Muchos de los y las astrólogas más experimentadas de hoy en
día desconocen la existencia y el alcance de la astrología forense. Si esto
sucede con estos profesionales, con el resto de las personas que habitualmente
consumen o se interesan por la astrología, la lectura de las Cartas
astrológicas, los horóscopos o las predicciones astrales, el desconocimiento es
aún mucho mayor. Con este libro pretendo comenzar a combatir ese
desconocimiento. Cuando se recurre a un estudio astrológico, lo usual es
estudiar la Carta Natal de la persona en cuestión. Normalmente, en la
actualidad se utiliza un diseño donde hay una Carta circular, de trescientos
sesenta grados, en la que aparecerán los doce signos del Zodíaco, de treinta
grados cada uno; los planetas (ya sabemos que el Sol y la Luna no son planetas,
pero a los fines astrológicos así se los caracteriza); y las doce casas, que se
suelen considerar como las diferentes áreas de la vida de esa persona. Y cuando
la Carta está plasmada, el astrólogo analizará dónde está el Ascendente
—cúspide de la primera casa—, dónde están las cúspides de las Casas restantes,
dónde está el Medio Cielo —que es a su vez la cúspide de la casa 10—, cuáles
son las relaciones de los planetas entre sí, cuál es la relación de ese planeta
con el signo en que aparece, cuáles son los aspectos favorables o desfavorables
que se observan (entre los primeros, el trígono y el sextil, y, entre los
segundos, la cuadratura y la oposición), entre otras muchas más
particularidades. Y gracias a esos símbolos, el estudio lo llevará a realizar
diferentes tipos de análisis, según cuál sea el tipo de astrología que
practique. Pero aquí, en la astrología forense, en general, no veremos la Carta
Natal de una persona, sino de un hecho, suceso, delito, o catástrofe. Así se
trabajará con lo que llamamos la Carta del Suceso. En particular, en este texto
busco la difusión de un tipo específico de astrología, la astrología forense,
que es muy poco conocida en el mundo hispanoparlante, así como la
sensibilización para incrementar su aprovechamiento. Porque, en el universo
astrológico anglosajón, la cosa es muy diferente, ya que hay un número
considerable de grandes astrólogas que se destacan en este arte. Algunas de
ellas estudian, investigan y escriben sobre el tema y las considero mis
maestras, por ejemplo, Caroline Luley, B. D. Salerno, Sue Ward o Kirsty
McIntosh. Cuando sucede un hecho que podría dar lugar a una lectura de
astrología forense, en el espacio geográfico de lo que se llama derecho
continental —por ejemplo, en España y en América del Sur, y siempre hablando en
términos generales— al comenzar a intervenir la Justicia, se corta el flujo de
la información. Y aquella que sale a la luz no tiene la certeza o los detalles
que se precisan para avanzar en una lectura astrológica efectiva. En el mundo
anglosajón, en cambio, siguen abiertas muchas opciones. Porque hay una práctica
muy extendida que permite que existan asociaciones, entidades y también
personas individuales que mantienen con vida el recuerdo de las personas
extraviadas o asesinadas —solo para poner un ejemplo de delitos que pueden
estudiarse astrológicamente—, donde se exponen los datos con que se cuenta, en
donde los familiares, amigos y vecinos van cargando pequeños detalles que, para
nuestros fines, son muy necesarios. Así se conserva y se difunde información
sobre todos los pasos dados en la investigación, que brindan detalles
impensables en este otro mundo jurídico, el hispanoparlante. Se conocerá,
entonces, qué pasó en ese hecho que se estudia, quién fue la última persona en
ver alguna cosa, qué coche se utilizó, de qué color era; dónde estaba el
cadáver cuando fue encontrado, en qué poses, con ropas de qué tipo. Porque lo
que se busca es por un lado mantener el caso lo más activo posible, pero, por
el otro, también se va invitando constantemente a que haya más personas que
aporten alguna información útil, y no solo algún «testigo presencial del
