"Entre el material extraído se han hallado además multitud de objetos, como estatuas de diferentes tamaños —jabalíes y otros cuadrúpedos sin identificar, e incluso una figura humana con un poderoso falo erecto—, infinidad de herramientas de sílex y una buena provisión de botones líticos, quién sabe si procedentes de antiguas prendas ceremoniales. Pero el testimonio más abundante lo compone la extraordinaria cantidad de huesos de animales salvajes encontrada. Según los arqueólogos, hay más fósiles en un metro cuadrado de Göbekli Tepe que en el conjunto de muchos otros yacimientos. La especie más frecuente es la gacela, aunque también hay uros, onagros, jabalíes, ciervos o aves. Los huesos aparecen machacados y con el tuétano extraído, lo que indica que son restos de comidas e identifica a los comensales como un pueblo de cazadores-recolectores. A pesar de que tal abundancia de restos de presas es señal inequívoca de una presencia humana masiva, hasta ahora no se ha localizado tumba alguna, ni tampoco asentamientos permanentes. Esta circunstancia ha llevado al profesor Schmidt a la convicción de que los pilares representan a deidades prehistóricas y de que Göbekli Tepe fue un lugar de peregrinación espiritual: el primer santuario construido por la humanidad (…). Costará décadas dar respuesta a todos los interrogantes que el sitio plantea."
Carlos Delgado
Göbekli Tepe. Las piedras que lo cambian todo
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