole: «Un día tu música se escuchará por doquier y tu nombre aparecerá en los carteles». Considerada autobiográfica por muchos, la canción (según otros) se habría inspirado en la figura de Johnnie Johnson, pianista y primer colaborador de Chuck Berry.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 42
 
 
En 1977, la NASA envió la sonda Voyager al espacio en busca de otras formas de vida: entre las piezas contenidas en un CD que muestra la evolución y el nivel artístico y cultural de los habitantes del planeta Tierra, está la versión original de «Johnny B. Goode».
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 42
 
 
El rock está plagado de historias tristes.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 46
 
 
Quizá la persona que más influyó en el lado oculto de los artistas del rock fue el escritor Aleister Crowley, considerado «el hombre vivo más malvado», según la prensa de la época. Escandalizó a todas las generaciones que convivieron con él por su utilización abusiva de la heroína, su atípico comportamiento sexual y su participación en ritos diabólicos. Crowley era conocido como «La Gran Bestia» o «666», miembro de la secta masónica Orden Hermética de la Aurora Dorada o Golden Dawn, y fundador de una orden mágica conocida como la Astrum Argentium. Es famoso por haber escrito El libro de la ley, cuya filosofía se resume en la frase «haz lo que quieras». Esto se tomó como modus operandi de la rebeldía juvenil y el movimiento hippie de los años sesenta del pasado siglo. Muchos músicos e iconos del rock de la segunda mitad del siglo XX se sintieron atrapados por su figura; entre ellos los Rolling Stones, The Grateful Dead, David Bowie u Ozzy Osbourne (quien le dedicó el tema «Mr. Crowley»). Hasta los Beatles incluyeron su imagen en el disco Sgt. Pepper’s Lonely Hearts Club Band. Pero quien más se dejó atrapar por su irresistible poder de atracción fue Jimmy Page.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 48
 
 
La fascinación por el mundo del ocultismo se acrecentó en 1971, con el lanzamiento del cuarto disco, Led Zeppelin IV. En la portada no aparece ninguna imagen ni letra. Al abrirlo se localiza la lista de canciones y cuatro extraños símbolos de diferentes cultos paganos que representaban a cada uno de los miembros de la banda. Curiosamente, el que se asociaba con Page se asemejaba a la palabra «ZoSo», que pertenecía a un antiguo grimorio del siglo XVI, en el que se le relacionaba con un demonio.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 51
 
 
Una de las pasiones de Page y también de Plant era la mitología de J. R. R. Tolkien y, en especial, El Señor de los Anillos. Ambos mostraron interés por las culturas antiguas, la mitología fantástica y las religiones marginadas, impregnando las letras de Led Zeppelin de contenidos simbólicos e historias sobrenaturales. Incluso aseguró que Stairway to Heaven está inspirada en el libro Magic Arts In Celtic Britain, de Lewis Spence, gran obra de la literatura gaélica.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 55
 
 
Los Rolling Stones tienen una discografía plagada de mensajes subliminales y no tan subliminales, que nos llevan a tener la total seguridad de que sus conocimientos en torno al ocultismo o al esoterismo son mucho más profundos de lo que realmente nos han querido hacer creer.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 58
 