hecho», que muchas veces ni siquiera sabe que lo fue... Luego de fijar el
tiempo en que ese evento ha sucedido —se aconseja apropiado mirar la hora
oficial en que se ha tomado conocimiento del hecho, pero luego deberá mirarse
también de delimitar del mejor modo posible cuándo fue el disparo, el choque,
el terremoto o el suceso al que nos estuviéramos refiriendo— se deberá analizar
qué Casas y qué planetas serán usados como símbolos. En términos generales, es
importante tomar en consideración las Casas Angulares y a sus regentes, o sea,
los planetas que las dominan según dónde hayan caído sus cúspides. Serán
siempre especialmente importantes las Casas 1, 7, 10 y 4. Yo particularmente sí
considero la regencia de los planetas transpersonales (Urano para Acuario,
Neptuno para Piscis y Plutón para Escorpio) en estas lecturas, aunque también
me ocupo de lo que pasa con los regentes tradicionales de esos signos, dado que
mi primera formación como astróloga es desde la astrología tradicional, en la
escuela de Consuelo Inchaurtieta. Pero, debo insistir, para la lectura de una
Carta forense, a mí me brinda más información el uso de la totalidad de los
planetas conocidos, ya que la simbología es más amplia y me parece más acorde
con las múltiples posibilidades criminales (no uso, sin embargo, los
asteroides).
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 6
Nadie pone en duda la existencia de otras ramas de la
astrología, como la Predictiva, la Sinastría, la Médica, la Kármica, la
Horaria, la Electiva, la Mundana, la de los Negocios, solo por seguir la
enumeración hecha por la famosa Judy Hall. Pero la Forense es un tipo de
astrología que debe difundirse y ganar profesionales que la practiquen. Porque
solo con una fuerte masa crítica que debata sobre el tema y que proponga
diferentes lecturas posibles se podrán mejorar los usos que nos brinda esta
herramienta y se le podrá sacar mejor provecho.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 13
La forense es una clase de astrología que hace uso de las
herramientas tradicionales (como, por ejemplo, cuando se describe a las
personas implicadas en relación con los planetas que las significan y que tan
bien ha enseñado Pepa Sanchís), pero también de otras actuales y novedosas,
como es el caso del diseño de los mapas de localización de la víctima o del
agresor que ya citamos.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales
Yo, por mi parte, encontré una herramienta muy clásica (ya
escribió sobre ellas Firmicus Maternus en el siglo IV, entre otros), que me ha
resultado de mucha utilidad. Las antiscias —que, dicho de un modo muy rápido y
simple, se consideran como la sombra, o el reflejo de un planeta en otro lugar
del zodíaco a partir del eje Cáncer-Capricornio— me han servido como modo de
cuestionarme y, en su caso, de verificar cualquier interpretación hecha. Las
uso como una manera de «objetivar científicamente» los análisis previos que
hice.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales
Lo que vale en una Carta forense es aquello que se va
repitiendo, porque, como no estamos viendo la Carta de una persona, sino de un
hecho, hay que refrendar los datos gracias a la constancia en su aparición.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 14
Me sé insignificante en relación con todos los y las
astrólogas de la Antigüedad más remota, así como con los que hasta ahora han
logrado tantos avances y descubrimientos. También me sé insignificante en
relación con los contemporáneos que vienen batallando para que este arte siga
brillando. Pero esa limitación no puede ser un freno y por eso creo que resulta
necesario sensibilizar sobre la existencia y los usos posibles que se derivarán
de un mayor y mejor conocimiento de la astrología forense.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 15
La astrología se ha practicado durante miles de años en
diferentes culturas de todo el mundo, porque desde siempre se miró al cielo
para tratar de entender qué sucedía en la Tierra y en la vida de las personas,
