Omar El Akkad

"Amir emprendió el vuelo. De cabeza hacia el cielo marítimo, el techo del gran mundo invertido. Al encontrarse con él, el agua no estaba fría ni agitada, sino cálida y tranquila, su temperatura era la temperatura de un cuerpo, la temperatura de la sangre. Con facilidad y sin dolor, voló más allá de la superficie, más allá de las profundidades, más allá de los lugares donde la luz y la vida se rindieron y comenzó el dominio de la quietud. Y luego más abajo, más lejos, más allá de la corteza de un millón de cuerpos entrelazados que habían desafiado este pasaje antes que él y llegaron a descansar en el fondo, enfermos con los secretos de su propio duelo no permitido. Más allá de los huesos más pequeños y blancos como la harina, más allá del mundo a los pies del mundo. A la profundidad más baja, luego a una profundidad aún más baja. Hasta finalmente llegar a un útero seco de un lugar en el que se mantenían a salvo e inmutables todos los que él había conocido, y todos los que cada uno de ellos había conocido, hacia afuera para siempre para abarcar la totalidad de los vivos y lo vivido. Y el muchacho se encontró con cada uno de ellos, en sus antiguas vidas y en sus nuevas vidas en espera, y de cada uno extrajo una confesión y en cada uno sintió como si no hubiera barrera entre ellos, ningún silo del yo que mantuviera a un alma en espera. Qué hermosa rebelión, sentir dentro de otro, sentir cualquier cosa."

Omar El Akkad
What Strange Paradise




















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