 
Teorías conspirativas
 
El certificado de defunción también despertó sospechas. Antes de fallecer, el cuerpo de Elvis pesaba 250 libras, unos 113 kilos; sin embargo, su peso en el certificado es de 170 libras, 77 kilos. Para darle más misterio, dicho certificado desapareció y solo se conserva una copia del original. Otra de las pistas en la que más insisten los defensores de la teoría conspirativa se encuentra en su tumba de Graceland. En ella, su nombre aparece escrito como «Elvis Aaron Presley»; en cambio, en su partida de nacimiento, su segundo nombre figura como «Aron» en lugar de «Aaron». Esta vocal que marca la diferencia sirve para interpretar que Elvis no está enterrado ahí, ya que su nombre no está escrito correctamente. Existen más indicios que apuntan a la presunta no muerte de Elvis. Dos horas después del fallecimiento oficial, un hombre que se acreditó como John Burrows pagó en efectivo un billete con destino a Buenos Aires en el aeropuerto de Memphis. Ese era el nombre que usaba el artista para sus escarceos amorosos cuando se registraba en los hoteles. Elvis se pirraba por las drogas y la comida basura. Pero el Rey tenía otro apodo: Lancelot. Un día después de su muerte, una de sus exnovias recibió una rosa firmada por Lancelot, el nombre que el cantante utilizaba con ella durante su relación y que solo ellos dos conocían. En el año 2006, Adam Muskiewicz, un director de cine estadounidense, ofreció una recompensa de tres millones de dólares para quien encontrara vivo a Elvis Presley. Él se pregunta por qué el funeral del artista fue tan rápido. «Las cosas se acallaron», afirmó. Lo cierto es que, hasta la fecha, nadie ha cobrado su seguro de vida. Siga vivo o no, existen testimonios que aseguran haber contactado con el espíritu del cantante. Golpes tremendos de puertas cerrándose y una tapa de váter que tintinea una y otra vez parecen adivinar la presencia de Elvis en una casa norteamericana. Al menos así lo cree Phyllis Collas, una mujer que se mudó a una casa que Presley compró en los sesenta en Memphis. Hasta llegó a contratar a un equipo de parapsicólogos para que detectaran las energías no visibles que habitaban la casa.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 72
 
 
Pero el Rey tenía otro apodo: Lancelot. Un día después de su muerte, una de sus exnovias recibió una rosa firmada por Lancelot, el nombre que el cantante utilizaba con ella durante su relación y que solo ellos dos conocían. En el año 2006, Adam Muskiewicz, un director de cine estadounidense, ofreció una recompensa de tres millones de dólares para quien encontrara vivo a Elvis Presley. Él se pregunta por qué el funeral del artista fue tan rápido. «Las cosas se acallaron», afirmó. Lo cierto es que, hasta la fecha, nadie ha cobrado su seguro de vida. Siga vivo o no, existen testimonios que aseguran haber contactado con el espíritu del cantante. Golpes tremendos de puertas cerrándose y una tapa de váter que tintinea una y otra vez parecen adivinar la presencia de Elvis en una casa norteamericana. Al menos así lo cree Phyllis Collas, una mujer que se mudó a una casa que Presley compró en los sesenta en Memphis. Hasta llegó a contratar a un equipo de parapsicólogos para que detectaran las energías no visibles que habitaban la casa. Otras personas afirman haber sentido el espíritu de Elvis en un viejo edificio que antaño fue un estudio de grabación de la RCA, donde el artista grabó en 1966 su famoso single «Heartbreak Hotel».
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 72
 
 
Elvis era un gran aficionado a la ufología y poseía una colección de más de 350 libros sobre la materia, además de interesarse por todo tipo de avistamientos. Su afición por los extraterrestres preocupaba a la gente de su entorno. Es más, cuando murió en 1977 las especulaciones se dispararon, y una de las teorías más extendidas fue la de que fue abducido por alienígenas. Según los biógrafos, Elvis creía que tenía poderes sobrenaturales y que curaba a los enfermos con solo tocarlos.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 78
 
 
Elvis se convirtió en el primer artista en poseer un jet privado: el Convair 880, con capacidad para un centenar de pasajeros, con lavabos y grifería de oro. El rockero odiaba la luz del día y ordenó que taparan todas las ventanas, con lo que daba la sensación de que siempre viajaba con su séquito de noche. Hoy día, el aparato se exhibe en Graceland para diversión del público.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 79
 
