La Agenda 2030, el Gran Reinicio, el ecologismo, las crisis
económicas, los géneros, el transhumanismo, la inteligencia artificial, el
terrorismo, el aumento de los precios de los alimentos y de la energía… Todos
son golpes de Estado encubiertos. Golpes de Estado contra los Estados-nación.
¿Y quién los ejecuta,
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 10
La Agenda 2030 es un arma de guerra para conseguir el
objetivo marcado por un puñado de codiciosos, criminales y psicópatas:
apropiarse de todos los bienes de la Tierra —incluidas las personas— e
implantar una gobernanza global gestionada por manos privadas. La Agenda 2030,
el Gran Reinicio, el ecologismo, las crisis económicas, los géneros, el
transhumanismo, la inteligencia artificial, el terrorismo, el aumento de los
precios de los alimentos y de la energía… Todos son golpes de Estado
encubiertos. Golpes de Estado contra los Estados-nación. ¿Y quién los ejecuta,
quién los diseña, quién los planifica? El poder privado; es decir, la
plutocracia, que utiliza a los políticos gobernantes, a los periodistas y a los
científicos como tontos útiles, como meros títeres, como simples polichinelas
para llevar a cabo su plan. Marionetas mediocres e ignorantes, pero muy
ambiciosas y bien pagadas por sus servicios a la causa.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 18
Las grandes manipulaciones que estamos viviendo en las
últimas décadas, las grandes catástrofes y las grandes guerras, los grandes
apocalipsis han sido diseñados por los señores que anualmente se reúnen en el
Club Bilderberg para salvar el mundo. Los miembros de la organización criminal
a la que pertenece Klaus Schwab sí saben a dónde van, o eso creen, mientras una
gran parte de la población parece seguirles sin cuestionar ni una sola de sus
afirmaciones. Sin embargo, no debemos pasar por alto un dato importante que
está marcando un giro en los acontecimientos: también ahora, como en la Antigüedad,
unos pocos valientes les retamos y les desafiamos, combatimos sus mentiras, no
obedecemos sus órdenes…, porque pretenden conducirnos a la tiranía cuando, por
el contrario, sabemos que nuestro origen y nuestro destino es la Libertad.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 13
A modo de síntesis podemos afirmar que una civilización es
el triunfo del Orden sobre el Caos. Y, en contraposición, la barbarie es la
victoria del Caos sobre el Orden. Por tanto, si alguien quisiera construir un
régimen y fundar un estado de barbarie, diseñaría y ejecutaría un plan
—conmoción— para pulverizar los hilos invisibles y visibles que mantienen viva
—en orden y en armonía— una civilización. Esto es la Agenda 2030: un plan para
demoler la civilización humana. Se podría argüir que, en realidad, matizando,
el objetivo de quienes han diseñado la Agenda es acabar con la civilización
occidental, basada en valores cristianos y cuyo centro se halla en Europa. Pero
esa es solo su primera fase, para continuar luego con el resto del mundo y
levantar sobre sus cenizas una nueva civilización sostenida por un gobierno
mundial totalitario mediante la tecnología.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 14
La Agenda 2030 es un amplio programa de guerra encubierta
que comprende unos mecanismos invisibles —a priori—, cuyo manejo es el
resultado de una verdad aterradora: la destrucción de nuestra civilización y la
imposición de una nueva basada en el Dominio Subyugador, la Mentira y el Caos.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 17
Nos encontramos en un momento clave de la historia de la
humanidad. Los redactores del nuevo relato pretenden construir una civilización
totalitarista, así que la disyuntiva es evidente: libertad o tiranía.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 17
Tras analizar al detalle la Agenda 2030 —sus entresijos, sus
incoherencias y sus contradicciones—, mi conclusión es que ha sido elaborada
por un equipo de antropólogos que trabaja conjuntamente con las agencias de
inteligencia, como la CIA, que a su vez integran la estructura de poder de la
plutocracia estadounidense, que es de donde parte todo el plan. Es una
planificación antropolítica completa, diseñada al detalle para controlar a los
humanos desde la cuna hasta la tumba, un arma de guerra que nos dicta cómo
debemos nacer, vivir y cuándo y cómo hemos de morir. Utilitarista y funcional,
se sirve de las características más intrínsicamente humanas para ejercer una
manipulación a escala global y reinventar a la mujer y al hombre.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 18
Si hacemos una búsqueda en Google acerca de las salidas
laborales de los antropólogos y sociólogos, encontramos un dato revelador:
Gobiernos, ONG, agencias políticas, laboratorios de ideas, think tanks… ¿Para
que necesitan estos organismos contratar a antropólogos? Precisamente para que
identifiquen los elementos singulares que hay que atacar para apoderarse de las
sociedades y dominarlas. A esto es a lo que yo llamo «antropolítica».
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 19
El caso es que, por ejemplo, según la milenaria
historiografía china, fue el legendario emperador Fuxi quien instituyó la unión
de una mujer con un hombre (la familia) para crear armonía donde todo era caos.
Cuenta esta leyenda que en un principio no existían ni la moral ni el orden
social. Los humanos solo conocían a sus madres, no a sus padres, y cuando
estaban hambrientos, buscaban comida, y cuando estaban satisfechos, tiraban los
restos. Bebían la sangre de los animales y se vestían con pieles y juncos.
