"Estamos a caballo entre el mundo animal y el mundo espiritual, esa es nuestra bendición y nuestra dificultad. El hombre está constituido por la cultura. El cambio ha sido muy intenso en el entorno de la familia. la convivencia es algo muy difícil, porque el egoísmo es algo consustancial al ser humano. Las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a ser mejores, pero también peores. Los seres humanos somos biológicamente animales, y todo animal se defiende primero a sí mismo. Los antropólogos queremos saber qué es lo que significa para el hombre las diferencias a las que tanto se aferra. La ventaja de la palabra hablada sobre la escrita para los antropólogos es la espontaneidad.
Entiendo este acto como un doctorado a la antropología."
Carmelo Lisón Tolosana
“Frente al cadáver de la palabra escrita encuentra el antropólogo la riqueza inagotable de la palabra sonora, inmediata, que sale caliente de los labios […] Lo que se habla no es lo que se dice; se significa mucho más que se pronuncia.”
Carmelo Lisón Tolosana
"Hay algo esencialmente humano, que es la cultura. Nosotros creamos una serie de mundos que son radicalmente innecesarios. La novela por ejemplo, el mito, el arte… Todas estas construcciones culturales, realmente soberbias, se encuentran en las civilizaciones de todos los tiempos. Es algo que nos hace ser lo que somos: diferentes del resto del cosmos. Y eso se da en todos los pueblos. En Antropología conocemos cerca de 50.000 culturas que han existido, naturalmente, unas las conocemos mucho mejor que otras, pero en todas encontramos esta vertiente tan humana que es la creatividad, el dar sentido a las cosas, el ver lo invisible: el sentido de la vida, el significado del arte, de las creencias, de la religión, de la técnica… son significados que buscamos porque estamos precisamente constituidos por la cultura. Eso algo benéfico y muy fertilizante mentalmente."
Carmelo Lisón Tolosana
“La cultura nos hace ser lo que somos: diferentes del resto del cosmos.”
Carmelo Lisón Tolosana
"La enfermedad la han padecido nuestros antepasados desde que se tiene noticia de ellos, y se le ha hecho frente de muchas maneras a través de la historia: desde las brujas hasta la medicina propiamente dicha, que también tiene mucho de brujería y de placebo. Probablemente el 80 por ciento de las medicinas actuales son más placebo que medicinas. Aunque nos sorprendamos hablando de las brujas, actualmente somos brujeriles en medicina en muy buena medida. Todo esto nos lleva al mundo de la animalidad, al mundo del cosmos en el que vivimos con los demás animales, mientras que el otro aspecto, el de la fiesta, es una realidad cultural extrema. Lo curioso de España es que esas creaciones culturales nos vienen al menos desde el siglo XIX, no mucho antes, porque las tradiciones tampoco duran tanto, cincuenta años ya es mucho tiempo para una tradición. Los antropólogos tenemos que ir por detrás, somos detrólogos de las cosas. Cuando estudiamos las fiestas en España, observamos que ahora se está volviendo a las tradiciones antiguas, porque de esta manera parece que estamos probando que tenemos una tradición cultural más antigua que la autonomía próxima. Esa tendencia está innovando sobre cosas antiguas que ya existían. Eso ocurre, por ejemplo, en el carnaval, que está volviendo con fuerza, pero reactivando lo que ya estaba haciéndose. Las fiestas no han cambiado tanto, lo que ocurre es que se está volviendo la vista atrás."
Carmelo Lisón Tolosana
"La historia oral es algo reciente. Hará cuarenta años que se conoce en la forma en que se recoge actualmente. Está en consonancia con lo que explicaba antes: el diálogo nos da unas posibilidades enormes para aquilatar testimonios. Lo que estamos intentando es buscar un denominador común a todo eso dentro de un área de estudio. Una vez que se tienen recogidos todos los testimonios, es necesario someterlos a un juicio severo, estudiarlos desde la distancia, es preciso ver todo desde el rigor lógico de la cientificidad."