 
Nos trasladamos al año 1975 con nuestra máquina del tiempo particular. En la sala de conciertos del St. Martin’s College of Art de Londres reina un gran bullicio. El ambiente está caldeado y el público expectante por lo que va a ver. Una banda formada por cuatro gamberros ingleses (reunidos por Malcolm McLaren para una astuta operación de marketing) se presenta por primera vez justo en esa escuela. Ya solo el nombre de la banda, Sex Pistols, ha alarmado a los austeros responsables del colegio. Para Johnny Rotten, Paul Cook, Steve Jones y Glen Matlock es, de hecho, la primera presentación en público; no son músicos profesionales, es más, a duras penas saben tocar. Su conocimiento de los instrumentos es aproximativo: círculos elementales de bajo, la guitarra distorsionada que repite los mismos acordes hasta el infinito, la batería que más que seguir la voz de Johnny Rotten parece ir por su cuenta… Pero la cosa que más impresiona es el volumen: lacerante, considerado por muchos insoportable. Los jóvenes del público parecen fluctuar entre el espanto y el estupor. Y es que esa rock band descabellada es lo que se dice eficaz de verdad: un puñado de canciones apretadísimas, una tras otra, sin tregua, sin dar tiempo para recuperarse. Es la música punk en su estado más efervescente. Un estilo y un modo de vida que harían historia.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 79
 
 
Corta, atronadora y llena de furia. Como una canción punk. Así fue la existencia de los Sex Pistols.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 680
 
 
No mucho tiempo después de nacer como grupo, un nuevo miembro se uniría a la banda británica en lugar de su primer bajista (Matlock). La leyenda urbana más común dice que los Pistols expulsaron a este porque le gustaban los Beatles o porque se lavaba demasiado, pero la marcha del bajista se veía venir desde lejos. Le sucedió un personaje atípico y autodestructivo, pero que tenía la imagen que los Pistols querían: Sid Vicious (1957-1979), que llegaba a pasearse con una cadena con pinchos intentando herir a todos los que se aproximaban a él. El nuevo bajista nunca llegó a tocar ni una sola nota para el grupo, ya que tocaba tan mal que le desconectaban el amplificador en los conciertos. Su parte era tocada por otro músico que se escondía detrás del escenario. Vicious nunca se enteró. Era un músico espantoso (según Lemmy Kilmister, bajista de Motörhead, «no tenía ninguna aptitud, en absoluto»), pero era un gran cantante. Con mucho carisma. Vicious era la imagen perfecta de lo que el punk significaba, y que no supiera tocar el bajo era lo de menos. Propenso a la automutilación, Sid Vicious se convirtió en el centro de atención cuando pasó a formar parte del grupo británico. Homosexual y drogadicto a más no poder, en 1978 asesinó a su novia (la groupie Nancy Spungen) y el 2 de febrero de 1979 falleció por una sobredosis de heroína poco antes de ser juzgado por homicidio. El icono punk por excelencia.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 80
 
 
Tras la muerte de Sid, al parecer por una sobredosis de heroína que su madre le había comprado, la progenitora quiso enterrar el cuerpo al lado de Nancy Spungen, su novia estadounidense. Telefoneó a la madre de la chica y, como aquella se negó, dice la leyenda urbana que la madre de Vicious saltó la verja del cementerio donde estaba enterrada Spungen y soltó sobre su tumba las cenizas de su hijo para que estuviesen siempre juntos. Sin embargo, la versión del mánager de Sex Pistols, Malcom McLaren, dista de esa tesis. Según él, la madre del músico volvió a Londres en avión y, borracha como estaba, dejó caer las cenizas de su hijo en la terminal 1 del aeropuerto de Heathrow. Todavía hay quien se muestra convencido de que el espíritu de Sid Vicious deambula y se regenera continuamente por los conductos del aire acondicionado del aeropuerto londinense.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 85
 