Entonces llegó el emperador Fuxi, miró hacia arriba y contempló lo que había en
los cielos; después miró hacia abajo y vio lo que ocurría en la Tierra. Fue así
como decidió unir al hombre y a la mujer, institucionalizó el matrimonio y
enseñó a sus súbditos a cocinar, a pescar con redes y a cazar con armas de
hierro. Fuxi también concibió los «Ocho Trigramas» —origen de la caligrafía
china— para conseguir el dominio sobre el mundo6. Y difundió una serie de
enseñanzas que se transmitieron oralmente hasta que comenzó la escritura china,
en el siglo XIII a. C. Sus conocimientos se plasmaron en el I Ching, o Libro de
las mutaciones, de carácter cosmogónico y filosófico, moral y ético, cuyo
objetivo es permitir el conocimiento de uno mismo y de su papel en el Cosmos.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 23
Aunque sus antecedentes son más antiguos, fue lanzada
públicamente desde las Naciones Unidas el 25 de septiembre de 2015, y se vendió
como un pacto mundial para salvarnos a todos de una serie de apocalipsis que
estaban por llegar. Así decía la nota de prensa1 difundida desde la ONU hace
nueve años: LA ASAMBLEA GENERAL ADOPTA LA AGENDA 2030 PARA EL DESARROLLO
SOSTENIBLE La Asamblea General de la ONU adoptó hoy la Agenda 2030 para el
Desarrollo Sostenible, un plan de acción a favor de las personas, el planeta y
la prosperidad, que también tiene la intención de fortalecer la paz universal y
el acceso a la justicia. Los Estados miembros de las Naciones Unidas aprobaron
una resolución en la que reconocen que el mayor desafío del mundo actual es la
erradicación de la pobreza y afirman que sin lograrla no puede haber desarrollo
sostenible. La Agenda plantea 17 objetivos con 169 metas de carácter integrado
e indivisible que abarcan las esferas económica, social y ambiental. La nueva
estrategia regirá los programas de desarrollo mundiales durante los próximos 15
años. Al adoptarla, los Estados se comprometieron a movilizar los medios
necesarios para su implementación mediante alianzas2 centradas especialmente en
las necesidades de los más pobres y vulnerables. Estamos resueltos a poner fin
a la pobreza y el hambre en todo el mundo de aquí a 2030, a combatir las
desigualdades dentro de los países y entre ellos, a construir sociedades
pacíficas, justas e inclusivas, a proteger los derechos humanos y promover la
igualdad entre los géneros y el empoderamiento de las mujeres y las niñas, y a
garantizar una protección duradera del planeta y sus recursos naturales»,
señalaron los Estados en la resolución. Los 17 Objetivos de la Agenda se
elaboraron en más de dos años de consultas públicas, interacción con la
sociedad civil y negociaciones entre los países. La Agenda implica un
compromiso común y universal, aunque, puesto que cada país enfrenta retos
específicos en su búsqueda del desarrollo sostenible, los Estados tienen
soberanía plena sobre su riqueza, recursos y actividad económica, y cada uno
fijará sus propias metas nacionales, apegándose a los Objetivos de Desarrollo
Sostenible (ODS). Además de poner fin a la pobreza en el mundo, los ODS
incluyen, entre otros puntos, erradicar el hambre y lograr la seguridad
alimentaria; garantizar una vida sana y una educación de calidad; lograr la
igualdad de género; asegurar el acceso al agua y la energía; promover el
crecimiento económico sostenido; adoptar medidas urgentes contra el cambio
climático; promover la paz y facilitar el acceso a la justicia.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 34
Yo denuncio que los propósitos reales son estos: —
Destrucción de la familia. — Erradicación del control de los padres sobre sus
hijos. — Destrucción de la identidad individual. — Destrucción de la identidad
de nación. Destruyen nuestra historia y prohíben el conocimiento real de la
misma. — Destrucción de la educación para sustituirla por la ideologización.
Universalización de un sistema de condicionamiento y reeducación destructivo
para la persona. Infantilización de la sociedad. — Políticos, pseudocientíficos
y pseudoperiodistas al servicio de la élite de poder tiránica globalista. —
Erradicación de la democracia. — Control de la población: pandemias, cambio
climático, despoblación, impuestos, promulgación de leyes absurdas y
contradictorias…
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 44
El 24 de abril de 1974, cuando era secretario de Estado de
Estados Unidos, el genocida Henry Kissinger firmó el Memorándum 200, titulado
«National Security Study Memorandum 200: Implications of Worldwide Population
Growth for US Security and Overseas Interests» («Implicaciones del Crecimiento
de la Población Mundial para la Seguridad de Estados Unidos e Intereses de
Ultramar»), y lo envió desde el Departamento de Estado a dos receptores muy
significativos: la CIA y el Departamento de Defensa. Fue adoptado como política
oficial de Estados Unidos por el presidente Gerald Ford en noviembre de 1975.
En el punto 29 del informe, Kissinger recomendaba intensificar los programas de
reducción de la población desde el año 1974 hasta el año 2000 en unos 500
millones de habitantes, y hacia 2050 en unos 3.000 millones. ¿Por qué? ¿Porque,
como reza la propaganda oficial, no hay suficientes recursos en el planeta para
alimentarnos a todos? ¿Porque la producción de alimentos calentará el clima de
la Tierra y todos moriremos? No, en absoluto. En definitiva, lo que Kissinger
proponía era que, para apropiarse de la gestión de las riquezas y energías de
los países en los que los norteamericanos estaban —y están— interesados, una
población numerosa resultaba un auténtico estorbo. Es decir, un problema que
había que resolver. Por ello, Kissinger daba «máxima importancia» a las medidas
de control de la demografía y a la promoción de métodos anticonceptivos, porque
la «economía de Estados Unidos requerirá grandes y crecientes cantidades de minerales
del extranjero», y estos países pueden crear fuerzas desestabilizadoras de
oposición en contra de Estados Unidos, que se verían agravadas si cuentan con
una demografía muy elevada. Por estos motivos recomendaba a los líderes
estadounidenses «influir en los líderes nacionales», y agregaba que «el apoyo
mundial a los esfuerzos relacionados con la población ha de buscarse mediante
un mayor énfasis en los medios de comunicación de masas y otros programas de
educación y motivación de la población [implantados por] la ONU y la USAID
[Agencia de los Estados Unidos para el Desarrollo Internacional]». Pues bien:
la Agenda 2030 no es más que la traducción de la doctrina Kissinger a un
lenguaje asumible por mentes idiotizadas. Esta ideología egoísta de la élite plutócrata
pretendía la hegemonía de Estados Unidos y la implantación en todo el planeta
de su statu quo. Así lo señaló el enviado chino: no se ha logrado precisar la
causa principal de la contaminación del medio ambiente, a saber, «la política
de pillaje, agresión y guerra» que practicaban las superpotencias. Y, por
encima de todas, la que tenía un plan más elaborado para hacerse con el mundo
era Estados Unidos, aunque, en rigor, no era la nación, sino su élite
depredadora.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 48
Un ejército de mercenarios tan ignorante como paniaguado
trabaja incansablemente desde distintos frentes para aniquilar nuestra
identidad individual, esa que hemos heredado como hijos de una gran nación, esa
que procede del carácter de nuestros ancestros, de aquellos valientes que
forjaron nuestra historia, que defendieron la Verdad, que combatieron a tiranos
e invasores y que trabajaron para darles un destino a sus hijos y sus nietos.
Ahora vienen otros tiranos a decirnos que nuestros abuelos eran unos asesinos.
¿Y les vamos a aplaudir? ¿Estáis dispuestos a seguir sus consignas?
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 50
Madres brillantes, inteligentes y valientes, comprended la
mentira en toda su dimensión y rebelaos. Hombres de honor, defended a vuestras
familias y rebelaos. Unos pocos quieren todo el poder —y vienen a por vuestros
hijos—. Además, han decidido robaros la capacidad de decisión ocultando sus
verdaderas intenciones y engañando para que lo dejéis todo en sus manos.
Distorsionan la Historia, la Ley, la Lengua, la Filosofía, nuestra fe y
nuestros ritos, el significado de la palabra «libertad», para que aceptemos su
tiranía. Les enseñan a los niños en el colegio que valen lo mismo que un árbol,
un perro o un pez. Han decidido robarnos la dignidad y la libertad, que son los
pilares del ser humano. ¿En qué nos convertiremos si los perdemos? En esclavos.
