Marcos Callau

Fotografía

Cotidianamente, el eterno movimiento del mar
expulsa a tierra firme 
cuerpos sin vida,
despojos de sal. 

Si todavía pudiera hallar su pupila
bajo el duro párpado
vería reflejada la habitual crueldad,
tatuada la lágrima,
la horrible algazara del ser humano. 

Opacos, sus ojos de alambrada,
ya libres, no verán jamás fronteras.
Pero, ¿qué libertad es la muerte? 

Tan solo veo una cría de humano
varada en el líquido amniótico
de una injusticia propia,
la perpetua huella de sangre inocente
en la desconocida playa,
la memoria en un corazón vacío
de nuestra historia.
Veo sólo a un niño,
arrasado por la especie dominante,
la mueca vergonzante,
el parpadeo en el obturador fotográfico,
el titular
en los periódicos de la mañana,
papeles mojados. 

Habitualmente, el eterno movimiento del mar
expulsa a tierra firme
el sueño sin vida.

Marcos Callau



















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