En Arraioz
Si no me queréis sentir
no miréis donde se enbisten
el cielo y el monte:
el coche y el rayo de luz;
las zapatillas y la tierra fresca;
el sorbo del café con leche
y los trocitos de galleta de chocolate;
la arena de la plya
y la roca húmeda;
el borde de la cama
y el gato que se esconde;
la ventana abiet¡rta
y el mugir de las vacas;
el sonido del barro en el paseo bordeando el río
y la sombra de mi silueta.
Ahí
donde lo cotidiano
no se vuelve mágico.
Ahí,
no me encontraréis
Hasier Larretxea
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