La mentira es tan grande y sus mantras han penetrado tan profundamente en las
zonas vulnerables de nuestra sociedad que es necesario espabilar. Como veremos,
la propia naturaleza de la Agenda entraña una enorme dificultad —imposibilidad—
a la hora de ser comprendida y analizada en profundidad, porque los diecisiete
Objetivos de Desarrollo Sostenible están interrelacionados y no es posible
separar unos de otros. Aun así, he intentado ampliar la mirada y reunir en
bloques los aspectos ideológicos que considero más relevantes: el fin de la
pobreza (el fin de la vida), educación de calidad (adoctrinamiento masivo),
reducción de las desigualdades (solo unos pocos lo poseerán todo), acción por
el clima (tiranía climática), instituciones sólidas (tiranía global) y alianzas
para el capitalismo (gran expolio). En ellos se condensa la munición más
mortífera de la Agenda, y en ellos se engloban los otros objetivos
—aparentemente menores— que necesitan el beneplácito de todos para convertirse
en leyes. Estamos ante unas nuevas «Tablas de la Ley» redactadas y difundidas
para que la humanidad entera siga los mandamientos de estos nuevos dioses con
pies de barro. Si no los aceptas —si no los respetas—, serás desterrado.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 51
Las vacunas de la Covid-19: una eficaz arma biológica El
informe anual «Perspectivas de la Población Mundial», de 2022, publicado por la
ONU6, señala que la población global está creciendo a su ritmo más lento desde
1950, tras caer a menos del 1 % entre 2020 y 2021. ¿Y a qué causas se atribuye
este frenazo? A la reducción de la fertilidad y a la pandemia de la Covid-19.
¡Vaya novedad! Deberían estar contentos por la meta conseguida, ¿no os parece?
Pues no, no lo creáis. Porque querrían haber erradicado más pobreza, es decir,
haber matado a más pobres. Ya hemos adelantado cómo el aborto y la «salud
reproductiva» son ya políticas de Estado y, además, como denuncié en La Tercera
Guerra Mundial ya está aquí, uno de los objetivos de la guerra biológica encubierta
que las élites globalistas denominaron «pandemia» era matar, matar y matar.
Matarnos a nosotros, claro, no a ellos. Y es que no solo Bill Gates afirmó que
las vacunas harían un trabajo excelente para frenar la demografía, sino que, en
el verano de 2019, un artículo científico publicado en la revista New England
Journal of Medicine defendía abiertamente, sin rodeos ni tapujos, la necesidad
urgente de una nueva «revolución anticonceptiva» para reducir y estabilizar la
población mundial, y proteger así al planeta del «estrés» que le genera la
actividad humana y preservar sus tesoros naturales para las generaciones
futuras7. Las alianzas (ODS 17) de los promotores de la Agenda con los
departamentos de investigación académicos logran el milagro de la multiplicación
de la propaganda que nos insta a morir y a matar a la población humana para
salvar el planeta. ¿Y qué mejor mecanismo para lograrlo que un arsenal de armas
biológicas camuflado en una «pandemia espontánea»? Y aún mejor si las pandemias
suceden una tras otra, pues no cesan de anunciar el advenimiento de la próxima.
No hay duda de que la llamada «pandemia del coronavirus» ha tenido un impacto
sobre la disminución de la población del planeta. Y no solo eso, porque ya al
año siguiente del apocalipsis, en 2021, la esperanza de vida en el mundo se
redujo a los setenta y un años (frente a los 72,8 de 2019)8, sino por lo que
vamos a exponer en breve. ¡Ah!, y no olvidemos que la ONU destaca que «en los
países de ingresos altos» las sucesivas olas de la pandemia podrían haber
reducido a corto plazo el número de embarazos y nacimientos. Inevitable pensar
en los abortos espontáneos e inexplicables de los que no paran de informarme
mis fuentes médicas y sanitarias. Es decir, no se trata de una mera posibilidad:
lo han hecho con sus vacunas. En diciembre de 2023, la OMS promocionaba una
imagen en la que podía verse a una mujer encinta bajo el lema «se recomienda a
todas las embarazadas volver a vacunarse contra la Covid-19». Sin embargo,
antes de 2020 recomendaba todo lo contrario, es decir, cero vacunas durante el
embarazo porque «son demasiados daños para el desarrollo seguro de las células
madre en el feto humano». Se ve que la pandemia lo cambió todo.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 57
Y, ojo al dato, porque la infertilidad de la que habla el
informe de la ONU no se observa en los países menos desarrollados, en donde
—¡oh, casualidad! — la tasa de las personas no vacunadas ha sido bajísima. O
sea, que al final, en el mundo de las pandemias de la Agenda 2030 los más
vulnerables no son los habitantes de los países considerados «pobres», sino los
«de ingresos altos», que fueron los que compraron millones de dosis y se
vacunaron como si no fuera a amanecer mañana.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 59
No se andan con rodeos: hay que reducir los niveles de
fertilidad. Así pues, matemos a la mitad de la población para que la otra mitad
viva feliz. Y es que, según el felicismo, la pobreza hoy es igual a tener
hijos. No tendrás familia y serás feliz… La maquinaria de propaganda y
exterminio no cesa.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 60
Más de tres años después de la histeria colectiva creada por
la propaganda de guerra psicológica, los medios oficiales de la pandemia
empezaron a publicar algunas noticias —dispersas y mínimas— acerca de la
letalidad de las vacunas. No hay que olvidar que fueron estos mismos medios,
generosamente financiados por Gobiernos, filántropos y compañías farmacéuticas,
los que las vendieron con mayor entusiasmo, no exento de criminalidad, claro. Y
todo por un supuesto virus que causaba síntomas de leves a moderados, propios
de un resfriado común o similares a los de la gripe, en, aproximadamente, el 95
% de los infectados11. «Miocarditis y pericarditis, los otros efectos adversos
de la vacuna frente al Covid» «Varios estudios evidencian el riesgo de sufrir
una inflamación del corazón o en la membrana que lo rodea tras la segunda
dosis. Sanidad, cardiólogos y vacunólogos afirman que son casos excepcionales».
CINCODÍAS (23-11-2023) Al contundente titular de CincoDías le seguía una
explicación aún más alarmante: Cada vez hay más evidencia —y comienza a
conocerse públicamente tras tres años de la pandemia— sobre el riesgo de sufrir
miocarditis o pericarditis tras la administración de la vacuna frente al Covid.
