"Cuando salí del baño, llamé a Jeanne. Sentí la necesidad de decirle que lo amaba. Me salió su contestador automático. Le dejé un mensaje. A menudo oímos repetir que no debemos decir este tipo de cosas y que los sentimientos, expresados con sencillez y sin rodeos, encierran una especie de pesadez ridícula, de mal gusto, incluso de vulgaridad imperdonable y, en última instancia, contraproducente. Y esta prescripción no se referiría sólo al sentimiento de amor, sino a cualquier forma de impulso hacia el otro. En última instancia, la única manera de expresar algo sería crear simultáneamente una duda voluntaria sobre la sinceridad de lo que se dice. Por ejemplo, noté que era bastante raro que las personas abandonaran esta actitud falsamente distante e irónica que las protege tan bien del mundo. Todo lo que hoy se expresa sólo puede expresarse a través del filtro distorsionador de la pequeña distancia y del humor; no humor en realidad, sino chistes, burlas, un conjunto de chistes descarnados. Todo se ha convertido en un pretexto para la risa, pero para la risa estúpida y cordial. Uno lejos del otro, es decir, en última instancia, uno a expensas del otro. Un ser que piensa y siente por sí mismo nunca puede participar en la euforia sin alegría del mundo. Esto marca el final de la conversación entre las personas y, por tanto, en cierto modo, el reinado de la soledad."
Florian Zeller
La Fascination du pire
"No sé por qué nunca nos llevamos bien Anne y yo. Con su hermana pequeña, eso era otra historia. ¿La conoces? Es maravillosa, maravillosa. Hace meses que no la veo. No la culpo, está viajando por el mundo. Es pintora. Me haría muy feliz que viniera a verme algún día, la abrazaría y estaríamos el uno junto al otro durante horas, como hacíamos cuando era pequeña, cuando todavía me llamaba papaíto, papaíto...
(…)
Siento como... siento como si perdiera todas mis hojas, las ramas, el viento y la lluvia, No sé lo que está pasándome. ¿Usted lo sabe? Todo ese asunto sobre el piso... ya no tengo ningún lugar donde reposar la cabeza. Pero sé que mi reloj esta en mi muñeca, eso lo sé. Para el viaje. Pero no sé, no sé si estaré preparado para, para..."
Florian Zeller
El Padre
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