No temas
   Si no ha mentido mi esperanza loca;		
si al fin prendió mi fuego en tu alma pura,		
y tu mirada dice a mi ventura		
lo que se niega a confesar tu boca;		
   si no puedes ser ya la dura roca
en que se estrella el mar de mi ternura,		
y tu rubor a mi febril locura		
con llamarada cándida provoca.		
   Cese, bien mío, el despiadado arte		
de tu silencio y dime que la callarlo
más profundo este amor logró abrasarte.		
   No temas por mi vida al confesarlo;		
pues como he de vivir para adorarte,		
no moriré de gozo al escucharlo.
Salvador López Guijarro
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