 
Ningún género musical ha sido tan incorrecto y ofensivo como el punk. La crisis mundial del petróleo de los años setenta del pasado siglo dejó en Inglaterra tres millones de parados. Los jóvenes no encontraban futuro laboral ni vital, y se lanzaron al ruedo de la música como válvula de escape y para ganar algo de dinero. Era suficiente saber tres acordes de guitarra y un cantante que gritara mucho, además de ser provocadores. De ahí que naciera un nuevo estilo que se convirtió además en una forma de vida y una estética que se trasladó a la moda y al comportamiento de los adolescentes de 1976 y 1977. En el Reino Unido, aparte de los Pistols, destacaron bandas como The Clash y The Damned, y en Estados Unidos sobresalieron Ramones, The Dead Boys o Blondie. El punk surgió como una burla a la rigidez de los convencionalismos que ocultaban formas de opresión social y cultural. Pero tal como brotó, desapareció: fue una llamarada fugaz, quedaron su legado y los punkies, que siguieron indemnes.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 87
 
 
«La canción húngara del suicidio», como se empezó a conocer popularmente, no tardaría en llegar a Estados Unidos. Sam M. Lewis, en 1936, adaptó el tema al inglés con el título «Gloomy Sunday». Hal Kemp y su orquesta fueron los primeros en interpretar esta versión, aunque la más conocida y reproducida sería la de la genial Billie Holiday. Nadie como la atormentada Lady Day podía hacerlo mejor. En 1941 inmortalizó «Gloomy Sunday» mientras la leyenda iba creciendo como una bola de nieve. Se hablaba de suicidios en el Reino Unido, Francia, Alemania y Estados Unidos. Periódicos como The New York Times y radios locales decidieron poner freno a aquella oleada.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 90
 
 
La «Escalera al cielo» figura en todos los podios de la historia del rock, incluso en el de las canciones más odiadas por sus compositores. Esta frase de Robert Plant muestra su repulsa hacia el tema: «Si pienso que tengo que tocar esta canción en cada concierto, me sale urticaria». Para Plant, este tema que tanta gloria dio a Led Zeppelin (las revistas Guitar World y Rolling Stone eligieron el solo de guitarra en la menor creado por Jimmy Page para esta canción como el mejor de la historia) es una penitencia. Se refería a ella como «esa jodida canción de boda» y consideraba que es la peor de todo el repertorio del grupo. Sin embargo, un par de años después de ser estrenado (1971), el tema alcanzó estatus de himno. Es la partitura más vendida de la historia, y para muchos la más grandiosa canción de rock. En Estados Unidos las radios la han emitido más de cinco millones de veces.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 91
 
 
«Stairway to Heaven» fue acusada de contener mensajes satánicos por la técnica del backmasking, es decir, si la canción se escucha en sentido inverso. En 1982, un grupo de expertos analizó el tema en la Asamblea del estado de California y concluyó que emitía este demoníaco mensaje: Canto porque Satán vive en mí Dios me repugna y no puedo escapar, pero aquí está mi dulce Satán, mi poder es Satán. Él me dará el 666, Satán vive en mí.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 92
 
 
La trayectoria de Lynyrd Skynyrd siempre estuvo rodeada de polémica, con continuas peleas entre los compañeros de la formación desde sus inicios. También con la policía, tanto por el consumo habitual de drogas como por acusaciones de racismo debido a que hacían rock sureño y segregacionista. Y es que esgrimían la bandera de barras y estrellas de la confederación en sus conciertos (la enseña rebelde que agrupó a los estados esclavistas en la Guerra de Secesión). Pero esta actitud se debió más a una exigencia de su discográfica, MCA, que buscaba fans en el mercado del sur de Estados Unidos. No les salió bien la jugada, ya que comenzaron a atraer a un público vinculado con el Ku Kux Klan.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 100
 
 
Pero la insensatez es una de las características de una sociedad inmadura y caduca. Tras la detención de Manson, se organizaron sentadas y manifestaciones de grupos de acólitos pidiendo su libertad, y se crearon grupos de fans del asesino por todo el país. Hasta tal punto llegaron las cosas, que Charles Manson fue elegido Hombre del Año por la revista Tuesday’s Chile. Ver para creer.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 107
 
