Desde aquel día
la muerte se pasea por el barrio,
junto a la puerta de mi casa.
Tiene veinte años,
nombre y apellido,
siempre usa una gorra
que no permite ver
sus ojos cafés,
esos que me gustaron
cuando era chica.
Ahora me obligan a jugar
a que no les conozco.
la muerte se pasea por el barrio,
junto a la puerta de mi casa.
Tiene veinte años,
nombre y apellido,
siempre usa una gorra
que no permite ver
sus ojos cafés,
esos que me gustaron
cuando era chica.
Ahora me obligan a jugar
a que no les conozco.
Johanna Barraza Tafur
En el barrio suenan disparos,
me apresuro a cerrar la puerta
pero un conocido la empuja
para resguardarse y lo dejo entrar.
Les disparan
a los que juegan cartas
en la esquina, dice.
Corro hacia el lugar
pero un vecino me detiene,
me abraza contra una reja,
pide que no me mueva
e intenta que no mire al sicario.
Decido mirarlo
mientras me apunta con el arma,
mi miedo no representa un peligro.
Las sillas y las mesas están agujereadas,
yo busco una billetera,
una camisa o una chancleta,
algo a lo que aferrarme.
Junto al árbol de níspero
veo el cuerpo de mi padre,
lo volteo para acunarlo
en mis brazos,
abre sus ojos
y su mirada penetra en mí
como bálsamo sobre una herida.
me apresuro a cerrar la puerta
pero un conocido la empuja
para resguardarse y lo dejo entrar.
Les disparan
a los que juegan cartas
en la esquina, dice.
Corro hacia el lugar
pero un vecino me detiene,
me abraza contra una reja,
pide que no me mueva
e intenta que no mire al sicario.
Decido mirarlo
mientras me apunta con el arma,
mi miedo no representa un peligro.
Las sillas y las mesas están agujereadas,
yo busco una billetera,
una camisa o una chancleta,
algo a lo que aferrarme.
Junto al árbol de níspero
veo el cuerpo de mi padre,
lo volteo para acunarlo
en mis brazos,
abre sus ojos
y su mirada penetra en mí
como bálsamo sobre una herida.
Johanna Barraza Tafur
Que un canario
resulte bueno para competir
es cuestión de instinto o suerte,
papá los elegía a ojo.
Un día me llevó a una pajarera,
había más de cincuenta en una jaula.
Los observó durante media hora
y cuando se decidió por uno
lo mojó con una jeringa,
el canario no se movió
como si supiera lo que pasaba.
La dueña lo sacó de la jaula
y lo metió en una bolsa de papel
llena de agujeros
para que respirara.
Nos despedimos
con esta frase de papá:
Espero que no salga flojo y con mañas.
resulte bueno para competir
es cuestión de instinto o suerte,
papá los elegía a ojo.
Un día me llevó a una pajarera,
había más de cincuenta en una jaula.
Los observó durante media hora
y cuando se decidió por uno
lo mojó con una jeringa,
el canario no se movió
como si supiera lo que pasaba.
La dueña lo sacó de la jaula
y lo metió en una bolsa de papel
llena de agujeros
para que respirara.
Nos despedimos
con esta frase de papá:
Espero que no salga flojo y con mañas.
Johanna Barraza Tafur
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