Esto es, inflamación del músculo del corazón o de la membrana que lo rodea. Un
efecto adverso que aparece tras la segunda dosis en varones jóvenes, coinciden
los estudios publicados a la fecha en varios países. Aun así, dichas
investigaciones concluyen que la posibilidad de padecer esta dolencia
cardiovascular es mayor después de padecer el SARS-CoV-2. El riesgo de
miocarditis fue mayor tras la segunda dosis de la vacuna de Moderna y persistió
después de la de recuerdo. Se manifestó en hombres menores de cuarenta años
tras el pinchazo de la de Moderna, Pfizer-BioNTech o AstraZeneca12. Lo
injurioso del caso es que el periódico citaba un estudio que se había publicado
¡un año antes! en la revista Circulation, adscrita a la Asociación Americana
del Corazón. Pero aún hay más, porque la investigación citada se realizó entre
diciembre de 2020 y 2021 (en Inglaterra) en personas mayores de trece años que
habían recibido al menos la primera dosis y que fueron ingresadas o murieron
por este motivo. ¿Cuántas muertes podrían haberse evitado si los periodistas
hubieran informado con el mismo entusiasmo con el que nos vendieron las
supuestas vacunas, y que insultaron y practicaron el terrorismo contra los
ciudadanos que ejercieron su libertad?
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 60
Al parecer, y según se señala en el texto del organismo
europeo, hasta «el 30 de septiembre de 2023 han fallecido 11.977 personas de
forma “espontánea”, tras recibir la vacuna contra el coronavirus. Lo ha
confirmado en una respuesta oficial la comisaria de Sanidad, Stella Kyriakides,
tras ser preguntada por ello». Tranquilizador, ¿no os parece? Este titular
debería haber encendido todas las alarmas y, por supuesto, ser la noticia con
la que abrieran todos los informativos europeos. Sin embargo, la noticia apenas
se ha difundido. ¿Por qué? La respuesta está en que aquí todos dependen de
todos y comen del mismo trozo del pastel. La Agencia Europea de Medicamentos
(EMA) es la encargada de recopilar los «presuntos» efectos secundarios de
medicamentos notificados por pacientes y profesionales sanitarios, por lo que
los comunican y los dan a conocer cuando les viene en gana. La Comisión Europea
confirmó el dato proporcionado por la EMA —recordemos: casi 12.000 muertes
«espontáneas»—, aunque, según un estudio de la Universidad de Harvard, «solo se
reporta un 1 % de las reacciones adversas a las vacunas, por lo que la cifra
real puede ser mucho mayor»
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 64
¿Quién necesita las vacunas y para qué cuando ya sabemos que
las inyecciones de ARNm no solamente causan infertilidad, daños cardíacos y
muertes planificadas? Eso sí, lo que no conocemos son las cifras reales de
fallecidos… La pregunta es irremediable: ¿necesitábamos vacunarnos para salvar
la vida o las necesitaban sus creadores y mercaderes para matarnos —reducir la
población— y enriquecerse? Esta triste historia ha vuelto a demostrar que matar
es un negocio muy rentable.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 65
Desde el primer momento supe que los datos de las personas
vacunadas contra el coronavirus se convertirían en un botín de guerra muy
preciado. Estaba claro que el pasaporte Covid no iba solo de control social,
sino de obtención de información. Una adquisición del todo ilícita e ilegal, ya
que las personas desconocen dónde han acabado sus datos personales —íntimos y
privados— con los que algunos se están beneficiando. Pues bien, todos esos
datos (Big Data) —conseguidos gracias al monitoreo del impacto de las vacunas
Covid-19 en la vida y en la muerte de las personas— han acabado en CEPI
(Coalición para la Promoción de Innovaciones en pro de la Preparación ante
Epidemias) y GAVI (Alianza para la Vacunación), en las farmacéuticas que ambas
entidades financiaron, creadas por Bill Gates, en la OMS, en el Banco Mundial,
en el Fondo Monetario Internacional y en la Fundación Chang Zuckerberg, entre
otros. O sea, en los patrocinadores de la pandemia.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 69
El único derecho que defienden es el derecho a matarte y a
que seas un pobre enfermo feliz. Y sí, claro, están decididos a no «dejar a
nadie atrás».
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 85
Tiranía sexual
En marzo de 2018, la ONU, en asociación directa con la OMS y
la UNESCO, publicó el documento «International Technical Guidance on Sexual
Education» («Orientación Técnica Internacional sobre Educación Sexual») con la
intención de que se convirtiera en la «guía oficial» dirigida a las escuelas
primarias de todo el mundo. En la presentación leemos que el principal objetivo
del documento es «equipar a los niños para mantener relaciones sexuales». ¿Los
padres conocen esto? Poco después se explica que la guía está destinada a
«ayudar a los niños a construir relaciones con parejas románticas o sexuales» y
a instruir a los educadores para enseñar a los niños, desde los cinco años, a
besarse, abrazarse, tocarse y desarrollar comportamientos sexuales, mientras
que a los niños de nueve años se les debe enseñar sobre masturbación, atracción
y estimulación sexual. Esto es de una gravedad y de una repugnancia
insoportables. Es corrupción de menores. El eufemístico, vago y confuso ODS 4
de la Agenda 2030 significa que todas niñas y los niños del planeta «aprendan»
a masturbarse y a tener relaciones sexuales cuando aún no han sido instruidos
para pensar sobre sí mismos y el mundo que les rodea, que es la auténtica
función de la enseñanza en las escuelas. Insisto: ¿qué tienen que decir los
padres ante esta perversidad diseñada para destruir el alma de sus hijos? En
Europa están todos muy callados. En México, al inicio del curso 2023-2024, los
padres de San Cristóbal de las Casas (Chiapas) se rebelaron y acudieron al
colegio para depositar en el patio los libros de texto con contenido sexual y
prenderles fuego. Se negaban a que sus hijos fueran manipulados y estaban
dispuestos a combatir. Organizaciones de padres y de la sociedad civil han
instado a las autoridades educativas a retirar los libros de los estudiantes de
primaria, denunciando temas y actividades que consideran inapropiadas por
«promover la hipersexualización» de los niños y «las relaciones sexuales a
temprana edad»3. ¿De dónde parte esta enseñanza enviciada dirigida a los niños?
Justamente de la institución que debería velar por ellos. Al menos, así es como
se presenta en sociedad la Organización de las Naciones Unidas para la
Educación, la Ciencia y la Cultura (UNESCO). Sin embargo, como vemos, la
institución se dedica a todo lo contrario. En su página web, y en el marco de
la Agenda 2030, se recoge otra de estas guías «formativas» para niños. Me
refiero al documento titulado «Standards for Sexuality Education in Europe»
(«Estándares para la Educación Sexual en Europa»), que contiene las siguientes
instrucciones relativas a la educación preescolar y primaria4: — Los niños de entre
cero y cuatro años deben aprender sobre la masturbación, así como a desarrollar
un interés en su propio cuerpo y en el de los demás. — Los niños de entre
cuatro y seis años deben aprender sobre la masturbación y ser alentados a
expresar sus necesidades y deseos sexuales. — Los niños de entre seis y nueve
años deben aprender sobre las relaciones sexuales, sobre la pornografía
on-line, sobre tener un amor secreto y sobre la autoestimulación. — Los niños
de entre nueve y doce años deben tener su primera experiencia sexual y aprender
a usar pornografía on-line. ¿Deseo sexual en niños de cuatro años? ¿Tener un
amor secreto y acceder a la pornografía on-line entre los seis y los nueve
años? Es la depravación de los adultos enfermos que han diseñado las guías para
saltar, como bárbaros, sobre los seres más inocentes e indefensos del mundo:
los niños. Es la normalización de la perversidad y de la maldad en las
escuelas: desde los cero a los doce años. Y no olvidemos que la Agenda 2030 se
ha adoptado como «política de Estado» y que es definida por los presidentes de
Gobierno de los Estados firmantes como un «nuevo contrato social».
