"En aquella época, en 1953, me interesaba por la astrología y conocí a Sesma a través de una amiga, Rosita Niedermeier, y él empezó a hacerme cartas astrales. Ellos venían a verme a la calle Cedaceros, donde yo tenía una tienda de estilográficas, y nos hicimos amigos. Me gustaba hablar con ellos y empezamos a reunirnos en algunos sitios para charlar, como el Café Gijón, aunque a mí no me gustara porque había mucho ruido y mucho humo de los fumadores.
Fernando escribía entonces en varias revistas sobre astrología y sobre un tema incipiente en los medios de comunicación: los platillos volantes. Entonces yo, que soy protestante, empecé a leer la Biblia alemana, en una época en que estaba prohibida en España por la Iglesia católica. Me di cuenta de que en ella había muchos relatos de objetos voladores que venían de otros planetas, así como de unos visitantes llamados ángeles o profetas. Esto me parecía fascinante. Además percibí que la Tierra había sido colonizada por seres de diferentes planetas.
Un día Fernando me dijo que había recibido muchas cartas, en las que le preguntaban por qué no fundaba una sociedad en la que nos podíamos reunir a hablar de estos temas y me preguntó qué me parecía. Yo le contesté que por mí lo podíamos hacer. Así es que a finales de 1954 me puse a hacer los trámites necesarios para constituir una sociedad que llamaríamos pomposamente Sociedad de Amigos de Visitantes del Espacio-Buru. Primero nos reuníamos en el restaurante Gambrinus de la calle Zorrilla, pero como a la hora de la cena nos echaban porque tenían que servir las mesas, más tarde nos cambiamos al Café Lion, en la calle Alcalá 59, cerca de la plaza de Cibeles, en cuyos sótanos existía un espacio con mesas llamado La Ballena Alegre. En las paredes había pinturas con motivos marinos, con una gran ballena que sonreía. Venía mucha gente que se entretenía con las tertulias o charlas."
Hildegard o Hilde Luttenauer Menzel
Tomada del libro Expedientes OVNI del siglo XXI de Pablo Villarrubia Mauso, página 352
Los extraterrestres no son nuestros criados, que tienen que venir cuando a nosotros se nos antoje. Hay un falso espiritismo o espíritus que se hacen pasar por extraterrestres y los contactados se lo creen y algunos acaban enloqueciendo. Son espíritus burlones, pues los verdaderos extraterrestres no son como animales amaestrados que tienen que presentarse a nuestro antojo. Los verdaderos, desde tiempos inmemoriales, han transmitido enseñanzas espirituales a la humanidad. Desde hace mucho tiempo, especialmente en época de crisis, nos vigilan, como si estuvieran vigilando a niños que están jugando con cosas peligrosas. La humanidad se acerca a su punto más peligroso y obligarán a los alienígenas a intervenir. Pero eso no sería muy agradable para nosotros.
Hildegard o Hilde Luttenauer Menzel
Tomada del libro Expedientes OVNI del siglo XXI de Pablo Villarrubia Mauso, página 361
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