Carmelo Lisón Tolosana
"Las nuevas tecnologías nos pueden ayudar a ser mejores, pero también peores. Este es el gran dilema que tenemos siempre: cada acción, y hay que tener en cuenta que vivir implica actuar, significa un cambio. El hombre está haciendo cosas espléndidas, la tecnología, la medicina, están consiguiendo cosas casi impensables. Pero estas mejoras acarrean también problemas, efectos dañinos. Ese ir y venir de la humanidad es algo consustancial a ella, a lo que estamos obligados si queremos sobrevivir."
Carmelo Lisón Tolosana
"Los seres humanos somos biológicamente animales, y todo animal se defiende primero a sí mismo. Y esto es algo que, querámoslo o no, nos impulsa a ir en contra de los demás. Esto ocurre también con la cultura. Una cultura, desde el momento en que tiene normas y valores propios, se autodefiende, y no quiere intrusiones de otras culturas. Un estado pone como condición que no interfieran su labor desde otros estados. Todas las creaciones culturales están creando barreras, mundos especiales, y esos mundos se contraponen a veces, produciendo tensiones."
Carmelo Lisón Tolosana
"Partimos de la terrible finitud humana. Sabemos que vamos a estar aquí muy poco tiempo, y que vamos a tener que sufrir una serie de consecuencias de nuestra animalidad, por ejemplo, problemas con nuestro cuerpo, como la enfermedad. Y luego existen una serie de preguntas límite, de cuestiones últimas que nos hacemos continuamente: ¿Qué va a pasar con nosotros?, ¿Hay algo después de la vida?, ¿Acabamos aquí radicalmente o existe alguna esperanza de trascendencia? Este es un problema exclusivamente humano."
Carmelo Lisón Tolosana
"Por nuestra constitución pertenecemos, en primer lugar, a la especie de los homínidos, y poseemos una infraestructura biológica muy importante. Desde esa perspectiva, estamos en el mundo físico de los animales. Sin embargo, poseemos otra vertiente, también muy importante que hace que seamos una especie única en todo el planeta: estamos a caballo entre el mundo animal y el mundo espiritual, esa es nuestra bendición y nuestra dificultad: el poseer esos dos ámbitos tan distintos."
Carmelo Lisón Tolosana
“Si no le sirve lo que hemos hablado, no dude en tirarlo.”
Carmelo Lisón Tolosana
"Si tenemos en cuenta que nos hemos pasado ocho siglos luchando contra los moros, si se piensa que teníamos una Inquisición, si se piensa que el siglo XX dejó 100 millones de muertos por guerras…, esto nos deja a la humanidad muy mal parada. Podemos llegar a dos conclusiones: por un lado, seguimos siendo crueles, seguimos matando a la gente, seguimos siendo irracionales… Y lo seguiremos siendo. El grado es lo que hace falta disminuir, y en eso sí que está avanzando la humanidad desde hace algún tiempo, yo diría que desde la II Guerra Mundial. La humanidad ha cambiado en este tiempo en aspectos generales, en asociaciones, ongs, hasta los grandes bancos, como el Banco Mundial, están tratando de hacernos convivir. Toda estructura crea diferencias, y toda cultura establece límites en contra del otro, y mientras tengamos esta raíz cultural tendremos problemas, pero se ha avanzado y se sigue avanzando mucho porque nos toleremos unos a otros. La tolerancia tendrá que ser cada vez más acusada entre los seres humanos. Las dos razones de las que hablaba antes: la de animal natural y la del animal cultural están en pugna siempre, lo que ocurre es que ésta segunda está influenciando todo a través de mensajes, a través de los medios de comunicación… Pero no nos engañemos, la convivencia con los demás es algo muy difícil, y es un tema que no está solucionado, porque el egoísmo es algo consustancial al ser humano. Todos queremos lo nuestro antes que lo de los demás. Y es fácil constatarlo: cuando nos llegan noticias de esas terribles matanzas en centros escolares de Estados Unidos, vemos que las madres llegan corriendo y llorando, pero lo que les interesa, a donde se dirigen, es a comprobar que su hijo está vivo."