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 91
Asistimos a una revolución, a un cambio de paradigma
antropológico para el cual han creado una neolengua: neutrois, dos espíritus,
transgénero, neither, genderqueer, no-binario, género cuestionado, agénero,
género fluido, pangénero, multigénero, bigender, cisgénero, persona de género
expansivo, no-Hombre, no-Mujer…, y así hasta el infinito. Es como un nuevo gran
mercado donde elegir un género. Sin embargo, la amarga verdad es que lo que
está en juego es la destrucción de la identidad personal para domesticar,
someter, esclavizar y eliminar al ser humano. Se trata de sustituir la libertad
ontológica del individuo por una dañina y del todo falsa «libertad sexual».
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 95
La propia UNESCO señala que «el impacto del uso personal del
móvil en el rendimiento académico y su empleo para grabar imágenes, vídeos o
lanzar mensajes en redes sociales para hacer bullying a algún compañero han
llevado a uno de cuatro países a aprobar leyes o decretos para prohibir su uso
en las aulas»14. Por lo que parece, es ahora cuando se dan cuenta del daño que
causa la adicción a las tecnologías… Pero ¿de verdad se dan cuenta ahora?
Resulta difícil de creer, sobre todo porque desde hace tiempo sabemos que las
élites tecnológicas educan a sus hijos lejos de pantallas y plataformas
digitales.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 99
El cinismo es el acto cotidiano del poder.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 106
Tras la publicación del Informe PISA, el periódico El
Mundo reunió a cuatro de los mejores docentes de España31, que ahora integran la llamada «Facultad
Invisible», una asociación apolítica y sin ánimo de lucro conformada por todos
los galardonados con el Premio Fin de Carrera. Procedo a destacar su veredicto:
1. El modelo pedagógico no funciona porque penaliza el
esfuerzo y el conocimiento.
2. La lectura y la escritura están en el punto de mira. Con la excusa de no dejar a nadie atrás, se ha encubierto una bajada de nivel. Se han sustituido los saberes por las competencias y la clase magistral está amenazada. Se está sobredimensionando el papel de la tecnología y hay una necesidad de innovar por innovar, aunque esto no signifique una mejora para los alumnos.
3. A la universidad llegan personas que no entienden lo que leen. Además, tienen faltas de ortografía impresionantes.
4. La inteligencia artificial va a suponer una revolución en todos los ámbitos de la vida, y también en la enseñanza, porque va a potenciar las capacidades de los estudiantes. Pero ahora más que nunca los jóvenes necesitan adquirir una base suficientemente sólida de conocimientos para no creer todo lo que les diga la máquina.
5. No hay necesidad de enseñar El Quijote con un vídeo en Instagram. No ayuda a los alumnos que los trates como tontos.
6. Hay presión sobre los profesores para que bajen el nivel.
7. Hay alumnos que no tienen ningún libro en casa y la mayoría no lee. Solo les interesan las redes sociales. Llegan al Bachillerato con dificultades para entender los enunciados de los problemas y no saben el significado de palabras muy básicas.
8. Viven en un mundo donde todo va mucho más rápido y con muchas más distracciones. Es más difícil encontrar momentos libres de estímulos que aporten la serenidad y reflexión imprescindibles para conseguir un aprendizaje profundo.
9. Están fritos a estímulos por los chutes de dopamina que les dan las pantallas.
10. Hay que garantizar el respeto al profesor, que es atacado tanto por los alumnos como por los padres, que han dejado de concebir que todos estamos en el mismo barco. Si no se nos respeta, si no se nos escucha, si los alumnos no atienden, será imposible que aprendan.
11. El conocimiento ha sido relegado a un segundo plano en las aulas y se ha creado una falsa dialéctica entre saber y ser competente.
12. Están desesperanzados a sus veinte años. Llegan al aula y dicen: «¿Para qué voy a la universidad si se va a extinguir el planeta?», «¿para qué terminar el grado si no voy a tener trabajo?». Están sufriendo una epidemia de ansiedad y depresión. No es solo lo que pasa en clase, es lo que pasa en la vida.
El sistema educativo debe buscar la excelencia, potenciando
al máximo las capacidades de los alumnos, aportándoles herramientas que les
permitan acceder al mercado laboral y dotándolos de conocimientos y cultura
para que se desarrollen en plenitud. Sin una base de conocimientos sólida, la
ciudadanía no puede ejercer libremente sus derechos democráticos, menos aún en
un panorama como el actual, en el que resulta cada vez más complejo discernir
entre la mentira y la verdad.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 114
La propuesta educativa de la Agenda 2030 es, toda ella, una
gran mentira. ¿Cómo van a aprender qué es la Verdad si la verdad no existe?,
¿si la ciencia biológica ya no es válida para diferenciar una mujer de un
hombre?, ¿si la culpa del cambio climático son las ventosidades de las vacas,
comer carne y tener hijos?, ¿si la sequía es un castigo divino por nuestros
pecados?… Si la Verdad son estos postulados —impuestos en la escuela—, la
Mentira ha dejado de existir y, por tanto, ¿cómo van a diferenciar lo que existe
de lo que no existe?
