"Me dije para mis adentros: Si hay una revolución, yo quiero ver lo que está pasando-"
Celeste Caeiro
"Miré para ellos y le dije a un soldado: ¿Qué es esto, qué están haciendo aquí? 'Vamos para el Cuartel del Carmo, donde está Marcello Caetano, el presidente (heredero del régimen de Salazar)'
Eran cerca de las nueve de la mañana, y el soldado, que ya llevaba unas horas de guardia, pidió a Celeste un cigarrillo. Yo nunca he fumado, pero en aquel momento me supo mal no tener uno. Me fijé en si había algo abierto, pero era demasiado temprano, estaba todo cerrado y no había nadie en la calle.
Miré a los claveles y le dije que me sabía mal, pero que sólo tenía flores. Cogí un clavel, el primero fue rojo, y él lo aceptó. Como soy así tan pequeñita y él estaba encima del tanque, tuvo que estirar el brazo, agarró el clavel y lo colocó en su fusil-"
Celeste Caeiro
"No tenía nada más para dar que un clavel."
Celeste Caeiro
"Nunca esperé que los claveles viniesen a derivar en todo esto, fue un gesto sin segundas intenciones."
Celeste Caeiro
No hay comentarios:
Publicar un comentario