Sebastián Padrón Acosta

Soneto

   La vi acercarse triste y lentamente,
envuelta en negra y vaporoso manto.
En sus ojos, bañados por el llanto,
brillaba una mirada refulgente.

   Llegó hasta mí, me atrajo dulcemente;
y mientras yo me estremecí de espanto
un beso puro, cariñoso y santo
imprimieron sus labios en mi frente.

   «Soy el dolor, me dijo, ya eres mío.
Sufre y bendice el lazo que te oprime.
Que si el placer acaba en el hastío,

   yo soy del cielo creación sublime;
y te brindo lo amargo... lo sombrío...,
lo que conforta el alma y la redime».

Sebastián Padrón Acosta

No hay comentarios: