Antonin Panenka

"En Checoslovaquia la vida del futbolista estaba bastante restringida: teníamos prohibido fumar, beber alcohol, comer fuerte y practicar sexo desde tres días antes de cada partido. Recuerdo una vez, cuando tenía 31 años, ya casi al final de mi carrera, que fui a un restaurante con mi mujer y mis hijos. Me pedí una cerveza, pero me vio el entrenador y me multaron con 2.000 coronas: fue la cerveza más cara de mi vida, y eso que ni siquiera me la terminé. Posteriormente, cuando salí a Austria me llevé un impacto, porque sólo te exigían el cien por ciento cuando estabas dentro del terreno de juego; lo que sucediera fuera daba un poco lo mismo. Pero en Checoslovaquia los entrenadores tenían un poder ilimitado sobre los futbolistas."

Antonin Panenka




"Estoy muy orgulloso de ese penalti, pero por otro lado también siento celos. Toda mi carrera traté de hacer un fútbol sugerente para el espectador y creo que mi carrera futbolística se ha visto demasiado reducida a ese penalti.

Antonin Panenka



"Los jugadores occidentales tenían mejores condiciones. Eran más rápidos y mejor preparados para la victoria. El peligro de los del Este era la capacidad de improvisar, y  so era lo que temían los occidentales."

Antonin Panenka



"Me alegro mucho de haber creado una pequeña aportación a la historia del fútbol."

Antonin Panenka



“Me siento preso de aquel penalti.”

Antonin Panenka




"Objetivamente, creo que no podría jugar al fútbol de primer nivel si hoy fuera joven. Ahora se juega más rápido y más agresivo. Y yo nunca he sido ni rápido ni agresivo; he sido creativo. En mi época, éramos ocho creadores y dos peleones en mi equipo. Si no tienes jugadores creativos a tu alrededor con los que compartir una misma filosofía para alcanzar la portería contraria, no haces nada. Tendría problemas sobre
todo en la liga checa, cada vez más física y con problemas serios en el juego combinado. Además, los mejores futbolistas checos emigran en cuanto despuntan. Los que se quedan aquí apenas pueden aprender en primera persona."

Antonin Panenka



“Si hubiera fallado aquel penalti, no me habrían dejado seguir en el fútbol. Incluso supe que el régimen comunista me habría acusado de deshonra a la patria. Y ahora sería tornero.”

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“Todos los jugadores podían ser reclutados por el Dukla, el club del ejército, durante el servicio militar. Yo me libré de la mili por razones médicas, y estoy seguro de que no me perdí nada interesante.”

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