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 116
Las élites globócratas —y los Gobiernos que se han asociado
con ellas— saben bien cuáles son sus objetivos y no dudarán en hacer lo que sea
necesario para alcanzarlos. Se creen los dueños del planeta y deben
demostrarlo. Para ello han diseñado la Agenda 2030, para hacerte creer que eres
una persona libre, informada, solidaria y preocupada por el planeta cuando en
realidad no eres más que un títere, un experimento, al que manejan a su antojo.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 125
No se esconden, te lo dicen a la cara: adáptate a ser cada
vez más pobre y cállate.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 129
Otro caso paradigmático es el de Jeff Bezos, creador y
fundador de Amazon, y «el hombre más rico de la historia moderna». El magnate
asegura que en los últimos diez años ha destinado 10.000 millones de su
organización filantrópica, Bezos Family Foundation, a la protección del
medioambiente. Sin embargo, los derechos de los trabajadores no le interesan lo
más mínimo, pues les impide organizarse en sindicatos y los espía en caso de
querer hacerlo, aun a riesgo de sufrir accidentes. Por no hablar del daño que
el gigante Amazon ha causado al pequeño y el mediano comercio local, en una
especie de «neocolonialismo digital» —favorecido por la pandemia de la
Covid-19— cuyas consecuencias las estamos padeciendo todos, llevando a la
quiebra a miles de empresas que se han visto incapaces de competir con
semejante monstruo. Así es como actúan quienes consideran que el mundo y sus
habitantes les pertenecen. En esto consiste la desigualdad que —no se cansan de
decir— desean reducir.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 130
Algunos deberían avergonzarse de cómo, con el más simple de
los cuentos, han entregado su voluntad a los tiranos.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 135
Conspiranoicos son los que creen que sufrimos un
calentamiento global a pesar de que las evidencias les contradigan.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 144
Hicieron un buen experimento con la pandemia de la Covid-19,
que demostró lo fácilmente que se encierra a la gente en sus casas. Ahora lo
hacen con el cambio climático y el nuevo modo de vida que pretenden imponernos,
basado en la vigilancia y el control de nuestros movimientos, de nuestros
hábitos, de nuestra naturaleza humana y, por supuesto, de nuestras cuentas
corrientes.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 153
Nos venden el calentamiento global y el cambio climático
como un proceso que conduce a la extinción del planeta y, como consecuencia, de
la humanidad. Utilizan el miedo como arma psicológica para controlarnos,
instando a que todos los humanos nos congreguemos alrededor de un gobierno
mundial que solucione el problema. Un gobierno mundial infalible y omnipotente
que sabe lo que nos conviene. El mito del «calentamiento global» antropogénico
es una Gran Mentira que exige que los verdaderos científicos alcen la voz
contra las figuras mediáticas, la propaganda y la pseudociencia. Los
científicos, políticos y activistas que conocen la verdad y la ocultan
traicionan lo que aseguran defender —la vida humana— a cambio de su beneficio
personal. Taimados e impostores. Hoy día, el oportunista es el espécimen más
común. Arrímate al árbol que da más sombra y verás cómo tu billetera aumenta de
tamaño de la noche a la mañana. Es una apuesta segura en un juego amañado por
tahúres.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 161
En 2030, la Agenda será un absoluto fracaso, y las quejas y
los lamentos de quienes la han promovido se escucharán en todos los rincones
del planeta.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 176
El ODS 16 de la Agenda 2030 no trabaja para la paz, sino
para la guerra
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 184
Censura, propaganda, confinamientos pandémicos y climáticos,
cientos de géneros, sexualización de los más pequeños en las escuelas,
normalización de la pederastia, pasaportes sanitarios, mascarillas, tratado
global de pandemias, dinero virtual vinculado a la huella de carbono, caza de
brujas, odio a la familia, armas de destrucción masiva, terrorismo mediático,
premios económicos para abandonar la ganadería y la agricultura, abortos y
eutanasia para frenar la superpoblación… El caso es que nada de lo que defiende
la Agenda 2030 puede ser demostrado como verdad. Ni el calentamiento global es
provocado por el ser humano, ni la biología puede borrarse, ni todas las
pandemias son naturales, ni las «instituciones» que proponen son «sólidas» y ni
siquiera tuvieron nunca la intención de acabar con la pobreza y la desigualdad.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 186
Sí, desde hace bastante tiempo intuyo que la Agenda 2030 es
una creación de la CIA para cumplir las ambiciones expansionistas del
establishment estadounidense. Obviamente, la documentación que así lo demuestra
no está desclasificada —sigue siendo secreta— y pasarán muchos años hasta que
lo esté. Pero mi hipótesis se asienta sobre sólidos fundamentos: tras analizar
su estructura, sus fines, su carácter de arma psicológica, su ideología y su
origen elitista estadounidense, todo me lleva a esta conclusión. La Agenda 2030
es coincidente y absolutamente similar a los documentos de la CIA —de guerra
psicológica— que he estudiado a lo largo de mi carrera investigadora. El
objetivo es apropiarse de todos los recursos de la Tierra. Quieren someter
todas las almas. Nada satisface su codicia. La enfermedad mental de estos
ambiciosos tiranos les lleva a creer que el planeta entero es suyo y que
nosotros se lo estamos robando. Delirante.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 201
El público desconoce que gran parte de las noticias que
reciben son fabricadas por agencias y empresas privadas de inteligencia.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 204
Asimismo, fue gracias a la filtración de cien mil mensajes
de WhatsApp, en el momento álgido de la pandemia, como supimos que el entonces
secretario de Sanidad británico, Matt Hancock, participó en una campaña
psicológica para asustar a los ciudadanos y presionarlos para que se
vacunaran20. Los mensajes, intercambiados con expertos, médicos e incluso con
el premier Boris Johnson revelan las manipulaciones en temas tan sensibles como
la propagación de «información» acerca de nuevas variantes, las muertes en las
residencias de ancianos, las mascarillas, las vacunas, los confinamientos, el
cierre de escuelas… Estas son las grandes alianzas promovidas por la Agenda
2030 para proteger «a los pobres y a los vulnerables».
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 205
La Agenda 2030 es el Caballo de Troya construido por la
plutocracia globalista para apropiarse del mundo, someter a la humanidad y
convertirnos en «tecnoesclavos» —por eso han decretado que el wifi sea el nuevo
opio del pueblo—. Sin embargo, se trata de un plan absurdo e irrealizable que,
como la serpiente antigua, irá sembrando el mal a su paso.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 207
El término «tirano» —de tyrannos, «amo», «señor»,
«soberano»— procede de la antigua Grecia y con él se designaba a quienes osaban
atentar contra la democracia. Aunque cada tirano tuvo —y tiene— su particular
forma de ejercer el poder, todos poseen unas características comunes (las
veremos un poco más adelante). El sustantivo «tirano» surge en la Época
Arcaica, en torno al siglo VII a. C., con Fidón de Argos y Pisístrato, para
referirse al gobernante que no había recibido el mando por herencia o por
cualquiera de los demás métodos con los que entonces se accedía al poder. Es
decir, originariamente, la palabra no tenía una connotación negativa; el
«tirano» alcanzaba el poder, por lo general, con el apoyo popular, derrocando a
un gobierno anterior considerado injusto. Podría ser equivalente al «dictador»
romano, ese que adquirió su máxima expresión con Cincinato (419530 a. C.),
quien demostró una gran honestidad al poner orden y luego retirarse a sus
quehaceres.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 207
Si tenemos en cuenta el contexto histórico, es importante
destacar que el tránsito de la Época Arcaica a la Clásica estuvo caracterizado
por importantes cambios en todos los órdenes —económico, político y social—, lo
que me trae a la mente las revoluciones burguesas que en los siglos XVIII y XIX
acabaron con el Antiguo Régimen. El caso es que los incipientes comerciantes
atenienses pujaban contra las estructuras de poder de la aristocracia
gobernante, que se resistía a perder o a compartir el poder, a gestionar los
asuntos de la polis desde nuevas perspectivas y a aceptar que la revolución
comercial estuviera cambiando el mundo por completo. Como respuesta, por toda
Grecia comenzaron a surgir tiranos apoyados por el pueblo, de manera que la
antigua teoría griega del poder comenzó a resquebrajarse. En el imaginario
colectivo —y en los casos prácticos—, ya no se requería ser un miembro de la
aristocracia para gobernar y empezó a propagarse la noción de «meritocracia».