 
La devoción que ciertos sectores de la sociedad americana han tributado a Charles Manson ha estado presente hasta hace pocos años, cuando murió en la cárcel. Son numerosos los grupos de rock que han grabado versiones o compuesto canciones sobre él, utilizando en algunos casos su voz real, sacada de entrevistas o incluso del juicio. Un ejemplo fidedigno lo encontramos en la figura de Axl Rose. En 1993 el líder de la banda de rock Guns N’ Roses decidió incluir una versión del tema «Look at Your Game Girl», que había compuesto Manson, en su LP The Spaghetti Incident? Anteriormente, The Beach Boys habían grabado un par de temas de Manson, pero esto fue antes de la matanza de Sharon Tate. El caso es que Axl, que se había pasado media gira de Use Your Illusion luciendo una camiseta de Manson con la frase «Charlie don’t Surf» en la espalda, se empeñó en incluir este tema ante la incredulidad del resto de la banda. Pero en 1993 Guns N’ Roses ya era el proyecto de Axl, así que poco podían resistirse. Finalmente, el tema no apareció en los créditos, y, ante la controversia, el cantante declararía que en las futuras reediciones del disco se eliminaría. A día de hoy, las copias de The Spaghetti Incident? siguen incluyendo la canción y reportando royalties a la figura de Manson, aunque está muerto.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 107
 
 
Pese a su imagen pública, y en contraste con los Rolling Stones, los Beatles eran cualquier cosa menos inocentes, algo que salta a la vista por su coqueteo con algunas sustancias estupefacientes. Bob Dylan los introdujo en la marihuana en 1964, ofreciéndoles porros con toda naturalidad.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 108
 
 
La famosa foto de los Cuatro de Liverpool que aparecen cruzando un paso de cebra en el disco Abbey Road sirvió para abonar una de las teorías conspirativas más desquiciadas de la historia de la música pop-rock. Y es que un grupo como los Beatles no podía estar exento de sus propias leyendas. Según la imagen del álbum, Paul McCartney habría muerto en un accidente de tráfico en enero de 1967 y fue reemplazado por un doble. La señal que propiciaría el bulo habría sido que en la fotografía del disco Paul va descalzo. Toda la parafernalia habría sido en realidad una procesión fúnebre, con Lennon oficiando de clérigo (el mismo que presagiaba el inminente fin del cristianismo), que va de blanco; Ringo Starr, de encargado de las pompas fúnebres; George Harrison, de sepulturero (con ropa «de trabajo»), y McCartney, el cadáver. McCartney, encarnado aquí por William Campbell (el doble), claro está, es el único que cruza la calle con el paso diferente al de los demás y va descalzo y con los ojos cerrados, un detalle común en los fallecidos de algunas culturas. Y aunque está fumando, lo hace con la mano derecha siendo zurdo.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 111
 
 
A mediados de los años setenta del pasado siglo, Judas Priest liberó el género rock de buena parte de su influencia blusera. De paso, introdujo el look metalero del cuero negro y ajustado, con fuerte carga sexual. La banda, que tomó el nombre de una vieja canción de Bob Dylan, «The Ballad Of Frankie Lee & Judas Priest», alcanzó el éxito en los años ochenta adoptando una imagen fuera de lo común: los miembros del grupo se presentaban sobre el palco vestidos de cuero, estoperoles y botines. En aquella época, Judas Priest había llegado para romper con los estereotipos del rock vigentes hasta el momento: usaban símbolos satánicos e iconos nazis, escribían textos con referencias sexuales explícitas pero también con significados ambiguos, considerados injuriosos por muchos.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 123
 
 
Si hablamos de la historia de la música punk, el puesto de honor del podio por la influencia que ejerció en toda una generación desencantada lo tienen, compartiendo honores con Sex Pistols, Ramones.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 123
 
