"Durante más de treinta años, la Constitución cubana contuvo una cláusula asombrosa que daba a Estados Unidos el derecho a invadir la isla (cosa que hizo en cuatro ocasiones)."
Daniel Immerwahr
Tomada del libro Geohispanidad de Pedro Baños, página 205
(Durante la Segunda Guerra) Mundial, el Ejército [de Estados Unidos] probó sus gases y equipos con más de 60.000 soldados propios. Las pruebas eran secretas [...]. La dimensión del programa no se conoció hasta los años noventa [...]. Algunos de los experimentos se hacían con arreglo a criterios raciales [...]. Además del uso experimental de los puertorriqueños en las pruebas con criterios raciales, el Servicio de Guerra Química también los utilizó para los ensayos de campo en su centro de pruebas en la «jungla»: la isla de San José, situada frente a Panamá, y dedicada por entero a probar armas químicas. A los puertorriqueños no los llevaron allí por su raza. Los llevaron porque eran fáciles de conseguir. Un soldado que participó en los ensayos de la isla de San José [...] observó que más de dos tercios de sus compañeros tenían apellidos españoles y no podían entender las instrucciones en inglés."
Daniel Immerwahr
Tomada del libro Geohispanidad de Pedro Baños, página 364
"Los puertorriqueños tenían experiencia como sujetos para la investigación médica experimental, desde la anemia hasta el gas mostaza. Su pobreza y su posición marginal en la sociedad estadounidense hacían que fuera la carne de cañón idónea. No es de extrañar, por tanto, que Puerto Rico acabara haciendo de campo de pruebas de uno de los inventos más transformadores del siglo XX: la píldora anticonceptiva. [...] Puerto Rico se convirtió en un laboratorio para todo tipo de anticonceptivos experimentales: diafragmas, geles espermicidas, espirales, aros, otros dispositivos intrauterinos, inyecciones de hormonas y una «espuma vaginal en aerosol» llamada Emko que se distribuyó entre decenas de miles de mujeres. [Hubo una] promoción incansable de otro método de controlar la natalidad: la esterilización femenina. La práctica comenzó en los hospitales de Puerto Rico a principios de los años 40 [...] y se extendió calladamente, en general, después de nacer un niño. En 1949, una encuesta reveló que, en el 18% de los partos en los hospitales, inmediatamente después se practicaba «la operación». La esterilización femenina en Puerto Rico se extendió de forma asombrosa. En 1965, una encuesta del Gobierno descubrió que más de un tercio de las madres puertorriqueñas de entre veinte y cuarenta y nueve años habían sido esterilizadas, a los veintiséis años de media. De las madres nacidas a finales de los años veinte, casi la mitad habían sido esterilizadas."
Daniel Immerwahr
Tomada del libro Geohispanidad de Pedro Baños, página 366
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