Martín Rodríguez-Gaona

MNEMOSINE

Dulce sería dormir bajo las sombras.

Friedrich Hölderlin.

El pasado regresa mejor y más ungido,

el brillo sigue siendo un desnudo

si en el calmo frescor de la noche

lentamente cierras los párpados.

 

La memoria es también movimiento,

una súbita sensación de inasibilidad

e incertidumbre,

los pasos se parecen a los cantos,

melifluos meandros, conciertos concéntricos,

voces atroces

de pronto sublimes

por una espontánea combustión.

 

Los dioses están vivos y son invisibles, renacen

en gestos imperceptibles por un instante,

sagrado es lo efímero

compartido al punto de la comunión,

los cuerpos trascienden, las palabras se elevan,

la luz inunda las olas

que revientan contra las rocas-

 

Una y otra vez estar vivos vuelve a ser

un privilegio de los cielos…

Martín Rodríguez-Gaona






PEQUEÑO TRATADO SOBRE EL CONOCIMIENTO Y EL SUEÑO

Tus labios para besar y el abrazo que acompaña siempre

el descanso de tu cuerpo.

El descanso tras el descenso.

Debería de haber alguna forma de atrapar los instantes,

de hacer perdurar

el aroma de tu piel en mis poros, perder al fin toda posibilidad

de dialéctica y movimiento

y que el horizonte sea de pronto algo definitivo,

un pozo plácido y oscuro

varado entre tus piernas.

 

Así casi valdría la pena no despertar jamás, pero

ambos sabemos que sería imposible

porque nuestra naturaleza es efímera

y, aún peor, indistinta, poco fiable.

 

Mentimos, pues nuestra única y auténtica pasión

es el conocimiento.

Esa curiosidad, al principio compartida y amable,

pero que también, tarde o temprano,

nos llevará a otro cuerpo.

Martín Rodríguez-Gaona




PORTBOU: LA GANANCIA DE LO PERDIDO

De haber alguien llamado a su puerta, esa noche,
o haberlo abrazado…

Marshall Berman 

Si sólo pudiera asegurar
la continuidad de aquellos instantes
en los que una sonrisa
da sentido
a todo lo que existe.

Tiene que haber algo que diga
que aún es posible
la entrega
espontánea, aunque quizá ya no
inocente,
porque el tiempo
ha concluido
y en la ansiedad y en la timidez
he logrado
plasmar esperanzas,
promesas
hechas precariamente
y
a mí mismo.

El verano
está a la vuelta de la esquina,
en aquello que aún
desconocemos y que, así parece,
llega
alegremente a buscarnos.

Quiero decir tu nombre
al final del día.

Martín Rodríguez-Gaona




Y LAS MIRÍADAS QUE SU CENTRO, CUAL IMÁN, PROPICIABA: ORFEO SIN EURÍDICE

Silba la música que hace
que todo lo demás se mueva
y siempre agua tiene
para los que, de una u otra manera,
respiran.

Déjame que cante con las
Ménades,
a la izquierda, para vernos
más o menos pronto.

Los destinos son indescifrables,
sólo perceptibles
al hartazgo y la emoción.

Martín Rodríguez-Gaona













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