Carmelo Lisón Tolosana
"Solemos recordar el pasado un poco románticamente. En ese artículo al que usted alude yo recordaba las cosas de la escuela, a dónde nos llevaban los maestros, que nos llevaban a las afueras del pueblo y nos daban de merendar, los horizontes que nos abrían…, sin embargo, me cuesta mucho trabajo recordar lo mal que se vivía en esa época, la poca higiene que había, el hecho de que se pasaba hambre, no teníamos una radio, salíamos muy poco, no se podía llamar por teléfono…, son cosas que tengo que esforzarme para recordarlas. Todo eso son carencias fundamentales que hoy nos sorprenden y de las que no nos acordamos, es decir: estamos contando la historia de una manera un tanto distinta a lo que realmente fue, estamos echando una capa del presente para interpretar el pasado, y eso es algo que no nos va en Antropología. Es como si nos pusiéramos unas lentes especiales para ver las cosas del pasado. Esas lentes tienen distintos colores según nuestra educación, nuestra ideología, nuestras actitudes, las lecturas…, estamos coloreando todo, es muy difícil llegar a unas posiciones objetivas. La historia siempre tiene un prisma desfigurador en el que tenemos que pensar. Y esto en el mejor de los casos, cuando hay documentos, aunque también los documentos engañan. Pero hay que tener en cuenta que de los grandes movimientos radicales del siglo pasado, no tenemos documentos, por ejemplo, cuando Hitler decidió ir contra los judíos, no hay actas, a veces no conviene reflejar determinados hechos. Sin ir más lejos, antes en España, en cualquier ministerio, cuando se producía un cambio de ministro, había una máquina de destrucción de papeles, que estaba triturando documentos durante varios días. Incluso cuando existen documentos, la carencia de ellos puede ser más importante que los documentos que se conservan. Por eso, esa mirada al pasado hay que cogerla siempre con pinzas, mientras que cuando preguntamos a las gentes no contamos con documentos, lo que cuenta ahí es el diálogo y la interpretación del mismo, aunque esas interpretaciones también puedan estar equivocadas. Es decir, conocemos hasta cierto punto, con más o menos rigor, pero tenemos que ser siempre críticos con todo lo que se nos presenta como historia."
Carmelo Lisón Tolosana
"Tenemos que preguntarnos qué es lo que significan las diferenciaciones culturales, qué es lo que hay debajo, qué simbolizan… y eso es lo que intentamos averiguar: el eco de todo eso, la interioridad, el alma. De otra manera nos quedaríamos en la periferia, en el folklore. Los antropólogos queremos ir mucho más allá, queremos saber qué es lo que significa para el hombre las diferencias a las que tanto se aferra, porque una vez que se posee una creencia de algún tipo, el hombre está dispuesto a jugarse incluso la vida. Sabiendo que esas creencias son pasajeras, o contingentes, o históricas, resulta curioso que esto pueda ser así. El mundo humano es tan fabuloso y tan misterioso que fascina."
Carmelo Lisón Tolosana
"Yo diría que el cambio es algo consustancial al hombre: el cambio social, mental, cultural, de valores… Es algo que no podemos olvidar, porque cambia el modo de vida y, por tanto, cambia todo lo demás. Lo que ha ocurrido ahora ha sido el triunfo del cambio. La rapidez y la intensidad del cambio han sido enormes, y esto crea problemas, porque estamos acostumbrados a un mundo en el que las cosas las tenemos construidas según nuestros roles y nuestras posiciones… Si nos dejamos llevar por todas estas normas culturales vivimos cómodamente, pero en el momento en el que hay un cambio rápido e intenso, como está ocurriendo ahora, nos cuestionamos toda una serie de valores, lo que nos obliga a cambiar, pero este cambio hace que estemos incómodos El cambio ha sido muy intenso en el entorno de la familia, y si tenemos en cuenta que la familia es uno de los pilares fundamentales de nuestra sociedad, hace que eso lleve consigo una serie de consecuencias que hay que sufrir, sobre todo en determinados segmentos de edad, porque la gente joven acepta los cambios mucho mejor que los mayores."
Carmelo Lisón Tolosana
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