inicialmente, por ejemplo, para registrar y sacar provecho de las fases de la
Luna. Se conoce que ya se practicaba en Caldea, en Babilonia, en China, en el
mundo árabe, entre los hebreos, en la India, en el mundo precolombino con los
Mayas y los Incas, en Egipto, tanto de antes como de después de Alejandro Magno
y Ptolomeo. Uno de los primeros registros astrológicos conocidos se remonta al
antiguo Oriente Medio, cuando los babilonios crearon tablas astronómicas que
les permitían predecir eventos celestes como eclipses y conjunciones
planetarias, y que con el paso de los siglos dieron lugar a las efemérides
astrológicas y los diferentes calendarios (como el de siembra, el de cosecha,
el de fechas apropiadas para zarpar en viajes largos, o en viajes cortos,
etc.). También fue practicada en la Antigua Grecia, donde filósofos como Platón
o Aristóteles creían en la influencia de los planetas en la personalidad
humana. Durante la Edad Media, se extendió por Europa y se convirtió en una
parte importante de la cultura y la medicina. Los médicos, por ejemplo, la
utilizaban para determinar los mejores momentos para llevar a cabo cirugías y
otros tratamientos.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 15
Alfonso el Sabio fue rey de Castilla casi toda la segunda
mitad del siglo XIII. Era hijo de la Reina Beatriz de Suabia y, por lo tanto,
aspirante al trono del Sacro Imperio Romano Germánico. En su intento de ser el
nuevo emperador, y como herramienta de promoción de su propia figura ante otros
reyes, sacerdotes, nobles, etc., ordenó que se escribieran diferentes obras, y
entre ellas una gran enciclopedia que recogiera la obra traducida al castellano
de los egipcios, los griegos y los romanos, pero donde a la vez se les uniera
el saber de los árabes y de los judíos. No olvidemos que, pocos años antes,
Sevilla había sido tomada para su reino y, por haber sido una antigua gran
metrópoli del islam, trae consigo el acceso a textos musulmanes desconocidos
hasta entonces para los no musulmanes. Así, se traducen libros de Ptolomeo, de
Ah Ibn Ridwan, de Aben Ragel, del al-Sufí y otros tan importantes como El Libro
del Saber de astrología; o el Libro de los Indizios de las Estrellas. Siguiendo
las órdenes del Rey Alfonso, entonces, se escriben varios libros, por ejemplo,
varios Lapidarios (que se definen a sí mismos como «libros de las piedras según
los grados de los signos del Zodíaco»), pero también el famoso Astromagia. Todo
ello genera como consecuencia que la astrología comience a manifestarse sin
reparos, hasta el punto de que a este rey se lo llama el astrólogo.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 19
En 1616, Miguel de Cervantes Saavedra escribió su última
obra, llamada Los trabajos de Persiles y Sigismunda, en la que otorgó una
figura relevante al astrólogo Mauricio.
Mechi Silvano Sedran
ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 21
Señalo y es importante retener que, en 1647, en Madrid, la
Inquisición emite un edicto que prohíbe los pronósticos adivinatorios de
astrología judiciaria. Y aclara que aquello que no se puede practicar tiene que
ver con las Nativitates, o sea, la que se refiere a la vida de las personas, lo
que hoy llamaríamos carta natal; las Interrogationes, que eran averiguaciones
sobre cuestiones precisas, y que hoy conocemos como horaria; y las Electiones,
que eran predicciones para elegir un momento preciso para actuar y que hoy
podría ser lo que se conoce como electiva. La Inquisición, sin embargo, sí
aceptaba lo que llamaba astrología natural, que era el estudio de los sucesos
generales, dentro de los que se consideraban las sequías, las epidemias, los
eclipses, y también otras predicciones útiles como las referidas a la medicina,
la agricultura o también la navegación.
Mechi Silvano Sedran
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ASTROLOGÍA FORENSE EN ACCIÓN: Estudio de 10 casos: crímenes, accidentes y desastres naturales, página 15
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