Margaret Ann Shriver

"Las madres de los delincuentes de raza blanca siempre buscan para sentarse los asientos de plástico que tengan, por lo menos, otros dos vacíos a cada lado. Las madres negras, por el contrario, se
sientan juntas aun cuando la sala esté prácticamente vacía. Así y todo, hay un tácito acuerdo entre todas las madres que formamos parte de ese círculo de que no debes pedir detalles acerca de la transgresión que condujo al reformatorio al chico de la mujer sentada a tu lado.
(…)
Si no hay razón alguna para vivir sin hijos, ¿por qué habría de haberla para vivir con ellos? Responder a la angustia existencial que te plantea tu vida engendrando, simplemente, otra vida que la suceda significa, además de una cobardía, dejar para la generación que siga a la tuya la responsabilidad de encontrar la respuesta; hallarla en esas condiciones representa, pues, una tarea potencialmente infinita. Lo más probable es que la respuesta de tus hijos sea procrear a su vez, para endilgar a su descendencia el problema de no encontrarle sentido a su vida."

Margaret Ann Shriver escribe con el seudónimo de Lionel Shriver
Tenemos que hablar de Kevin

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