Ahora, el más fuerte de la tribu empezaba a medirse con otro baremo: el del
mérito. Es decir, el que sobresalía entre los demás como comerciante,
alcanzando una infinita riqueza, demostraba que era el más capaz y el más
inteligente. Tengamos en cuenta que la palabra griega aristoi significa el
«mejor»2; así que la aristocracia de la nueva época pasó a estar conformada por
los mercaderes, que fomentaron el comercio de la polis y mejoraron las
condiciones de vida de los atenienses
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 208
Hoy, como en la antigua Grecia, entendemos perfectamente el
peligro que entraña la tiranía: si el tirano se centra en ocuparse de sus
asuntos, se producirá el desastre de la polis, de la patria, del imperio. Pero
el tirano es un enfermo, un mediocre, un conspiranoico delirante, obsesionado
con el poder, que ignora que el bien de la mayoría también implica su propio
bien. Sin embargo, pese a su obsesión, el tirano no es del todo estúpido y sabe
que el fin de la tiranía supone el suyo propio. Para mantener el poder, el
tirano protegerá a los tiranos de otros lares y los convertirá en sus aliados,
mientras demoniza y criminaliza a sus enemigos: el demos7; es decir, la
mayoría.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 211
Los tiranos de Davos, de Bilderberg y de la Agenda 2030 (son
los mismos) afirman que los «teóricos de la conspiración» que cuestionan a los
«expertos» son «más peligrosos que los terroristas». Y se quedan tan anchos.
Pero ¿quiénes son los verdaderos terroristas? ¿Nosotros o quienes afirman que
nuestra respiración es un riesgo para el planeta?
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 217
Nos llaman «terroristas» a nosotros cuando los tiranos y sus
cómplices apoyan y crean guerras, diseñan pandemias, financian a asesinos y nos
estafan con el «cuento climático». La OMS ya habla de la «enfermedad X»,
provocada por un hipotético patógeno, que causaría veinte veces más muertes que
la pandemia del coronavirus. Claro, en un laboratorio secreto de Reino Unido,
Porton Down, ya están preparando las vacunas que nos salvarán…
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 217
Las pandemias de la OMS no se predicen, se planifican.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 218
De lo que se trata es de castigar a quien no comulgue con
sus planteamientos y se atreva a resistirse.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 218
Respecto a la polarización social —otro de los principales
«riesgos» que se destacaron en el último Foro de Davos—, estamos viendo que son
los tiranos quienes la crean como estrategia de tensión. Y, sencillamente,
porque les beneficia. Como sucedía en la antigua Grecia, en los momentos de
stásis («luchas civiles» o «caos social»), resulta sencillo imponer una tiranía
temporal que aplaque los ánimos de la población y restaure el orden. Es lo que
viene a decir la última «encuesta» de la Fundación Soros19, donde se habla de
la necesidad de un gobierno tiránico para solucionar los problemas sociales que
las mismas élites han creado. Dicho de otro modo: nos dividen con problemas tan
sensibles como la migración, el terrorismo, los nacionalismos, la convivencia,
la identidad personal, la creación artificial de «colectivos», el propio
concepto de democracia… Y al mismo tiempo nos dicen que hay que «proteger los
derechos humanos y las libertades fundamentales» controlando lo que desde Davos
llaman «desinformación», que es como decir que el pueblo no está maduro para
elegir a sus gobernantes ni para tener sus propias opiniones. ¿Protegernos?
Esta infantilización de la política desemboca irremediablemente en el populismo
y en la tiranía.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 219
Con todo lo que ya sabemos sobre los tiranos, sus planes de
gobierno mundial, sus propósitos y sus alianzas, podemos crear el «decálogo de
conducta» para ser un buen tirano:
1. CONTROLA LA COMUNICACIÓN, LA INFORMACIÓN Y LA EDUCACIÓN,
e impón un sistema de medios basado en la censura, la propaganda y la
ignorancia. Así lograrás crear y extender un pensamiento único que beneficiará
tus intereses particulares.
2. DECRETA UN ESTADO DE EXCEPCIÓN PERPETUO, ase gurando que
lo haces para proteger el Estado de derecho y la convivencia. De ese modo
podrás aprobar leyes arbitrarias y absurdas sin necesidad de que la población
las respalde.
3. INCREMENTA LA INTENSIDAD DE LA CRISIS (social, política,
económica, planetaria…) que te ha permitido alcanzar el poder y, si es
necesario, amenaza con la llegada del Apocalipsis.
4. DIVIDE Y ENFRENTA A LA POBLACIÓN. Haz que se acusen unos
a otros y que se consideren «traidores» mutuamente. De ese modo todos tendrán
claro quién es el enemigo y ni por asomo se les pasará por la cabeza la
posibilidad de que lo seas tú. Haz tuyo el refrán que dice: «La hormiga, por
odio a la cucaracha, votó por el insecticida. Murieron todos, hasta el grillo».
5. CREA ALIANZAS Y RECOMPENSA A TUS ALIADOS. No olvides que
nadie «trabaja» gratis, pero cualquiera te dará su apoyo a cambio de dinero,
estatus o un pedazo de poder.
6. CONTROLA EL CRECIMIENTO DEMOGRÁFICO DE LA POBLACIÓN y
defiende prácticas eugenésicas (aborto, eutanasia), aludiendo a la falta de
recursos del planeta y a la libertad de decidir sobre la propia vida.
7. INFANTILIZA EL DISCURSO mediante dicotomías basadas en
bueno-malo, blanco-negro, amigos-enemigos.
8. IMPLANTA UN CONTROL FÉRREO DE LA POBLACIÓN BASADO EN LA
TECNOLOGÍA DE LA VIGILANCIA. Defiende tus medidas aludiendo a la seguridad y a
la lucha contra el enemigo de laboratorio.
9. UTILIZA LA DEMAGOGIA SIEMPRE QUE TE SEA POSIBLE. De ese
modo tendrás garantizada la victoria en cualquier debate que pueda plantearse.