 
La desaparición en 1995 de Richey James Edwards, letrista y guitarrista de los Manic Street Preachers, es uno de los misterios más desconcertantes de la historia del rock: a día de hoy sigue sin saberse si está vivo o muerto. ¿Suicidio, accidente, asesinato? Son muchas las hipótesis, pero solo se sabe que desapareció. Se fue para no volver. Al músico se lo tragó la tierra el 1 de febrero de aquel año, cuando debería haber volado a Estados Unidos con su compañero James Dean Bradfield para una gira promocional de su nuevo álbum, The Holy Bible (1994). Nuestro protagonista no se presentó y desde entonces permanece oficialmente desaparecido.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 6
 
 
Los rasgos de los que hacen gala las bandas de death metal rayan lo excéntrico.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 155
 
 
La ignorancia ha asociado en ocasiones el death metal con la extrema violencia. Se trata de un género que ha sido estigmatizado desde sus orígenes. Nada más lejos de la realidad. Según un estudio del laboratorio de música de la Macquarie University de Sídney (Australia), este tipo de música heavy extrema no inspira arrebatos psicóticos ni peligro alguno. El profesor Bill Thompson ha asegurado que los seguidores de este género musical «son gente agradable. Ellos no salen a la calle para hacer daño a nadie». Para analizar el comportamiento de los fans del death metal, el citado estudio tomó como referencia el tema «Eaten», del grupo sueco Bloodbath. La canción está basada en el canibalismo, y a lo largo de sus versos se puede escuchar: «He tenido un deseo desde que nací; ver mi cuerpo violado y desgarrado». Según el trabajo de investigación, la mayoría de los fans del death metal «son personas inteligentes y reflexivas que simplemente sienten pasión por la música. Es el equivalente a las personas que están obsesionadas con las películas de terror o, incluso, con las recreaciones de batallas». Nos quedamos más tranquilos.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 155
 
 
La vida personal de Ozzy también da para escribir un libro. O varios por entregas. Su primera relación marital la tuvo con Thelma Riley, con quien tuvo dos hijos. Pero acabó súbitamente después de que disparase contra las gallinas de su mujer en una tarde de borrachera. Luego se casó con Sharon, hija de su mánager Don Arden. Fue ella quien encauzó su carrera musical. Más difícil fue acabar con sus vicios. Ozzy Osbourne abusaba tanto de las drogas que en una ocasión acabó en un contenedor de basura de Londres. De gira con Guns N’ Roses, fue oficialmente declarado muerto durante dos minutos por sobredosis. Los paramédicos lograron revivirlo con inyecciones de adrenalina en el corazón. Al despertar en el hospital, se sacó los tubos y corrió a la calle, consiguió llegar a su casa y lo primero que hizo allí fue… entrar al baño a inyectarse más heroína.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 161
 
 
Esta banda británica (Black Sabbath) se formó a finales de los sesenta, de la que también fueron parte Bill Ward, a la batería, y Geezer Butler, al bajo. Aunque la mayoría de sus miembros eran cristianos, comenzaron a cantar acerca de Lucifer y sus andanzas. El propio Butler pensaba ordenarse sacerdote cuando era joven y Ozzy Osbourne era un anglicano que rezaba y se santiguaba tras bambalinas antes de saltar al escenario. Al parecer, Butler se había aficionado al ocultismo y en un arrebato psicotrópico pintó su habitación completamente de negro, colgando crucifijos boca abajo e ilustraciones del diablo por las paredes. Ozzy le regaló un libro de brujería, y con su ayuda escribió el tema que dio título al primer disco y a la banda. Precisamente, en la portada de su álbum inaugural aparece la figura de una mujer con una capa negra, casi fantasmagórica. Tras la publicación, corrió el rumor de que en la fotografía original no aparecía la fémina, y que la imagen surgió a la hora de imprimir la carátula, lo que aumentó las elucubraciones sobre el satanismo de Black Sabbath.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 162
 
