Nigel Barley

"En África, las mujeres dicen cosas como: “Viví en esa aldea hasta que me convertí en hombre”. Se refieren a la menopausia. No es extraño, en las culturas tradicionales, pasar por varios cambios de sexo en el transcurso de la vida, y de la muerte».

Nigel Barley
Tomada del libro La prueba de Mado Martínez, página 285



"No existe razón alguna por la cual los muertos no puedan casarse, ni siquiera con los vivos. Los nuer de Sudán disponen que un hombre engendre descendientes en nombre de un pariente fallecido sin tener hijos. [...] También tendrá que realizar un “matrimonio fantasma” en representación suya. [...] A veces los chinos de Singapur emparejan a dos fallecidos solteros para que sus hermanos más jóvenes queden libres de casarse sin romper la regla de que los primeros en casarse tienen que ser los hijos mayores. Algo parecido ocurre en Taiwán, donde la muerte no pone fin a las esperanzas femeninas de matrimonio, puesto que es posible un nuevo matrimonio entre los vivos y los muertos. Las desgracias domésticas pueden atribuirse al descontento de una muchacha que ha muerto soltera. Su familia decide buscarle un marido, por lo general un hombre pobre ya casado pero atraído por la dote. La dote se entrega a su esposa viva y en la noche de bodas se consuma el matrimonio con el espíritu. Puesto que el espíritu es puro yin sin diluir, el principio femenino, el hombre entrará en un frenesí sexual, y quedará agotado por orgasmos múltiples con el fantasma y totalmente pervertido. Pero esto dura solo un día. Al día siguiente, el espíritu se incorpora al cuerpo de los antepasados y nunca más vuelve a saborear los placeres de la carne."

Nigel Barley
Tomada del libro La prueba de Mado Martínez, página 285




—Yo tenía la intención de estudiar su religión —dijo el antropólogo japonés—, pero sencillamente carecía de interés, así que en vez de eso me fijé en su economía. Su sistema para fijar los precios de los ñames y su relación con los mercados urbanos era de lo más fascinante.

—¿Que la religión carecía de interés? ¿No tenían una forma bastante complicada de culto a los antepasados en la que se empleaban huesos y se destruía el cráneo y se realizaban toda serie de intercambios entre los muertos y los vivos?

—Sí, sí. Como ya he dicho, no era interesante.

Él era, por supuesto, un budista que tenía en su cuarto de estar un altar dedicado a sus padres desaparecidos, y en el cual realizaba ofrendas regularmente. Más tarde, dejó caer que se había llevado a África un trozo de hueso de la pierna de su padre, cuidadosamente envuelto en tela blanca, para asegurarse de que estaría protegido durante el trabajo de campo. Para mí, el culto a los antepasados es algo que hay que describir y analizar. Para él, sería la ausencia de tales lazos entre los vivos y los muertos lo que precisaría una explicación.

Nigel Barley
Tomada del libro La prueba de Mado Martínez, página 11
























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