1. Omnis mundi creatura
quasi liber et pictura
nobis est in speculum;
nostre uite, nostre mortis,
nostri status, nostre sortis
fidele signaculum.
2. Nostrum statum pingit rosa,
nostri status decens glosa,
nostre uite lectio;
que dum primo mane floret,
defloratus flos effloret
uespertino senio.
3. Ergo spirans flos exspirat
in pallorem dum delirat
oriendo moriens;
simul uetus et nouella,
simul senex et puella
rosa marcet oriens.
4. Sic etatis uer humane
iuuentutis primo manere
florescit paululum;
mane tamen hoc excludit
uite uesper, dum concludit
uitale crepusculum.
5. Cuius decor dum perorat
eius decus mox deflorat
etas in qua defluit;
fit flos fenum, gemma lutum,
homo cinis, dum tributum
homo morti tribuit.
6. Cuius uita cuius esse,
pena, labor et necesse
uitam morte claudere;
sic mors uitam, risum luctus,
umbra diem, portum fluctus,
mane claudit uespere.
7. In nos primum dat insultum
pena mortis gerens uultum,
labor mortis histrio;
nos proponit in laborem,
nos assumit in dolorem,
mortis est conclusio.
8. Ergo clausum sub hac lege,
statum tuum, homo, lege,
tuum esse respice;
quid fuisti nasciturus,
quid sis presens, quid futurus,
diligenter inspice.
9. Luge penam, culpam plange,
motus frena, fastum frange,
pone supercilia.
Mentis rector et auriga
mentem rege, fluctus riga,
ne fluant in deuia.
(Traducción)
1. Toda mundana criatura,
como un libro o una pintura,
es para nosotros un espejo;
de nuestra vida, nuestra muerte,
nuestra condición y nuestra suerte
un signo fidedigno.
2. Dibuja nuestra condición la rosa,
que es de nuestro estado hermosa glosa
y de nuestra vida una lección,
pues, si temprano en la mañana florece,
en la decrepitud de la noche
su desflorada flor perece.
3. La flor, llena de vida, expira
cuando en palidez delira,
muriente desde que nace.
Al mismo tiempo vieja y joven,
a la vez anciana y niña,
la rosa ya al nacer se marchita.
4. Así, la primavera de la existencia humana
en el primer amanecer de la juventud
fugaz florece;
pero este albor nos lo elimina
el atardecer de la vida, cuando el crepúsculo
vital termina.
5. Cuando nos persuade con su encanto,
al instante desflora su hermosura
el desagüe del tiempo por el que se apresura:
la flor se convierte en heno, la gema en lodo
y el hombre en cenizas cuando rinde
a la muerte su tributo del todo.
6. Cuya vida y cuyo ser
son pena, fatiga y deber
la vida acabar en muerte;
como la muerte a la vida y la tristeza a la alegría,
la oscuridad al día y las olas a la seguridad del puerto,
así el caer de la tarde da cierre a la aurora.
7. El primer asalto nos lo da
el trabajo, mimo de la muerte,
castigo que lleva su semblante:
nos expone a la fatiga,
nos sumerge en el dolor,
y es la conclusión de la muerte.
8. Por tanto, sometido como estás a esta ley,
descifra, ¡oh, hombre!, tu condición,
considera cuál es tu ser;
mira de cerca y con diligencia
qué eras antes de nacer, qué eres ahora
y qué serás después.
9. Llora tu castigo, lamenta tu culpa,
refrena tus impulsos, doblega tu orgullo.
y depón tu arrogancia.
Rector y auriga del alma,
rige tu mente y encauza su fluctuaciones,
no sea que fluyan descarriadas.
Alain de Lille o Alain de l'Isle de Insulis o Alanus ab Insulis
Omnis mundi creatura o De miseria mundi. Texto latino a partir de las ediciones de J. P. Migne (PL 210: 579-580); G. M. Dreves y C. Blume, Ein jahrtausend lateinischer hymnendichtung, Leipzig, 1909, vol. I, p. 288, y de P. Bourgain, Poésie lyrique latine du Moyen Âge, París, LGF, 1989, p. 112 y ss.
"El más bello triunfo del escritor es hacer pensar a los que son capaces de pensar."
Alain de Lille
"La personalidad del sabio se halla ausente en su obra; el sello que el artista imprime a su obra es lo que hace de ella una obra de arte."
Alain de Lille
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