Dimitre S. Assenov

"Aquel espacio era tan brillante y relajante. La luz era tan brillante y electrizante que podía ver como destellos de pequeñas partículas rotando lentamente. Yo iba volando lentamente a través de esta luz, como un banco de niebla pudiera hacerlo a tu alrededor,

Apareció de la nada ante mí, era un anciano ataviado con un vestido largo. Ofrecía un aspecto húmedo, sin líneas definidas en el rostro, como si fuera una holografía. Empezó a hablarme, aunque yo no podía oír su voz, pero todo lo que decía resonaba dentro de mi cerebro como un eco. Estuvimos hablando durante mucho rato y, al final, me dijo que no podía quedarme más tiempo allí, que tenía una misión que cumplir y que debía volver. En aquel momento no me dijo en qué consistía la misión, pero me comunicó que me lo harían saber llegado el momento, con todo lujo de detalles. Entonces sabría todo lo que necesitaría saber. Fue desapareciendo lentamente en la luz brillante. Traté de preguntarle, pero él me interrumpió diciéndome que sabría todas las respuestas cuando llegase el momento.

Y allí era como verlo todo bajo la lente de un supermicroscopio, todo tenía dimensiones más amplias y detalladas, diferentes estructuras de movimiento que no lograba comprender. Varias décadas después, volví a verlas en sueños.

Podía ver a través de la ropa de la gente, incluso a través de su cuerpo. Si había algún área del organismo que no funcionaba bien, la veía de color marrón brillante y con una textura esponjosa [...]. No tardé en perder el interés en leer libros, porque, tras las diez primeras páginas, ya sabía cómo seguía la historia y cómo acababa, de forma inexplicable, como si ya lo hubiera leído antes. Con frecuencia era capaz de predecir lo que los demás iban a decirme, qué pensaban o cuáles eran sus intenciones. Esto me parecía tan fascinante que disfrutaba secretamente jugando con esta habilidad. Otro de los cambios que acusé es que empecé a tener sueños en los que predecía qué iba a pasar, en muchos casos con varios días de antelación. Los sueños, además, se convirtieron en una gran fuente de conocimiento. Veía dibujos, explicaciones, formas de hacer las cosas. Fui capaz de anticipar la muerte de mi madre. Mi comportamiento se tornó analítico, como si no existiera, calmado y frío, nada me sorprendía.

El hombre de blanco me contó en detalle que la tierra ya había sido visitada cuatro veces con anterioridad. La razón: un experimento transicional, a grandes rasgos. La raza humana fue implantada. No viene de los monos. Esas cuatro veces correspondían con cuatro razas. La quinta fue a partir de una mutación. Esta visita se correspondería con el final del año solar, cuando todos los objetos del sistema solar se reúnen a un lado del Sol. También se correspondería con la reubicación del sistema solar en el brazo galáctico. [...] Actualmente estamos casi al final del último ciclo. Queda un 5,5 % para que termine de transcurrir.

Los alienígenas vinieron a la tierra e implantaron el embrión humano. Una vez que empezó a reproducirse, dejaron que el proceso siguiera su curso. Esperaban que la esperanza de vida fuera mayor, pero no fue así. Al principio los alienígenas dejaron a algunos de los suyos al cargo de la misión. La esperanza de vida era tan corta que casi se abocó a la extinción. Fue necesaria una extensión genética. Se mezclaron con las hembras humanas para reproducirse, pero tampoco hubo mucha suerte y, a los 43.200 años más o menos, también se extinguieron. El siguiente paso fue programar a algunos humanos mediante un complicado proceso de abducción. Muchos de estos casos se encontraban en el grupo de ECM. Estos humanos fueron programados y “soltados” discretamente como miembros de un clan de supervivencia. En la actualidad, no llegan a un cinco por ciento del total de la población mundial, pero este número ya es capaz de gobernar el mundo llegado el momento [...]. Los alienígenas que hay entre nosotros trabajan para establecer un contexto de orden antes de que llegue el momento del contacto, con el fin de evitar el pánico y los altercados que tuvieron lugar en visitas anteriores. Trabajan diligentemente para implicar suficientes mutantes en el sistema a través de las ECM con el fin de establecer el citado orden.

Hasta este momento he recibido dos instrucciones. La primera fue mudarme a vivir a Salt Lake City para formar parte de un grupo de contactados. La segunda instrucción que recibí fue que me dedicara a desarrollar la tecnología para reciclar los residuos tóxicos. Para hacerlo, recibí información en sueños: detalles, dibujos, explicaciones teóricas, etcétera. Así lo hice. Y en la actualidad estoy a la espera de nuevas instrucciones, aunque no dejo de recibir información cada noche."

Dimitre S. Assenov
Tomada del libro La prueba de Mado Martínez, página 70















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