10. JUSTIFICA TUS MEDIDAS TIRÁNICAS ALUDIENDO A LA ANSIEDAD
DE LA URGENCIA. Así impedirás que el pueblo tenga tiempo para reflexionar sobre
tus actuaciones.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 219
De igual manera que en las repúblicas se requiere la virtud
y en las monarquías el honor, en los gobiernos despóticos hace falta el miedo:
la virtud no es necesaria en él y el honor sería peligroso. MONTESQUIEU, El
espíritu de las Leyes
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 221
En el siglo IV a. C., Aristóteles advirtió de que los
tiranos «actúan en su propio interés, no en el de sus súbditos»20. En la orilla
contraria, la propuesta que nos hace la Agenda 2030 es que todos nos
sacrifiquemos en interés de «los más pobres y los más vulnerables». Este
planteamiento, del que parte su justificación argumental en el plano público,
contiene ramificaciones profundas de carácter moral y legal. Si la democracia
que promete la Agenda 2030 está al servicio de «los más pobres», entonces no es
un gobierno para la mayoría; ergo, no es democracia. Esta observación —por la
que algunos me condenarían— no pretende denigrar ni a pobres ni a víctimas,
sino subrayar el subterfugio alrededor del cual está construida la Agenda, ya
que, como hemos visto a lo largo del libro, intenta ocultar —con una Gran
Mentira— su intención de convertirnos a todos en pobres y en víctimas de otros.
Solo si somos todos pobres, la Agenda 2030 tiene sentido y justificación. Dicho
lo cual llega el momento de preguntarnos si aceptamos o no el sistema de
gobierno que se propone, un sistema que, por mucho que traten de ocultarlo, es
una tiranía homicida.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 221
La Tercera Guerra Mundial —su desarrollo y su resolución—
está directamente relacionada con el objetivo originario del Club Bilderberg y
de su heredera, la Agenda 2030: el establecimiento de un gobierno único que
articule leyes universales.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 222
Su propósito a largo plazo es aniquilar todas las culturas
de la Tierra.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 223
Os propongo que reflexionéis sobre los siguientes puntos
argumentales que se esconden en el diabólico entramado de la Agenda 2030 y que
los tiranos pretenden ocultar:
1. Lo que está en el tablero de ajedrez global es el derecho
a la legitima defensa, tanto para los individuos como para las naciones. Por
tanto, ¿tiene un individuo o una nación soberana derecho a defenderse? ¿O es la
llamada «comunidad internacional» la que sustenta o avala la potestad de
decidir si una persona y un país soberano tienen derecho a defenderse?
2. ¿El derecho a la legítima defensa pertenece al ámbito del
Derecho civil y de los derechos humanos, o hay que transferirlo a entidades
supranacionales en nombre del «bien común global»?
3. ¿Qué es el «bien común global»? ¿Se busca el beneficio de
la mayoría o el de un conjunto de propietarios de conglomerados multinacionales
con una agenda diseñada por expertos de la CIA en operaciones de robo y saqueo
global?
4. ¿Lo que hoy se dirime en las fronteras de Ucrania y
Rusia, de Israel y Gaza, de China y Taiwán, de España y Marruecos, de Estados
Unidos y México son únicamente cuestiones locales? ¿O quizá allí se combate por
el futuro del mundo?
5. ¿Tienen las naciones derecho a marcar su propia agenda
política y a decidir su destino?
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 224
Para mí, uno de los temas clave es que los tiranos de hoy
pretenden aniquilar nuestro derecho a la legítima defensa. Pero no lo van a
lograr. La rebelión de las personas libres ya está en marcha. Y nos rebelamos
porque tenemos derecho a la legítima defensa.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 225
Aunque intenten convencernos de lo contrario, la Agenda 2030
no está al servicio de la mayoría; ni siquiera ha sido elegida democráticamente
por la mayoría. Está siendo impuesta por esa nefasta liga de tiranos que maneja
a su antojo a los líderes políticos y a los medios de comunicación para imponer
un totalitarismo de emergencia disfrazado de democracia. Así, pues, la Agenda
2030 es, al mismo tiempo, una tiranía encubierta, el instrumento de los tiranos
para ocultar sus crímenes y el vehículo que conduce al establecimiento de una
tiranía global.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 225
¿Sabéis lo que me enseñó mi MADRE cuando era pequeña? Quien
ríe el último ríe mejor. ¡Qué necesarias e importantes son las madres para
combatir y vencer a los pérfidos tiranos! Por eso les han declarado la guerra…
Porque una madre nunca pare esclavos. Una madre pare libertad.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 226
Una madre nunca pare esclavos. Una madre pare libertad.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 226
Yo practico la rebeldía moral. Es una rebeldía en nombre del
código deontológico del periodismo y de la moral humanística. Cada día aspiro a
ser mejor periodista y escritora, una fuente confiable de verdad en medio del
caos y la censura de los tiranos.
Cristina Martín Jiménez
Libertad o tiranía, página 226
Hay almas que no están en venta. La mía nunca lo estará. ¿Y
la tuya?
Cristina Martín Jiménez
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2. La lectura y la escritura están en el punto de mira. Con la excusa de no dejar a nadie atrás, se ha encubierto una bajada de nivel. Se han sustituido los saberes por las competencias y la clase magistral está amenazada. Se está sobredimensionando el papel de la tecnología y hay una necesidad de innovar por innovar, aunque esto no signifique una mejora para los alumnos.
3. A la universidad llegan personas que no entienden lo que leen. Además, tienen faltas de ortografía impresionantes.
4. La inteligencia artificial va a suponer una revolución en todos los ámbitos de la vida, y también en la enseñanza, porque va a potenciar las capacidades de los estudiantes. Pero ahora más que nunca los jóvenes necesitan adquirir una base suficientemente sólida de conocimientos para no creer todo lo que les diga la máquina.
5. No hay necesidad de enseñar El Quijote con un vídeo en Instagram. No ayuda a los alumnos que los trates como tontos.
6. Hay presión sobre los profesores para que bajen el nivel.
7. Hay alumnos que no tienen ningún libro en casa y la mayoría no lee. Solo les interesan las redes sociales. Llegan al Bachillerato con dificultades para entender los enunciados de los problemas y no saben el significado de palabras muy básicas.
8. Viven en un mundo donde todo va mucho más rápido y con muchas más distracciones. Es más difícil encontrar momentos libres de estímulos que aporten la serenidad y reflexión imprescindibles para conseguir un aprendizaje profundo.
9. Están fritos a estímulos por los chutes de dopamina que les dan las pantallas.
10. Hay que garantizar el respeto al profesor, que es atacado tanto por los alumnos como por los padres, que han dejado de concebir que todos estamos en el mismo barco. Si no se nos respeta, si no se nos escucha, si los alumnos no atienden, será imposible que aprendan.
11. El conocimiento ha sido relegado a un segundo plano en las aulas y se ha creado una falsa dialéctica entre saber y ser competente.
12. Están desesperanzados a sus veinte años. Llegan al aula y dicen: «¿Para qué voy a la universidad si se va a extinguir el planeta?», «¿para qué terminar el grado si no voy a tener trabajo?». Están sufriendo una epidemia de ansiedad y depresión. No es solo lo que pasa en clase, es lo que pasa en la vida.
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