 
Sin lugar a dudas, Black Sabbath es una de las grandes bandas de rock duro de todos los tiempos. Responsables de popularizar en el mundo del metal el símbolo de los cuernos formados con las manos, se sientan en el rock clásico Rushmore, junto a grupos como Led Zeppelin, Pink Floyd y The Who. La mayor diferencia entre Black Sabbath y esas bandas es que Sabbath inventó un subgénero de música casi exclusivamente por su cuenta, el heavy metal. Añadieron un plus de contundencia y sobre todo oscuridad a sus composiciones basadas en melodías menores que buscaban conseguir el desasosiego en el público. Y a fe que lo lograron. ¿Cómo? A través de la invención de un acorde diabólico: el tritono.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 164
 
 
A Alice Cooper le gusta convertir un escenario de rock en un particular teatro del horror. Pocos artistas como él se han mostrado tan interesados en sorprender al público que asiste a sus conciertos. En ocasiones se presentaba con una guillotina con la que simulaba decapitarse o bien se colgaba de una cuerda. También le daba por «sacrificar» una gallina en el escenario entre chillidos, muñecas mutiladas y demás parafernalia sadomasoquista. Incluso agarraba un enorme cepillo de dientes y perseguía a una joven disfrazada de gran tubo de dentífrico.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 165
 
 
Uno de los muchos rumores que le acompañan es que escogió su alias artístico después de llevar a cabo una sesión de ouija en la que dice que contactó con el espíritu de una niña que fue asesinada, y que tenía ese mismo nombre. Una joven de la Inglaterra del siglo XVII acusada de bruja. El nombre (Alice Cooper) unía de la misma forma lo masculino, lo femenino, lo infantil y lo inquietante. Además, para reforzar estos conceptos, el músico decidió esconder su rostro detrás de un maquillaje inspirado en la película ¿Qué fue de Baby Jane? (Robert Aldrich, 1962). Y para seguir alimentando la leyenda, el 12 de abril de 1968, Furnier aseguró que murió en un accidente de coche y que resucitó como Alice Cooper. Pero esta supuesta y paranormal Alice Cooper nunca existió. Todo fue un invento publicitario, una estrategia para llamar la atención de los medios y del público.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 165
 
 
Se dice que Alice Cooper inventó el shock rock: un rock teatral, efectista y lleno de recursos visuales que después continuarían Kiss o Marilyn Manson. Algunos sectores críticos con su figura le tacharon de satánico. Nada más lejos de la realidad. En el escenario representa un personaje, un showman que está alejado de su vida privada como reputado golfista y cristiano. Su ideología está más cercana de la de los republicanos (más conservadores) que de los demócratas (más liberales) de Estados Unidos.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 167
 
 
El estilo apocalíptico, decadente y en ocasiones repulsivo de Alice Cooper en los conciertos despertaba el interés, qué digo interés, pasión, de algunos personajes célebres. Como le ocurrió a Salvador Dalí. El pintor surrealista presenció un concierto de la gira Billion Dollar Babies y quedó fascinado por la puesta en escena del rockero. Pidió conocerlo, consumaron el encuentro y la química surgió instantáneamente entre ellos. Se convirtieron en grandes amigos. Incluso Cooper pasó unos días de asueto y descanso en la casa que el artista tenía en Figueres.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 169
 
 
Bob Marley se convirtió al rastafarismo durante la década de los setenta. El rastafarismo es una ideología espiritual que apareció en los años treinta en Jamaica. Es comúnmente descrita como una religión, pero quienes pertenecen a este movimiento consideran que es una forma de vida, que también implica ser vegetariano. Veneran a Jah como un dios todopoderoso, y al emperador etíope Haille Selassie como al mesías.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 177
 

 
A través del reggae y su asociación con el rastafarismo, Marley representó la unidad de los países menos favorecidos en contra del resto del planeta.
 
Javier Ramos de los Santos
Historia maldita del rock, página 178
 
 
 

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