Salvador Jacinto Polo de Medina

 A una rosa antes de abrir

Si en verde oriente ya luz encarnada
es de tu sol ¡oh flor! seña olorosa,
no crezcas hasta el día de ser rosa,
que son las horas muerte disfrazada.

No más, beldad, aspires a engañada,
que estás, si creces, en llegando a hermosa
del achaque de un día peligrosa,
de enfermedad de un sol amenazada.

Arrepentida en balde, flor vecina,
pues a tu error no sirve de experiencia
aprovecha a tu ruego documeno.

Baste ya de otras cosas la rüina,
no te prosigas, que en mortal dolencia,
ninguno de sí mismo es escarmiento.

Salvador Jacinto Polo de Medina





La maravilla

A escarmentar el prado
maravilla naciste, flor, y en ella
escrita la siniestra infausta estrella
que anochece tu vida con el alba;
clamores son la salva
que Filomena dulcemente llora
aún no quieren fiarte hasta la aurora,
pues no llega con vida a conocerte;
sólo saben las flores de tu muerte.
¡Oh malograda vida,
en la muerte nacida!
¡Oh vida malograda,
no conseguida, no, sólo intentada!
¿Pero qué más dichosa
la podía esperar quien nació hermosa?
Que entre tanta hermosura
fuera yerro esperar mayor ventura.

Salvador Jacinto Polo de Medina












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